José Ponce Díaz

José Ponce Díaz
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NombreJosé Ramón Ponce Díaz
ApodoPepe Ponce
LealtadEjército Rebelde
Fuerzas Armadas Revolucionarias
Servicio/ramaPolicía
Ejército
Lugar de operaciónBandera de Cuba Cuba
MandosJefe de la Policía en Pinar del Río
Jefe de la Policía en Las Villas
Participó enGuerra de Liberación de Cuba 19561958

Nacimiento9 de abril de 1926
Artemisa, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento17 de febrero de 2001
La Habana, Bandera de Cuba Cuba

José Ramón Ponce Díaz. Nació en Artemisa el 9 de abril de 1926, en la calle Colón, entre Zenea y Agramonte.

Militante del Partido Ortodoxo. Estuvo entre el nutrido grupo de artemiseños que participó en las acciones del 26 de Julio de 1953 en Oriente y resultó herido. Condenado y enviado al Presidio Modelo de Isla de Pinos, siendo amnistiado en 1955. Partió al exilio y regresó a Cuba en la expedición del yate Granma y fue herido de gravedad en el primer combate que sostuvieron los expedicionarios en Alegría de Pío. Hecho prisionero volvió a ser enviado a presidio, lugar donde permaneció hasta el final de la guerra.

Luego de su liberación reingresó en las fuerzas revolucionarias y fue jefe de la policía en Pinar del Río y en Las Villas; participó en la limpieza de los remanentes mercenarios luego de la Batalla de Girón y cumplió misiones internacionalistas en Angola, Argelia y Siria.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació en Artemisa el 9 de abril de 1926, en la calle Colón, entre Zenea y Agramonte. Su padre era barbero y su madre, ama de casa. Eran cinco hermanos.

Comenzó sus estudios en Artemisa, en el colegio ubicado en General Gómez, esquina a General Díaz, hasta el quinto grado; luego pasó a la Escuela Primaria Superior que se encontraba en la calle General Gómez, frente al actual centro telefónico.

Con 14 años comenzó a trabajar de aprendiz en la imprenta Robaina, que se encontraba situada al lado del Teatro Juárez. Tiempo después, como tenía algunos conocimientos de tipografía, pasó a trabajar en un pequeño taller en la calle República No. 4.

Pidió un préstamo al esposo de una tía que vivía en Los Palacios, con el cual adquirió una máquina de imprimir y unas cuantas cajas de letras y montó su propia imprenta, donde realizaba trabajos pequeños y propaganda revolucionaria, como el periódico de los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa.

Trayectoria revolucionaria

Fue fundador del Partido Ortodoxo y firmó un manifiesto que tenía el pie de “Imprenta Hermanos Ponce”, por lo cual sufrió persecuciones y fue detenido, siendo golpeado en el cuartel de la Guardia Rural de Artemisa. Con el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 dado por Fulgencio Batista, se incrementó la actividad revolucionaria en Artemisa.

Pepe Ponce formó parte del Movimiento Revolucionario de Artemisa junto con Ramiro Valdés, Pepe Suárez, Guillermo Granados Lara, Severino Rossell, Tomás Álvarez Breto, Ricardo Santana Martínez y otros compañeros que participaron después en el ataque al Moncada.

“En Artemisa, los jóvenes ortodoxos constituyeron las primeras células, compuestas hasta por diez compañeros cada una, bajo la dirección de José Suárez y Ramiro Valdés. Posteriormente, el primero fue designado responsable provincial y el segundo ocupó la jefatura de la célula central en el municipio. Junto a ellos encabezaron otras células Julito Díaz, Ciro Redondo, José Ponce, Ramón Pez, Severino Rosell y Emilio Hernández”. [1]
FOTO: Armamento con el que realizaban las prácticas de tiro.

Estos jóvenes realizaron la preparación del tiro en varios lugares de Artemisa, en la Universidad de La Habana y en otros sitios seleccionados.

“El incremento de la preparación incluyó, además, la intensificación de los entrenamientos y las prácticas de tiro en diversos lugares dentro y fuera del territorio, principalmente en las fincas Larrazábal, cerca de Candelaria, San Miguel, del barrio Capellanías, donde vivía Carmelo Noa Gil; La Tentativa, entre Artemisa y Guanajay, donde vivía Ismael Ricondo; Las Tumbas, Cayajabos; la finca Sánchez, perteneciente a Francisco Chirino, padre de la novia de Santana y otros lugares”. [2]

Asalto al cuartel Moncada

Fue uno de los artemiseños seleccionado por la Dirección del Movimiento Revolucionario para tomar parte en el Asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.

“Estos se trasladaron por distintas vías y medios de transporte, individualmente o en pequeños grupos.

“A pesar de la cifra asignada de 25, se decidió enviar a 30 revolucionarios de los más destacados, aunque definitivamente participarían 28 en la acción. Estos fueron: José Suárez Blanco, Ramiro Valdés Menéndez, Rosendo Menéndez García, Tomás Álvarez Breto, Antonio Betancourt Flores, Flores Betancourt Rodríguez, Gregorio Careaga Medina, Rigoberto Corcho López, Guillermo Granados Lara, Emilio Hernández Cruz, José A. Labrador Díaz, Marcos Martí Rodríguez, Carmelo Noa Gil, Ismael Ricondo Fernández, Marino Collazo Cordero, Julio Díaz González, Gelasio Fernández Martínez, Roberto Galán Betancourt, Orlando Galán Betancourt, Fidel Labrador García, José Ponce Díaz, Ciro Redondo García, Severino Rosell González, Ramón Callao Díaz, Gerardo Granados Lara, Ramón Pez Ferro, Mario Lazo Pérez y Ricardo Santana Martínez.

“Todos se trasladaron hacia Santiago de Cuba y ninguno fue descubierto. La movilización se llevó a cabo con admirable organización y en absoluto secreto”.[3]

Durante el asalto al cuartel Moncada resultó herido en combate y lo atendieron en la clínica de la Colonia Española junto a su compañero Gustavo Arcos. Fue uno de los pocos heridos de los asaltantes que salvó la vida, gracias a la actitud del médico que lo atendía, quien impidió que los soldados se los llevaran para asesinarlos.

Presidio

El 12 de octubre, el Ministro de Gobernación, Ramón Heredia, dispuso que el grupo de revolucionarios condenados por los sucesos del Moncada, dentro del cual se encontraba José Ponce, fueran trasladados al Reclusorio Nacional de la Isla de Pinos. Según las disposiciones del Tribunal deberían permanecer en locales especiales, separados de los presos comunes[4]. En aviones DC - 3, del ejército, bajo fuerte custodia militar fueron trasladados desde la provincia de Oriente hasta la Isla de Pinos[5].

Lo ubicaron junto al resto de sus compañeros, en una de las salas del hospital del presidio, separados de los presos comunes por una pared de ladrillos que fue levantada para ese fin[5]. Poco después se le permitió recibir una visita al mes y alguna correspondencia, que siempre era severamente revisada y censurada.

Como el resto de sus compañeros se negó a aceptar la cena especial del 24 de diciembre de 1953 en protesta por los asesinatos cometidos por el ejército y la guardia rural durante los sucesos del Moncada[5].

El 12 de febrero de 1954, cuando el dictador Fulgencio Batista visitaba el Penal para inaugurar la planta eléctrica de la prisión, José Ponce, junto a sus 25 compañeros[6] entonó a toda voz la Marcha del 26 de Julio. Batista prestó atención a la letra y visiblemente disgustado sólo preguntó quiénes cantaban, luego abandonó rápidamente el reclusorio. Por esta acción serían castigados severamente Fidel Castro, Ramiro Valdés, Ernesto Tizol, Israel Tápanes y Agustín Díaz Cartaya. A él, y al resto de sus compañeros, les retiraron el aparato de radio que tenía el pabellón y les suspendieron la entrega de periódicos, además de prohibirles comunicarse con el exterior.

José Ponce fue trasladado junto a Julito Díaz, Pepe Suárez y Fidel Labrador a La Habana con rumbo a Pinar del Río, desde el 6 hasta el 24 de septiembre de 1954, como acusado de la Causa 125 de 1953 de la Audiencia de Pinar del Río, instruida en Artemisa, por la detección en Pijirigua de una de las fincas que se habían utilizado para el entrenamiento militar antes del asalto al cuartel Moncada.

Desde 1954 y con mayor fuerza a partir de 1955, comenzó un amplio movimiento nacional, que abarcó a casi todas las tendencias políticas y clases del país, en pro de una amnistía general que incluyese a los moncadista. El 10 de marzo de 1955, en medio de los festejos oficiales por el tercer aniversario del golpe de estado, se presentaron en ambas cámaras del Congreso Cubano sendos proyectos de amnistía general. El 6 de mayo, luego de ser aprobada por ambas cámaras del Congreso Cubano, Fulgencio Batista firmó la Ley de amnistía que ponía en libertad a todos los presos políticos[7], incluidos los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que cumplían su condena en el presidio de la Isla de Pinos. Gracias a la amnistía el 15 de mayo de 1955, salió en libertad junto a sus compañeros de presidio político.

Exilio y expedición del Granma

Tras la amnistía, Ponce regresó a Artemisa, pero la presión constante de las autoridades le obligó a dejar la ciudad y luego el país. Partió entonces hacia Costa Rica con su amigo y compañero Efigenio Ameijeiras y de allí se trasladaron a México, para unirse a la expedición que estaba preparando Fidel Castro.

Fue escogido para ser uno de los 82 expedicionarios del Granma. Tras una difícil travesía desembarcó junto a sus compañeros en Los Cayuelos, cerca de playa Las Coloradas. Tras una agoradora marcha por aguas cenagosas y mientras descansaban en el lugar conocido por Alegría de Pío, fueron sorprendidos por fuerzas del ejército apoyadas por la aviación.

Ponce resultó herido de bala, entre el pulmón y el corazón[8]., sufriendo, además, graves quemaduras. En estas condiciones fue hecho prisionero y llevado a Niquero ante el capitán Caridad Fernández, salvando la vida gracias a la movilización del pueblo. Después fue presentado a juicio y nuevamente enviado a prisión, donde permaneció hasta el final de la guerra.

Después del triunfo de la Revolución

Objetos que pertenecían a Ponce, depositados en el Mausoleo a los Mártires de Artemisa.
Objetos que pertenecían a Ponce, depositados en el Mausoleo a los Mártires de Artemisa.


El 1 de enero de 1959 fue liberado y nombrado Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria de la provincia de Pinar del Río y posteriormente Jefe del Estado Mayor del Ejército Oriental.

Al producirse la invasión por Playa Girón, se encontraba en Villa Clara como Jefe de la Policía y pidió al Comandante Juan Almeida, ir para Girón, pero este le ordenó quedarse y mantener el orden en la provincia. Posteriormente participó en la captura de los mercenarios dispersos.

Cursó estudios en la Escuela Superior de Guerra con notas sobresalientes y también se licenció en Ciencias Sociales. Cumplió misiones internacionalistas en Angola, Argelia y Siria.

Pasó a la vida civil por necesidad de la Revolución y fue nombrado presidente del INDAF. Más tarde, junto con Víctor Bordón, pasó a trabajar en las construcciones del MININT.

Desde su jubilación trabajó en la Comisión de Historia del Comité Central del Partido, donde ya enfermo decidió retirarse.

Muerte

Sus restos se encuentran en el Panteón exterior del Mausoleo a los Mártires de Artemisa.

Falleció el 17 de febrero de 2001, siendo sepultado con todos los honores en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la Necrópolis de Colón en La Habana. Su duelo fue despedido por su compañero y amigo, el General de División Efigenio Almeiras Delgado.

Actualmente sus restos se encuentran en el Panteón exterior del Mausoleo a los Mártires de Artemisa.

Referencias

Fuentes

  • Beltrán Colunga, Ángel L.: Con los pobres de la tierra, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1988.
  • Castro Ruz, Fidel: La Historia me absolverá, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2001.
  • Datos aportados por la Lic. Mabel Martínez Deulofeu, directora del Mausoleo a los Mártires de Artemisa, en julio del 2023.
  • Dirección Política de las FAR: Moncada: Antecedentes y preparativos.
  • Elsa Claro: Con Fidel en el Moncada, Bohemia, 29 de julio de 1988.
  • Enrique Garcés Montero: El artemiseño que rescató a Fidel. Editora Política, Ciudad de La Habana, 2012.
  • Guevara de la Serna, Ernesto. Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. Edición anotada. Editorial Política. La Habana. 2004. Tercera Edición. Quinta reimpresión. ISBN-959-01-0400-2
  • Ignacio Ramonet: Cien horas con Fidel. Segunda edición cubana. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Ciudad de La Habana, 2006.
  • Lazo Pérez, Mario: Recuerdos del Moncada, Editora Política, La Habana, 1987.
  • Marta Rojas: El juicio del Moncada, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1988.
  • Mencía, Mario: El grito del Moncada, Ed. Política, La Habana, 1986.
  • Plegable realizado por AgenziaGiornalistica Televisiva Italiana-Roma, Italia. Director Responsable IvanoSelli de la “Associación Nacional de Amistad Italia-Cuba”.