Tambor de hendidura sudanés

Tambor de hendidura sudanés Tambor
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Tambor de hendidura sudanés, procedente de África central, 1850-1900 d. n. e.

Tambor de hendidura sudanés. Es un tambor procedente de África central entre los años 1850-1900 d. n. e. Horatio Herbert Kitchener era ya un personaje legendario, conocido como Kitchener de Jartum y este es un tambor de madera centroafricano, del que se apoderó y luego regaló a la reina Victoria en 1898.

Historia

Horatio Herbert Kitchener, primer conde de Kitchener, fue una de las estrellas mediáticas de la Primera Guerra Mundial. En Inglaterra se hizo célebre un cartel de reclutamiento donde aparecía de uniforme, señalando directamente hacia el espectador, con el dedo índice en primer plano y un gran bigote daliniano detrás, acompañado de la leyenda: «Tu país te necesita». Por entonces Kitchener era ya un personaje legendario, conocido como Kitchener de Jartum, y este tambor de madera centroafricano, del que se apoderó y que luego regaló a la reina Victoria en 1898, justo después de que su ejército hubiera matado a unos 11 000 soldados sudaneses en la batalla de Omdurmán, forma parte del modo en que obtuvo su título.

La biografía de este tambor de hendidura, como se le denomina, se enmarca en el Sudán del siglo XIX, cuando el Egipto otomano, Gran Bretaña y Francia confluyeron en este enorme país del Nilo que desde hacía mucho tiempo se hallaba dividido entre un sur africano, de creencias tradicionales, y un norte islámico. Se trata de un documento más de la perdurable pugna geopolítica en torno a las cataratas del Nilo con la que ya nos hemos encontrado dos veces en este libro, al examinar la esfinge de Taharqo (capítulo 22) y la cabeza de Augusto (capítulo 35). Este tambor forma parte de la historia de la cultura autóctona africana, del comercio de esclavos de África oriental centrado en Jartum, y de la lucha europea por África a finales del siglo XIX.

Tambor de hendidura sudanés

El tambor de hendidura inició su vida en África central, en la región donde Sudán y el Congo comparten frontera, y debía de formar parte de la orquesta cortesana de algún poderoso jefe.

Tiene la forma del denominado búfalo cuernicorto (Bubalus brachyceros) y mide unos 270 centímetros de largo desde el hocico hasta la cola y unos 80 de alto, de manera que tiene aproximadamente el tamaño de un becerro grande con patas muy cortas.

La cabeza es pequeña, y también la cola es corta, el grueso de la figura se concentra por entero en el cuerpo, que ha sido vaciado y presenta una estrecha hendidura que discurre a lo largo del lomo. Los lados del tambor han sido tallados en diferentes grosores, de modo que un tamborilero experto con una baqueta tradicional podría producir al menos dos tonos y hasta cuatro timbres distintos. Está hecho de una sola pieza de bubinga, una madera noble dura y rojiza que se encuentra en las zonas boscosas de África central y que es especialmente valorada en la fabricación de tambores porque soporta bien los golpes repetidos, mantiene un tono constante y es resistente a las termitas.

La función principal del tambor era la de tocar música, señalando acontecimientos importantes de la comunidad tales como nacimientos, muertes y festividades. Los europeos denominaron a estos tambores de hendidura «tambores parlantes» porque se utilizaban para «hablarle» a la gente en las ceremonias y también para transmitir mensajes a largas distancias su sonido podía oírse a varios kilómetros y convocar a los hombres a la caza o a la guerra.

El tambor, que podría haber sido obtenido como botín por los integrantes de alguna incursión esclavista o regalado por un jefe local, casi con seguridad llegó a Jartum en el marco de dicho comercio. Una vez en Jartum, inició un nuevo capítulo de su vida y fue remodelado para ocupar su lugar en aquella sociedad islámica. Se puede comprobar al observar sus dos lados, en ambos se ha tallado un largo rectángulo, que ocupa casi toda la longitud del cuerpo y que contiene círculos y motivos geométricos, diseños inequívocamente islámicos añadidos por sus nuevos propietarios para protegerse contra el mal de ojo. En un lado los dibujos están grabados en el cuerpo de la madera, pero en el otro esta ha sido cortada de modo que el dibujo sobresalga. Este adelgazamiento de la madera debió de cambiar materialmente el sonido del tambor, una evidencia de que, por más que pudiera seguir utilizándose para su objetivo original de tocar música o de llamar a la gente a las armas, ahora lo hacía con una voz distinta. El instrumento musical se había convertido en un trofeo, y las nuevas tallas eran de hecho un distintivo, una declaración del dominio político norteafricano sobre África central y de su lealtad al islam.

El 2 de septiembre de 1898, el ejército anglo egipcio de Kitchener destruyó a las fuerzas mahdistas en Omdurmán, la batalla incluyó una de las últimas cargas de caballería del ejército británico y entre quienes participaron en ella se contaba un joven Winston Churchill. En el bando sudanés hubo alrededor de 11 000 muertos y 13 000 heridos; el ejército angloegipcio perdió menos de 50 hombres. Fue un resultado brutal, que los británicos justificaron por la necesidad de proteger sus intereses regionales frente a los franceses, pero también como venganza por la muerte de Gordon en Jartum y para poner fin a lo que consideraban el vergonzoso tráfico de esclavos.

Fue el ejército de Kitchener el que encontró el tambor cerca de Jartum, después de la reconquista angloegipcia de la ciudad. Una vez más, el tambor fue nuevamente tallado o marcado para transmitir una declaración política: cerca de la cola del búfalo, Kitchener agregó el emblema de la Corona británica. Luego se lo regaló a la reina Victoria.

Desde la independencia, Sudán ha sufrido décadas de guerra civil y violencia sectaria, con una enorme pérdida de vidas. Recientemente el sur solicitó la separación pacífica del norte y en un referéndum celebrado a comienzos de 2011 se ratificó dicha separación por una abrumadora mayoría. La historia de la que este tambor de hendidura forma parte no ha terminado.

Fuentes