Zona franca (Isla de la Juventud)
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Zona Franca (Isla de la Juventud). Plan que se ideó bajo el gobierno de Fulgencio Batista. Se quería convertir al teritorio pinero en un nuevo Monte Carlo, con cadenas de hoteles lujosos, grandes casinos, carreteras modernas, aeropuertos y muelles o dársenas capaces de permitir el atraque de cualquier yate por grande que fuera. Batista, como varios miembros de su gobierno, se beneficiaba con la Zona Franca de Isla de Pinos.
Breve historia
Desde 1949, los comerciantes pineros, a través de la Cámara de Comercio en la Isla de Pinos hacían gestiones con el fin de desarrollar el turismo, para lo cual se comunicaron con varios de los Ministros de aquellos momentos y promovieron reuniones donde se discutiera el tema.
En 1955 se aprobó la Ley Decreto No. 1973 del 25 de enero que salió publicado el día 27 de ese mismo mes y año, donde se autorizaba a la Comisión Nacional de Deportes para celebrar corridas de Toro en Isla de Pinos. Y seguidamente la Ley-Decreto 2071 del 27 de enero de 1955 y que se publicó en la Gaceta Oficial el 7 de febrero de ese año, donde se declaraba zona turística a la Isla de Pinos y los cayos adyacentes. A la vez declaraba Zona Franca al territorio insular de la Isla de Pinos.
Después fueron dictados otros Decretos, Decretos Leyes, Acuerdo-Ley y Decretos presidenciales. Todos firmados por el Presidente Fulgencio Batista, quien a la vez resultaba el primer beneficiario de ese proceso y por lo que periódicamente visitaba al territorio, para comprobar la marcha del proyecto que tantos frutos le ocasionarían.
Batista, como varios miembros de su gobierno, se beneficiaba con la Zona Franca de Isla de Pinos, por ejemplo, Morales del Castillo, Justo Luis del Poso y hasta Rolando Masferrer y por encima de todos estaban los poderosos de la Mafia Neoyorquina con sus grandes compañías que al final eran los principales ganadores en el proceso de la Zona Franca para la Isla de Pinos.
Proyecto de Zona Franca
El proyecto era ambicioso, se quería convertir a la ínsula en un nuevo Monte Carlo, con cadenas de hoteles lujosos con grandes casinos, carreteras modernas, aeropuertos y muelles o dársenas capaces de permitir el atraque de cualquier yate por grande que fuera.
Los proyectos de hoteles se ubicarían en la Siguanea, con un gran casino con sus salas de juego y hoteles de lujo como al llamado "Isla del Tesoro" con varios pisos y con seguridad, incluso para evitar cualquier incendio; lo único que se terminó fue el actual Colony, el cual sería fundamentalmente un casino para grandes jugadores.
El otro proyecto se levantaría muy cerca de la zona de San Francisco, algo pegado al aeropuerto de Nueva Gerona; pero de eso no se levantó nada.
El tercero de las Cadenas de Hoteles sería el destinado al aprovechamiento de las aguas minero-medicinales de Santa Fe. Allí se trabajó algo, se culminó con el nuevo Hotel Santa Fe, el cual se vinculaba con el antiguo más conocido por Santa Rita y las áreas de baños de aguas medicinales. Además concluyeron los trabajos de un moderno solarium, quizá el mejor de América Latina en aquellos momentos.
Se quería aprovechar las principales vías fluviales, como el Río Sierra de Casas y el de Santa Fe, en las riveras del primero se recuerdan varias casas de recreos y varios moteles. Entre las primeras se pudiera hablar de Changrilá, la casa de Perle o la residencia de Upton, en lo que hoy es Patria Batey y los Moteles Casa Mañana, Río Verde, El Bamboo, la Casa del Pescador y el Rancho del Tesoro.
Donde terminaba el río Santa Fe, se preparaba un Reparto Residencial llamado Júcaro, pegado al muelle de ese nombre. En el lugar se culminaron cabañas que formaban una especie de motel con el mismo nombre.
En Nueva Gerona, se remozaron hoteles y se crearon casas de huéspedes en todas sus calles, por ejemplo en la calle Martí estaba el Hotel La Americana (Hoy La Cubana), el Isla de Pinos, el Bar Moré, el San José, el Upton y otras casas de huéspedes.
Otros de las ideas desarrolladas fue la creación de varios repartos residenciales vinculados al proyecto, como fue el Nuevo Miami, en la finca Santa Ana, frente al colegio Americano; el Nazareno, pegado al río, todo un barrio residencial, donde Casillas Lumpuy y Ugalde Carrillo hicieron sus residencias.
Las poderosas compañías compraban terrenos muy baratos y posteriormente los vendían en lotes demasiados caros. Otro tema referido a la Zona Franca era el vinculado a la compra y venta de mercancías de todo tipo, donde también se encontraba presente el contrabando realizado por aquellos poseedores de grandes capitales.
Fuente
- Juan Colina La Rosa, Historiador Municipal
