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Plantilla:Personaje artístico

Alejandro Evelio Garc�a Caturla: destacado compositor cubano que trascendi� por incorporar a la m�sica sinf�nica el legado africano. Fue definido por el escritor Alejo Carpentier como el temperamento musical m�s rico y generoso que haya aparecido en la isla.


Biograf�a

Ni�ez y adolescencia

Naci� en la hermosa ciudad de Remedios, Villa Clara, el 7 de marzo de 1907, hijo de Diana Victoria y Silvino. Siendo a�n muy peque�o y casi sin poder alcanzar el teclado, sentado en las piernas de su manejadora negra, reproduc�a en el piano las melod�as que escuchaba. Luego se fue nutri� de conocimientos durante su juventud mientras participaba en fiestas rituales afrocubanas en su ciudad natal. Su pasi�n por la m�sica se hizo evidente desde entonces y por eso lleg� a dominar f�cilmente la t�cnica del viol�n.

Realiz� los primeros estudios musicales con Fernando Estrems y posteriormente con [[Mar�a Montalv�n|Mar�a Montalv�n]] y [[Carmen Vald�s|Carmen Vald�s]]. Al pasar a La Habana para cursar estudios de Derecho en la Universidad estudi� con Pedro Sanju�n Nortes armon�a, contrapunto y fuga.

En 1923 Alejandro Garc�a Caturla comienza a estudiar la carrera de Derecho Civil en la Universidad de la Habana para complacer a su padre. En 1924 funda, con sus condisc�pulos, una orquesta con formato de jazz-band nombrada Caribe. En ese a�o tambi�n ingresa en la [[Orquesta Sinf�nica]].

La obra de Alejandro Garc�a Caturla es reconocida tanto en Cuba como en el exterior. Prodigiosa facilidad ten�a para aprenderlo todo con extraordinaria facilidad, entre esto los idiomas y la abogac�a. A la vez continuaba realizando estudios de m�sica, tratando de estar al d�a acerca de lo que en esos a�os 1925-1927 se hac�a en Europa.

En 1925 se incorpora a la Orquesta Filarm�nica y su director Pedro Sanju�n Nortes le impart�a entonces clases de armon�a, composici�n e instrumentaci�n. Por esta �poca los maestros italianos Tina Farelli y Arturo Bovi guiaron su voz de bar�tono atenorado en la Academia de Canto de La Filarm�nica Italiana.

La revista Social public� la partitura de su Danza lucum�, que luego form� parte del tr�ptico orquestal, Tres danzas cubanas.

A Caturla le toc� vivir en una �poca marcada por la sociedad dividida en clases, a la cual se enfrent� todo el tiempo con singular pasi�n, la misma con que se enfrent� a las limitaciones reaccionarias, con gran coraje. Se manifestaba siempre muy independiente en todos los actos de la vida. Fue un hombre de un pensamiento muy avanzado, desafi� los prejuicios burgueses de entonces y se cas� con una mujer negra, a la cual profes� un amor muy especial.

Caturla se nutri� desde edades tempranas de los variados componentes del espectro musical circundante. �peras y bemb�s, arias, danzones y criollas, penetraron en su o�do y fueron asimilados por el desprejuiciado talento art�stico del ni�o y del adolescente, siempre abierto a las m�s inimaginables sonoridades.

En realidad, Caturla conjuga varias cosas; estudia Derecho en la Universidad de La Habana, dirige un jazz band, profundiza conocimientos musicales, escribe cr�tica, canta en ocasiones y comparte con los intelectuales del Grupo Minorista.

M�s all� del entorno de su natal Remedios, el hijo de Diana y Don Silvino, cual le identificaban los mayores; o el joven doctor Caturla, como otros le dec�an, era ya para sorpresa de muchos de sus conciudadanos uno de los compositores sinf�nicos cubanos de mayor relieve, insertado plenamente en el �mbito musical de [[Espa�a|Espa�a]], Francia, Alemania, [[Norteam�rica|Norteam�rica]] y otras naciones.

De un primer atentado a tiros en Palma Soriano escap� ileso el probo juez Caturla. No as� de un segundo, en suelo natal. El homicida (un custodio de la c�rcel), seguramente inconsciente de la trascendencia de su acto brutal, ejecutaba un doble crimen: el del funcionario judicial intachable y el del m�sico que pose�a el temperamento musical m�s rico y generoso aparecido en la isla, seg�n la autorizada opini�n de Alejo Carpentier, calificativos, ambos, a los que muy pocos pueden aspirar cuando se han vivido s�lo 34 a�os.

Muerte

El d�a 12 de noviembre de 1940, martes, fue asesinado, a los 34 a�os de edad, por alguien a quien horas m�s tarde deb�a condenar, que con dos disparos a quemarropa puso fin a la vida del genial exponente de la m�sica cubana, este pudo haber sido un d�a rutinario, como otro cualquiera, en la apacible villa de San Juan de los Remedios de no ser por los disparos que se escucharon a la ca�da de la tarde y que segaron la vida de Alejandro Garc�a Caturla.

Cronolog�a

  • En 1927, al regresar a su ciudad natal tras graduarse de abogado en La Habana, se dio a la tarea de fundar, animado por los mismos empe�os musicales que mov�an a Alejo Carpentier y a [[Amadeo Rold�n|Amadeo Rold�n]], con quienes hab�a trabado amistad durante su estancia en La Habana, una Orquesta de C�mara en Remedios, entregado de lleno a tratar de llevar adelante un nuevo modo de hacer m�sica.
  • La Orquesta de C�mara que fund� estren� en abril de 1927 su Obertura cubana, obra enraizada en lo m�s puro de la m�sica cubana. Al calor del influjo que ejerc�an los minoristas con sus postulados renovadores, a algunos de cuyos miembros pudo conocer mientras estudiaba en La Habana.
  • En octubre de 1927, fund� en Remedios, un peque�o peri�dico, de vida ef�mera, titulado precisamente Los minoristas. S�lo apareci� un n�mero, en el cual vio la luz su primera cr�tica musical.
  • De paso, se detiene en Madrid, luego en Sevilla y sigue hacia Francia, ahora acompa�ado del compositor mexicano Manuel Ponce. En la [[Sala Gaveau de Par�s|Sala Gaveau de Par�s]] se estrenan en noviembre Dos poemas afrocubanos. Al mes siguiente, en funci�n dirigida por el maestro Marius François Gaillard, se escucha su Bemb�. Él, que no presencia la segunda de tales funciones, est� de regreso en Remedios, donde a finales de a�o se le confiere el t�tulo de Hijo Ilustre de la ciudad. Para Caturla no es v�lido aquello de que nadie es profeta en su tierra.
  • En septiembre de 1929 viaj� de nuevo a Europa para representar a Cuba junto a [[Eduardo S�nchez|Eduardo S�nchez]] de Fuentes en los [[Festivales Sinf�nicos Iberoamericanos|Festivales Sinf�nicos Iberoamericanos]] de la Exposici�n Internacional de Barcelona, donde se ejecut� Tres Danzas Cubanas para Orquesta Sinf�nica.
  • En 1929 publica varios art�culos en la revista Musicalia dirigida por Mar�a Mu�oz y Antonio Quevedo. En el n�mero correspondiente a julio-agosto de ese a�o ve la luz su an�lisis sobre las posibilidades de los ritmos afrocubanos de ser incorporados al pentagrama musical con el t�tulo Posibilidades sinf�nicas de la m�sica afrocubana
  • En 1932 organiza en Caibari�n, con la colaboraci�n de Jos� Mar�a Montalv�n, una orquesta de conciertos para divulgar las obras sinf�nicas de los cl�sicos y los contempor�neos y contribuir as� a la educaci�n del pueblo, de la cual fue director. En este mismo a�o fund� la Sociedad de Conciertos de [[Caibari�n]], de cuya orquesta fue director.
  • En julio de 1933 funda la revista Atalaya.
  • En 1938 gan� el primer premio con Obertura Cubana, en el Concurso Nacional de M�sica convocado en 1937 por la Direcci�n de Cultura de la Secretar�a de Educaci�n y Menci�n Honor�fica por Suite para Orquesta".
  • Cuando contaba con 22 a�os y el t�tulo reci�n expedido de abogado cuando en 1928 parte hacia [[Par�s|Par�s]] con un buen n�mero de obras en el equipaje: Obertura cubana, Tres danzas, Guajiras, Poema de verano, Poema de ambiente cubano.
  • En 1932, Leopold Stokowski estrena en Nueva York las danzas Del tambor y Lucum�, [[Nicol�s Slonimsky|Nicolás Slonimsky]] dirige audiciones de varias obras de Caturla, tanto en el exterior como en Cuba. Se cuentan entre ellas: Bemb�, Tres danzas cubanas y Primera Suite Cubana.Los maestros [[Pedro Sanju�n|Pedro Sanju�n]], Gonzalo Roig, [[Amadeo Rold�n|Amadeo Rold�n]] y [[Jos� Ardévol|Jos� Ardévol]] dan a conocer, en el pa�s, las partituras de Caturla.

Mientras, el remediano ilustre tambi�n hace lo suyo con la obra de cl�sicos y contempor�neos. Desde su cargo de director de la [[Orquesta de Conciertos de Caibari�n|Orquesta de Conciertos de Caibari�n]] divulga la m�sica de Mozart, Debussy, Falla, Vivaldi, Ravel, Gershwin, Stravinsky¸ Cowell... am�n de la suya.

Aportes importantes

Era compositor, director de orquesta, violinista, arreglista, tambi�n era juez. Hombre refinado, de semblante irland�s hab�a sentido siempre una atracci�n poderosa por lo negro, lo cual le acarre� no pocas incomprensiones entre aquellos que abogaban por un folklore de sociedad.

Sobre su tel�rica personalidad y su ingenio afirm� a�os atr�s el conocido music�logo [[Hilario Gonz�lez|Hilario Gonz�lez]]: �nicamente un genio puede componer as�. Fue uno de los compositores vitales en la esencia y expresi�n nacional durante el Siglo XX, al dejar piezas sinf�nicas que rastrean y enriquecen el lenguaje de las ra�ces negras, espa�olas, populares y folkl�ricas de Cuba.

Fue violinista de las Orquestas Sinf�nica y Filarm�nica de La Habana, y en [[Caibari�n|Caibari�n]] fund� la Sociedad de Conciertos, desde donde divulg� la obra de m�sicos como Debussy, Rabel y Falla.

El cat�logo de las composiciones de Caturla comprende piezas para piano, viol�n, [[�rgano oriental]], violonchelo, saxof�n, conjuntos de c�mara, formatos vocales, banda, m�sica para el teatro y de manera ocasional en a�os de adolescencia para filmes silentes.

Din�mico, liberal en sus concepciones sociales y pol�ticas, artista de vanguardia e innovador aut�nticamente nacional, Caturla altern� su gran amor, la m�sica, con el ejercicio de su trabajo como juez.

En [[Par�s]] edita sus danzas Lucum� y Del tambor. El encuentro con el compositor Edgar Varese y con el escritor Louis Aragon, las funciones del ballet, los conciertos, son momentos inolvidables. Aun as�, el 25 de octubre est� de vuelta en Cuba.

En la Ciudad Luz adem�s, el m�sico llegado del tr�pico es torbellino de inquietudes, pero ante todo quiere estudiar. La profesora Nadia Boulanger lo acoge como alumno, pero m�s que darle clases, ella prefiere sostener con aquel aventajado disc�pulo un intercambio de criterios, lo orienta y estimula.

Fue colaborador de las revistas Musicalia y la Revista de Avance; esta �ltima represent� las preocupaciones vanguardistas de la intelectualidad cubana en los a�os veinte del pasado siglo a la que Caturla estuvo unido al incorporar los ritmos e instrumentos afrocubanos a la orquesta sinf�nica.

Legado

Su arte es una s�ntesis de nacionalidad y universalidad, de tradici�n y actualidad. Mezcl� sabiamente los postulados de la vanguardia musical europea con los ritmos cubanos. Las obras sinf�nicas de Caturla han sido ejecutadas por orquestas significativas de distintos pa�ses bajo la direcci�n de prestigiosos directores.

A trav�s de su corta vida desarroll� m�ltiples actividades como violinista, ocup� atriles de segundo viol�n y viola en la Orquesta Sinf�nica de La Habana y la Filarm�nica. Como pianista se inici� tocando en un jazz band del cual fue director haciendo algunas presentaciones personales, adem�s tocaba saxof�n, clarinete y percusi�n. Su voz de bar�tono se escuch� en algunos conciertos organizados por Annkerman y Lecuona.

Cultiv� el periodismo como cronista social y cr�tico de arte, dej� trabajos sobre pedagog�a musical y sobre la m�sica nueva de su momento.

Su preocupaci�n por la justicia lo llev� a realizar importantes trabajos entre los que se encuentra un ensayo sobre la delincuencia juvenil. Ejerci� jur�dicamente en varios municipios, manteniendo una conducta intransigente en el ejercicio de su profesi�n. Su car�cter, en permanente lucha con los convencionalismos sociales y art�sticos lo llev� a la muerte.

Obras

  • Mi mam� no quiere que yo baile el son.
  • No quiero cuento con tu marido.
  • La viciosa.
  • La n�mero tres.
  • Son en fa.
  • Berceuse campesina.
  • Danza del tambor.
  • No quiere juego con tu marido (Danza cubana no. 1), 1924.
  • La viciosa (Danza cubana no. 2), 1924.
  • La n�mero tres (Danza cubana no. 3), 1924.
  • Cuentos musicales. Escanas infantiles, 1925.
  • Tres Preludios, 1925.
  • Tres danzas cubanas, 1927.
  • La rumba, 1927.
  • Obertura cubana, 1928.
  • Comparsa (a Fernando Ortiz), 1930.
  • Preludio Homenaje a [[Chang�]], 1936.
  • Berceuse para dormir a un negrito, 1937.
  • Berceuse Campesina, 1938.

�pera

Manita en el suelo, libreto de Alejo Carpentier .

Bibliograf�a

Depestre Catony, L. & Asbeda Garrido, L. (2002).Personalidades Cubanas. Siglo XX. Editorial Ciencias Sociales, La Habana.

Fuente

CentroArte

Biograf�a y Vida[1]

Trabajadores