Agricultura intensiva


Agricultura intensiva
Información sobre la plantilla
AGRICULTURA INTENSIVA1.jpg
Concepto:Actividad agrícola que explota al máximo los medios de producción.

Agricultura intensiva. Actividad agrícola que explota al máximo los medios de producción. Dicha utilización intensa de los medios productivos puede desarrollarse en cuanto a la capitalización, los insumos o la mano de obra.

Es uno de los tipos de agricultura más conocidos en todo el planeta. Este tipo de agricultura emplea métodos y herramientas para obtener una producción en masa de productos agrícolas. Por esta razón, se emplea maquinaria y herramientas de alto valor añadido. Así, cabe destacar que, por esta razón, este tipo de agricultura presenta un alto grado de tecnificación y requiere de grandes inversiones de capital y energía. Por lo que, por tanto, su uso es comercial, con el objetivo de obtener un rendimiento económico.

Es similar a la agricultura industrial, pero su objetivo es aprovecharse de economías de escala.

Características

Entre las características que definen la agricultura intensiva cabe destacar las siguientes:

  • Es uno de los tipos más conocidos en el planeta.
  • Suele emplearse en economías desarrolladas.
  • Se centra en la producción a gran escala.
  • Suele ser una producción centrada en determinados productos.
  • Se realiza con fines comerciales.
  • Presenta una elevada tecnificación.
  • Requiere de grandes inversiones en capital y energía.
  • Es más dañina con el medioambiente que otros tipos.
  • Mayor productividad de la tierra.

Ventajas y desventajas

Al margen, este tipo de agricultura, de la misma forma que presenta ventajas, también presenta desventajas.

Ventajas

  • Mayor productividad de la tierra.
  • Mayor rendimiento económico.
  • Asegura producción a gran escala.
  • Genera empleo de mayor calidad.
  • Presenta un mayor valor añadido.
  • Más sectores se benefician de ella.

Desventajas

  • Más contaminante con el ecosistema.
  • Menos inclusiva, al darse más en economías desarrolladas.
  • Precisa de una gran inversión en maquinaria.
  • Presenta un alto gasto de energía, a través de combustibles.

Productos en los que se emplea

Diferencia entre agricultura intensiva y agricultura extensiva

Entre los tipos de agricultura más conocidos se encuentran la agricultura intensiva y la agricultura extensiva.

Estos tipos, aun presentando aspectos comunes, presentan claras diferencias que, a continuación se matizan:

Agricultura intensiva

Se centra en la producción masiva de productos, con el objetivo de disponer de ellos para un uso comercial. Se caracteriza por el uso de maquinaria, así como grandes cantidades de energía. Presenta un alto grado de tecnificación, por lo que suele emplearse en economías desarrolladas.

Agricultura extensiva

Es un tipo de agricultura que no trata de modificar nada con capital, sino que se adapta a los ciclos agrícolas. Esta emplea menos energía y menos recursos. No es tan dañina con el medio ambiente. A la vez que, los productores, son menos dimensionados y presentan otros fines alternativos.

Ejemplos de agricultura intensiva

Monocultivos masivos

Como los cultivos de trigo, maíz y cebada en las llanuras norteamericanas, o la soja en las argentinas, se trata de monocultivos de mucha rentabilidad destinados tanto al consumo interno como a la exportación y que a pesar de estar altamente mecanizados, producen daños ambientales y empobrecen la especie al preferir siempre semillas de bioingeniería y usar agrotóxicos (abonos, pesticidas u otros).

Agricultura de invernadero

Se llama invernadero a lugares cerrados y de condiciones climáticas controladas, por lo general transparentes para permitir la entrada de la luz solar pero impedir la dispersión del calor. Son largamente empleados para el cultivo intensivo de ciertas especies vegetales, aprovechando el clima simulado para potenciar su productividad.

Agricultura hidropónica

En ella se emplean soluciones minerales para cultivar las plantas, en lugar de suelo propiamente. A veces se emplea una materia inerte como soporte de las plantas, otras veces directamente el agua, en la cual se vierten las sustancias necesarias para el crecimiento vegetal.

Agricultura de regadío

Empleando sistemas automatizados de riego, se mantienen niveles de humedad propicios para el cultivo de algunas pocas variantes vegetales, permitiendo así suministrar constantemente estos alimentos sin necesidad de coordinar las temporadas de lluvia y sequía.

Cultivos florales comerciales

La industria de las flores también tiene su variante intensiva, a través de vastos rosedales, plantaciones de girasol u otras flores muy codiciadas, tanto para arreglos estéticos como para labores de perfumería. Esto incluye cultivos aromáticos, como el de la lavanda, que exigen la preparación constante de los suelos para apresurar la floración y de las plagas para evitar que la arruinen.

¿La agricultura intensiva consume muchos recursos?

Este es una falso mito sobre la agricultura intensiva, ya que de hecho lo que pretende este sistema de cultivo es optimizar la utilización de los recursos.

Al comparar una explotación hortícola “tradicional” respeto a un sistema intensivo, en global, el sistema intensivo seguro que consume muchos más recursos de agua, fitosanitarios o fertilizantes. Pero si se comparan por cada kilo de producto obtenido o por cada metro cuadrado de suelo, la agricultura intensiva permite obtener cada kilo de producción a un coste medioambiental inferior.

Por ejemplo: en una plantación-superintensiva de olivar, se pueden llegar a recoger hasta 12.000 kilos/ha de aceituna, mientras que una tradicional, la media puede rondar los 3.000 kilos por hectárea, lo que en algunos casos, sin las subvenciones son explotaciones económicamente inviables.

Nocividad para el medio ambiente o para la salud

Es otro mito de la agricultura intensiva. Existen muchas certificaciones alimentarias a las que se someten los agricultores para obtener sellos de calidad y seguridad que garantizan que los vegetales que comemos han sido producidos respetando todas las normativas. Algunas de estas certificaciones son:

Producción Integrada (PI)

Consiste en valorar y priorizar alternativas no químicas antes de aplicar fitosanitarios al cultivo, y así reducir el uso de agroquímicos durante el ciclo del cultivo. El distintivo de su sello suele ser una mariposa.

Global GAP

Este certificado tiene abasto mundial y GAP es el acrónimo en inglés de Buenas Prácticas Agrícolas (Good Agricultural Practices). Existe desde 1990 y la mayoría de grandes cadenas alimentarias lo requiere para distribuir frutas y verduras de cualquier productor. Además las administraciones regulan la producción de alimentos para asegurar unas producciones de calidad y sanas para los consumidores, aunque hayan sido producidas debajo de condiciones de agricultura intensivas. Entre estas obligaciones destaca el cumplimiento del cuaderno de campo.

Futuro de la agricultura intensiva

La agricultura intensiva ha sido una de las claves para el desarrollo de la humanidad durante el siglo XX y seguro que será aún más importante para asegurar una alimentación sana y de calidad en el siglo XXI, para una población en constante crecimiento. Este tipo de agricultura tendrá que convivir con otros modelos como la producción ecológica o tradicional, que va en aumento y para la que cada vez hay un mercado mayor.

Para llevar un buen control, tanto si practicas agricultura intensiva, extensiva, ecológica, u otras, se necesita una herramienta que permite llevar el control de los recursos que se invierten en la explotación.

Consecuencias de la Agricultura Intensiva

Realizar agricultura intensiva en el campo tiene consecuencias negativas para el medio ambiente. Al no tener en cuenta conceptos sostenibilidad ni contribuir a la protección de la naturaleza, la agricultura intensiva puede ocasionar problemas al medio ambiente tales como:

Deforestación

Provoca la degradación de los suelos y conduce a la expansión de nuevas tierras; en particular, se talan bosques para obtener nuevas zonas fértiles y productivas. El alcance del problema queda claro con cifras: la agricultura intensiva es culpable del 80% de la deforestación mundial.

Resistencia de plagas y maleza a los productos químicos

El uso regular de plaguicidas y herbicidas en la agricultura intensiva fuerza a recalcular la cantidad necesaria cuando la cantidad estándar se vuelve menos efectivas o, incluso, totalmente ineficaz. Como resultado, los parásitos se hacen más fuertes y pueden reproducirse de forma descontrolada.

Degradación del Suelo

“Exprimir” los campos al máximo provoca el agotamiento y la erosión del suelo. Las prácticas de agricultura intensiva debilitan la tierra, ya que interfieren significativamente en los procesos naturales del suelo. En concreto, los plaguicidas químicos destruyen los microorganismos que habitan en ella y que garantizan el compostaje y la correcta incorporación de la materia orgánica.

Impacto en el hábitat natural

La necesidad de buscar nuevos terrenos para satisfacer las necesidades de la agricultura intensiva afecta a la fauna y flora silvestres, reduciendo el tamaño de su lugar de vida tradicional.

Contaminación del agua

Las fuertes escorrentías químicas de los campos debido a la agricultura intensiva penetran en las masas de agua, envenenando a los organismos acuáticos. La deforestación y el corte de franjas de protección para fortificar las riberas de los ríos provocan inundaciones y sedimentación.

Cambio climático

La práctica de agricultura intensiva tiene un gran impacto ambiental y es uno de los principales impulsores del cambio climático global, acelerando la erosión del suelo y la contaminación del medio ambiente en general debido a la inadecuada captura de carbono, las emisiones de combustibles fósiles y el enfoque explotador en el uso de la tierra y el agua.

Impacto en la salud humana

Las grandes cantidades de sustancias químicas en las plantas consumidas pueden inducir problemas en el cuerpo humano, incluso anomalías congénitas.

También hay desventajas económicas y sociales. La agricultura intensiva moderna emplea una gran cantidad de máquinas y tecnología de tratamiento del campo y menos mano de obra humana en comparación con las prácticas ecológicas con mucho trabajo manual. El resultado es un bajo nivel de empleo y compromiso de los recursos humanos.

En cuanto al aspecto económico, los bajos precios de la agricultura intensiva tradicional hacen la competencia a los productos de agricultura ecológica, más caros, aunque de mayor calidad.

Bibliografía

  • Aznar Sánchez, J. A. (2006): La competencia entre la horticultura intensiva de Marruecos y España. Navarra, Thomson-Civitas.
  • Aznar Sánchez, J. A. y Sánchez Picón, A. (2010): «Innovación y distrito en torno a un ‘milagro’: la configuración del sistema productivo local de la agricultura intensiva de Almería»; Revista de Historia Industrial (42) ; pp. 157-193.
  • Baamonde, E. (2009): «El cooperativismo agroalimentario»; Mediterráneo Económico (15) ; pp. 229-246.
  • Camacho Ferre, F. y Fernández Rodríguez, E. J. (2003): «Evolución de las estructuras productivas en la agricultura intensive»; en Álvarez Ramos, J. y Camacho Ferre, F., coords.: Innovaciones en el sector hortofrutícola español. Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; pp. 33-53.
  • Cortés García, F. J. y Camacho Ferre, F. (2009): «La innovación, base del sostenimiento de la horticultura protegida de Almería». Distribución y Consumo, 19(106) ; pp. 52-62.
  • Galdeano Gómez, E. y Sánchez Pérez, M. (2005): Innovación y comercialización hortofrutícola. Almería, Universidad de Almería.
  • García Torrente, R. y Pérez Mesa, J. C. (2010): «Demanda internacional y control biológico de frutas y hortalizas»; Cuadernos de Estudios Agroalimentarios (1) ; pp. 111-122.
  • Asociación de empresarios-cosecheros exportadores de productos hortofrutícolas de Almería - Coexphal. 2002. Programa de control.
  • GALLARDO-PINO, M. 2007. Uso eficiente del agua y el nitrógeno en cultivos hortícolas de invernadero. Jornadas de Divulgación de la Actividad I+D+i.

Fuentes