Tiroiditis

Tiroiditis
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Diferentes tipos de tiroiditis.
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Región más común:Cuello

. Tiroiditis. La inflamación de la glándula tiroides es una enfermedad que se produce en una zona determinada (focal) o extendida de la tiroides. Esta patología puede ser aguda, subaguda o crónica y cada tipo cuenta con sus propias causas y correspondientes cuadros clínicos característicos.

Etimología

La denominación de glándula tiroides se debe a su cercanía anatómica del denominado cartílago tiroides de la laringe, nombrado por primera vez en el año 1800. El término tiroiditis deriva de la palabra grecolatina Glandula thyroidea (del latín glandula y del griego thyreós, puerta usada como escudo).

Incidencia

Representa, aproximadamente, del 1 al 3% de todas las enfermedades relativas a la tiroides. Hay que subrayar que la tiroiditis subaguda es bastante rara y la padecen con mayor frecuencia las mujeres que los hombres (en una proporción de 5:1). Suele aparecer principalmente entre los 20 y los 50 años.

Causas

Puede tener diferentes causas, según se trate de los tres subtipos clasificados que presentan su propio cuadro clínico:

  • Tiroiditis crónicas: de Hashimoto y de Riedel.
  • Tiroiditis subagudas: tiroiditis de De Quervain y tiroiditis silente.
  • Tiroiditis agudas: tiroiditis aguda supurada.

Inflamación aguda

La mayoría de las veces, la inflamación aguda del tiroides se produce por bacterias que han infectado primeramente las vías linfáticas o sanguíneas, por ejemplo en la faringe, y que pasan a la glándula tiroides. Suelen ser, por lo tanto, una consecuencia de la infección bacteriana y producen una subida de la fiebre, acompañada de una inflamación dolorosa de la tiroides.

Los puntos de partida de esta infección bacteriana de la tiroides pueden ser los siguientes:

Una causa importante, pero rara, de inflamaciones agudas del tiroides son las infecciones por virus. Además, existen otras causas de la tiroiditis aguda que perjudican el tejido de la glándula tiroides, como puede ser un fuerte trauma (provocado por ejemplo por un accidente) y las radiaciones radiactivas en el tratamiento de tumores malignos en la zona del pecho o la garganta.

  • Síntomas

Como es consecuencia de una infección bacteriana da lugar a una segunda subida de la fiebre. Otros síntomas son una sensación de opresión en la zona inflamada, enrojecimiento y aumento de temperatura en la garganta. A menudo, el enfermo sufre molestias al tragar y afonía. En algunos casos, los pacientes sufren dolores hasta los oídos y los nódulos linfáticos de la garganta pueden estar inflamados.

  • Diagnóstico

Cuando se realiza la exploración física, el aumento del tamaño de la glándula tiroides es palpable. El análisis de sangre suele arrojar como resultado una elevada concentración de glóbulos blancos (leucocitos) y una acelerada velocidad de sedimentación sanguínea (velocidad de sedimentación de glóbulos sanguíneos) como indicadores característicos de una reacción del cuerpo a la inflamación. Con la ayuda de una ecografía el médico puede delimitar la inflamación aguda diferenciándola de otras enfermedades. Además, también es posible ver abscesos purulentos que se hayan podido formar como consecuencia de una infección bacteriana.

  • Tratamiento

El paciente deberá comenzar el tratamiento con reposo. Los paños fríos en la garganta inflamada alivian los dolores. Si la causa ha sido provocada por una infección bacteriana se recetarán antibióticos y medicamentos de cortisona que pueden ayudar a que la inflamación baje rápidamente.

  • Pronóstico

Con un tratamiento precoz, certero y efectivo con antibióticos, la inflamación de la glándula tiroides suele resolverse sin complicaciones ni enfermedades adyacentes en pocos días.

  • Complicaciones

En el caso de una inflamación aguda de la glándula tiroides provocada por una infección bacteriana, existe el peligro de que las formaciones purulentas puedan encapsularse y formar abscesos. Si esto sucede, es imprescindible someterse a una intervención quirúrgica para extirpar las formaciones purulentas.

En las inflamaciones producidas por un trauma o una radioterapia una vez que ha remitido la enfermedad, el tejido conjuntivo sin función alguna puede crecer en el tejido glandular. Si además el tejido que produce hormonas se ve afectado por ello, aparece como consecuencia una hipofunción de la glándula tiroides (hipotiroidismo), que deberá curarse con un tratamiento hormonal. La proliferación reactiva del tejido conjuntivo puede impedirse ingiriendo glucocorticoides.

Inflamación subaguda

Tiroiditis de De Quervain

Las causas del origen de una inflamación subaguda de la glándula tiroides, también denominada tiroiditis de De Quervain en honor al médico suizo Fritz de Quervain (1868-1941), se desconocen hasta ahora. Suele aparecer como resultado de una infección viral de las vías respiratorias.

  • Síntomas

Los síntomas suelen aparecer dos o tres semanas después de la infección vírica. En cuestión de horas o pocos días, la glándula tiroides se inflama y el paciente padece dolor, mal estar general, fiebre, molestias al tragar y una sensación de opresión en la garganta que se acompaña de afonía. Al contrario de lo que sucede en la tiroiditis aguda, en la subaguda los nódulos linfáticos no están inflamados. Es común sufrir al inicio de la enfermedad una ligera hiperfunción de la tiroides (hipertiroidismo) que suele estar acompañada por una fuerte producción de hormonas tiroideas y sus correspondientes síntomas, como ansiedad e irascibilidad.

  • Diagnóstico

El análisis de sangre suele dar como resultado una baja concentración de leucocitos y una elevada sedimentación sanguínea (velocidad de sedimentación de glóbulos sanguíneos). A menudo, se encuentran en la sangre anticuerpos de la glándula tiroides, pero en cantidades considerablemente más bajas que las que se encuentran en una inflamación crónica (tiroiditis de Hashimoto). La ecografía puede excluir otras enfermedades. El médico puede determinar el diagnóstico extrayendo tejido de la glándula tiroides con la ayuda de una biopsia con aguja fina. El examen histológico del tejido mostrará una fuerte reacción inflamatoria en la cual se forman pequeños granulomas (masa de células inmunes).

Otro procedimiento de exploración es la cintografía que puede servir para reforzar el diagnóstico. La cintigrafía consiste en administrar de forma intravenosa una sustancia radioactiva marcada que permite el seguimiento por una cámara especial pasados, aproximadamente, 20 minutos. El tejido sano de la glándula tiroides del paciente y esta sustancia se reconocen de manera totalmente diferente, lo cual permite diferenciar las zonas con una elevada producción de hormonas (nódulos calientes) de las de producción normal, baja o inexistente (nódulos fríos).

  • Tratamiento

En el 80% de los casos, la tiroiditis subaguda se cura sola. Como ayuda, pueden tomarse antirreumáticos no esteroides (AINE) como el ácido acetilsalicílico o los glucocorticoides.

  • Pronóstico

Un tratamiento con antinflamatorios es suficiente para que las molestias producidas por una tiroiditis subaguda remitan en pocos días. Por lo general, la enfermedad en sí desaparece espontáneamente en el plazo de pocas semanas o meses, sin que queden restos de trastornos funcionales.

  • Complicaciones

Durante el desarrollo de una inflamación subaguda de la glándula tiroides se forma el tejido cicatricial que estrangula al tejido que produce la hormona de la glándula tiroides. Como consecuencia, aparece una hipofunción del órgano (hipotiroidismo), que deberá tratarse con un tratamiento hormonal.

La tiroiditis linfocítica subaguda

Recibe también el nombre de tiroiditis silente o indolora, debido a que desencadena un cuadro clínico similar a la tiroiditis de De Quervain pero sin que el bocio sea doloroso, como sucede en esta última entidad. Sucede sobre todo en mujeres en etapa posparto y se cree que tienen un origen autoinmunitario debido a los estudios serológicos positivos. Recidiva en los embarazos siguientes.

Inflamación crónica de la tiroides

Tiroiditis de Hashimoto

Es la más común, con un 80% de presencia en los casos de enfermedad. Las mujeres la padecen 8-14 veces más que los hombres y el umbral de enfermedad está entre los 30 y los 60 años de edad. Puede derivar en una hipofunción de la glándula tiroides (hipotiroidismo). Este tipo de tiroiditis suele ser la causa más común tanto de las inflamaciones de la glándula tiroides como del hipotiroidismo. Afecta a una de cada 10-20 personas (entre un 5-10%) y las mujeres la padecen de 8 a 14 veces más que los hombres. La tiroiditis de Hashimoto aparece, principalmente, en edades comprendidas entre los 30 y los 60 años.

La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune. En ella, el sistema inmunológico crea anticuerpos (auto anticuerpos) sin que existan causas externas reales y, con ello, células defensivas especiales (linfocitos) que atacan al propio tejido del cuerpo estropeándolo y destruyéndolo. En el caso de la tiroiditis de Hashimoto, los anticuerpos atacan el tejido de la glándula tiroides. Por ello, los médicos también denominan esta inflamación de la tiroides como tiroiditis autoinmune, es decir, la tiroiditis de Hashimoto también se conoce como tiroiditis linfocítica crónica, dado que los linfocitos se ven implicados.

Estos auto anticuerpos pueden activarse por una infección bacteriana o vírica, o estar relacionados con una hepatitis C. Asimismo los factores genéticos pueden influir, ya que esta enfermedad suele aparecer en el entorno familiar, cuyos miembros a veces llegan incluso a sufrir enfermedades autoinmunes al mismo tiempo.

  • Síntomas

Comienza generalmente sin síntomas claros; incluso puede ser que el paciente sufra durante años una inflamación crónica de la glándula tiroides sin darse cuenta. Es característico que el paciente se dé cuenta y aparezcan los dolores tras largo tiempo de sufrirla, cuando ya ha dado paso a una hipofunción tiroidea (hipotiroidismo). La tiroiditis de Hashimoto causa los clásicos síntomas de hipotiroidismo, por ejemplo:

  • Fatiga
  • Falta de estímulo
  • Aumento de la necesidad de dormir
  • Trastornos de concentración
  • Sensación de frío
  • Piel seca
  • Cabello quebradizo
  • Estreñimiento

La causa son las células defensivas que atacan al propio tejido del cuerpo, y que en el caso de la tiroiditis de Hashimoto, destruyen completamente el tejido de la glándula tiroides. A continuación, se produce una hipofunción evidente de la glándula tiroides. Al comienzo de la enfermedad, la reacción ante esta inflamación puede ser una ligera hipofunción de la glándula tiroides (hipotiroidismo), pero luego la tiroiditis de Hashimoto muestra síntomas de pérdida de peso, nerviosismo, sudoración y palpitaciones.

En algunos casos, la tiroiditis de Hashimoto produce una inflamación lenta de la garganta que va en aumento y se acompaña de ligeros dolores. En otros casos, la glándula tiroides disminuye de tamaño. Aproximadamente, un 20% de los pacientes con tiroiditis sufren síntomas tan graves que imposibilitan actividades diarias como acudir al trabajo.

  • Diagnóstico

La exploración táctil puede ser indicativa para establecer el diagnóstico. La palpación de las glándulas tiroides permite determinar si estas están considerablemente más grandes y si tienen una consistencia gomosa. Esto podrá indicar una inflamación crónica de la glándula tiroides. La concentración de los glóbulos blancos en la sangre es, por lo general, normal y la sedimentación sanguínea (velocidad de sedimentación de los glóbulos sanguíneos) elevada. Los valores de los anticuerpos antiperoxidasa (anticuerpos anti-TPO) están casi siempre considerablemente aumentados, y los anticuerpos de la tiroglobulina (Tg-Ab o Tg-Ac) en siete de cada diez casos.

Una función menoscabada de la glándula tiroides (sea por hipertiroidismo o hipotiroidismo) se demuestra en el nivel de concentración de diferentes hormonas tiroideas (TSH, T3 libre y yodotiroxinaT4 libre) en la sangre. Si la hormona TSH formada por la hipófisis está aumentada y la concentración de la hormona libre T4 de la glándula tiroides está disminuida, estaremos hablando de una disfunción en la producción de hormonar por parte del tiroides. En el caso de un aumento de los anti-TPO y Tg-Ab, al mismo tiempo, indica una hipofunción de la glándula tiroides (hipotiroidismo) en un cuadro de tiroiditis de Hashimoto.

Para poder determinar exactamente el diagnóstico en caso de sospecha de una tiroiditis de Hashimoto, es imprescindible realizar una ecografía, además de controlar los valores sanguíneos. Con la ecografía, el médico podrá reconocer, por ejemplo, los cambios nodulares de la glándula tiroides. Si se sospechara que pudiera haber un tumor maligno, se extraerá tejido de la glándula, es decir, se realizará una biopsia con aguja fina. La biopsia también indicará si detrás de una inflamación aguda de la glándula tiroides pudiera estar una forma poco frecuente de tiroiditis, la fibrosa, también denominada estruma de Riedel. En este caso, una cintografía será de gran ayuda para reforzar el diagnóstico.

  • Tratamiento

Salvo en casos excepcionales, la tiroiditis de Hashimoto siempre precisa de tratamiento para resolverse. Como no se puede tratar según sus causas, se recetan medicamentos que alivien las molestias. Si el paciente sufre fuertes dolores, puede aplicarse un tratamiento con glucocorticoides durante un corto período de tiempo, ya que, en principio, no tiene demasiado sentido. El tratamiento de una inflamación crónica de la glándula tiroides consiste en equilibrar el hipotiroidismo con un tratamiento hormonal crónico con levotiroxina (tiroxina-L). En casos excepcionales, puede ser necesario extirpar la glándula tiroides con cirugía. Este es el caso en situaciones en las que la glándula tiroides está tan aumentada que el paciente ve afectada su calidad de vida porque no puede tragar y sufre afonía crónica.

  • Pronóstico

Suele provocar una destrucción parcial o total del tejido de la tiroides que desencadena una hipofunción de la glándula tiroides (hipotiroidismo). Esta situación obliga al paciente a seguir un tratamiento con hormonas tiroideas (levotiroxina, tiroxina-L) durante toda la vida.

Inflamación fibrosa

Es una forma extremadamente rara de la inflamación crónica de la glándula tiroides, que corresponde a una tiroiditis fibrosa, denominada también estruma de Riedel, en honor del cirujano alemán Bernhard Riedel (1846-1916). La causa de esta enfermedad sigue siendo desconocida hasta la fecha. Afecta, principalmente, a mujeres de mediana edad.

  • Síntoma

Un síntoma claro es un endurecimiento extremo de la glándula tiroides que da lugar a molestias al tragar, sensación de opresión en la garganta y a un estrechamiento de la tráquea.

  • Tratamiento

Suele desaparecer por sí misma. En caso de fuertes dolores puede ser necesario recurrir a la extirpación quirúrgica de la glándula tiroides.

Prevención

La inflamación de la glándula tiroides (tiroiditis) solo se puede prevenir en cierta medida. La única medida preventiva sensata es tratar las infecciones de forma contundente para evitar una segunda infección y con ello la aparición de la tiroiditis.

Fuentes

  • Utilidad clínica de los anticuerpos anti tiroideos; J.C Galofré, T.F Davies; Departamento de Endocrinología y Nutrición. Clínica Universitaria. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra 2Thyroid Research Unit. Department of Medicine, Mount Sinai School of Medicine, The Mount Sinai Hospital and the James J. Peters VA Medical Center, New York, New York, USA. Rev Med Univ Navarra. Vol 52, nº 2, 2008, 3-8.
  • Utilidad clínica de los anticuerpos anti tiroideos; J.C Galofré, T.F Davies; Departamento de Endocrinología y Nutrición. Clínica Universitaria. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra 2Thyroid Research Unit. Department of Medicine, Mount Sinai School of Medicine, The Mount Sinai Hospital and the James J. Peters VA Medical Center, New York, New York, USA. Rev Med Univ Navarra. Vol 52, nº 2, 2008, 3-8.
  • Principios de medicina interna. Harrison; 15ª Ed. 2002; McGraw Hill Interamericana.
  • Tiroiditis. Tiroiditis aguda. Tiroiditis subaguda granulomatosa. Tiroiditis silente. Tiroiditis posparto. Tiroiditis de Hashimoto. Otras tiroiditis. Original Research Article. Revista Medicina Interna.
  • [1]. Consultado el 28 de febrero de 2018
  • [2]. Consultado el 28 de febrero de 2018
  • [3]. Consultado el 28 de febrero de 2018
  • [4]. Consultado el 28 de febrero de 2018