Sistema electoral cubano

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Sistema Electoral Cubano
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El sistema electoral cubano, vigente desde 1976, establece mediante su Ley electoral, dos tipos de procesos:

  • Elecciones generales, en las que se elige a los Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, su Presidente, Vicepresidente y Secretario, al Presidente, Primer Vicepresidente, Vicepresidentes, Secretario y demás miembros del Consejo de Estado, a los Delegados a las Asambleas Provinciales y Municipales del Poder Popular y a sus Presidentes y Vicepresidentes.
  • Elecciones parciales, en las que se elige a los Delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular y sus Presidentes y Vicepresidentes.

En el país los candidatos a las diferentes instancias no realizan campañas. La votación es directa y secreta, al tiempo que pioneros uniformados custodian las urnas. Todos los ciudadanos cubanos tienen el derecho a elegir y ser elegidos. Como no hay lista de partidos, se vota directamente por el candidato que se desee.

Las primeras elecciones realizadas en Cuba se efectuaron el 16 de junio de 1900, y fueron reguladas por la Orden Militar No. 164 , firmada por el Brigadier General y Jefe del Estado Mayor de los Estados Unidos, Adna R. Chafee.

En 1976 se llevó a cabo el primer proceso electoral después del Triunfo de la Revolución Cubana en el que se eligieron los dirigentes a las asambleas municipales del Poder Popular.

Cronología

Antecedentes

El 16 de junio de 1900 se efectuaron en Cuba las primeras elecciones de alcaldes, concejales, tesoreros y jueces municipales y correccionales para ejercer mandato hasta julio de 1901. Las mismas fueron reguladas por la Orden Militar No. 164 , firmada por el Brigadier General y Jefe del Estado Mayor de los Estados Unidos, Adna R. Chafee.

Los requisitos que normaron el derecho al voto fueron:

  • Ser varón natural de Cuba o hijo de un natural de Cuba nacido durante la residencia temporal de sus padres en el extranjero; o español, que con arreglo al artículo 9 del Tratado de París, no hubiese declarado su propósito de conservar su condición de español.
  • Tener 21 años de edad como mínimo
  • Residir en el término municipal donde pensaba votar por lo menos 30 días consecutivos.
  • Tener además cualesquiera de las siguientes condiciones:
    • Saber leer y escribir o poseer bienes muebles o inmuebles por valor de 250 pesos moneda de Estados Unidos.
    • Haber servido en el Ejército Cubano con anterioridad al 18 de julio de 1898 y haberse licenciado “sin nota desfavorable”.

Debido a estas restricciones, un amplio porciento de habitantes se vio invalidado para ejercer el voto. Ante el reclamo de patriotas e independentistas que abogaban por el sufragio universal sin limitaciones para la elección de autoridades locales, el gobernador militar, Leonardo Wood, respondió:

(...) Todo aquel que al llegar a los 21 años no ha tenido la laboriosidad suficiente para reunir 250 pesos, o no ha ido a defender su patria estando en guerra, es un elemento social que no se merece se cuente con él para los fines colectivos; ¡qué no vote!

Como resultado del sufragio restringido aplicado en estas elecciones sólo pudo ejercer el voto el 14% de los habitantes con la edad requerida.

El proceso estuvo ampliamente manipulado, pero a pesar de todo las elecciones fueron ganadas por las fuerzas partidarias de la independencia. Este resultado le sirvió de experiencia al gobierno interventor para las segundas elecciones municipales realizadas en junio de 1901 bajo la Orden Militar No.91 del Comandante del Estado Mayor Norteamericano, J.B. Hickey.

La nueva disposición estableció el sistema de voto limitado, según el cual, teniendo en cuenta la cantidad de concejales a elegir en un municipio, los electores solamente tenían derecho a elegir una parte (el 60%), mientras que el resto (el 40%) estaba destinado a la minoría conservadora, para garantizarle un espacio político.

Entre las arbitrariedades del gobierno interventor estuvieron:

  • Rechazo a personas para inscribirse en el registro electoral aunque poseyeran los requisitos exigidos.
  • Ocultamiento de listas de votantes para que el elector no pudiera comprobar si estaba registrado. Cambio de nombres de los electores en las listas, para que no pudieran votar.
  • Coacciones en el momento del sufragio.
  • Prohibición a representantes de importantes agrupamientos políticos de las localidades para formar parte de las mesas electorales.
  • Negativa del derecho a participar en las elecciones a veteranos de las guerras independentistas aunque presentaran certificados acreditativos, entre otras.

Período Neocolonial

Durante todo el período neocolonial, las elecciones en Cuba estuvieron marcadas por la corrupción y el fraude que practicaban los politicos de entonces. Era normal que los muertos votaran, las urnas fueran robadas, se utilizara la llamada boleta viajera, que un elector votara varias veces, se compraran los votos, que los funcionarios y trabajadores públicos fueran obligados a votar por el candidato de gobierno bajo amenaza del despido. Las personas tenían que entregar sus cédulas de votar para lograr el ingreso en el hospital de familiares enfermos, entre muchas otras manifestaciones antidemocráticas.

Los candidatos opositores eran en ocasiones asesinados, mientras que los soldados y policías impedían a los votantes contrarios al gobierno que ejercieran su derecho al voto.

Elecciones presidenciales

Después de que los cubanos apoyaran a regañadientes la Asamblea Constituyente el 12 de junio de 1901, son convocadas las primeras elecciones presidenciales en Cuba. Tomás Estrada Palma, antiguo Delegado del Partido Revolucionario Cubano, se convirtió en candidato a las mismas, teniendo como oponente al Mayor General del Ejército Libertador cubano y último presidente de la República en Armas, Bartolomé Masó.

Ante la falta de garantías electorales el General Masó optó por el retraimiento y Estrada Palma ganó sin oposición, convirtiéndose el 20 de mayo de 1902 en el primer presidente de Cuba. Aunque al comenzar su mandato había anunciado la intención de gobernar distanciado de las fuerzas políticas sus tendencias conservadoras lo inclinaron hacia los elementos más afines a sus ideas en ambas cámaras del Congreso, afiliándose finalmente al Partido Moderado.

El 11 de septiembre de 1905 se le comunicó a Estrada Palma su designación oficial como candidato presidencial del Partido Moderado, a pesar de la impopularidad de una reelección. Ante la falta de garantías electorales el Comité Ejecutivo Liberal acordó el retraimiento electoral, como paso previo a la insurrección.

Las elecciones fueron tranquilas. Sólo concurrieron los moderados. Los miembros de las mesas electorales sin supervisión cometieron todo tipo de fraudes: En la provincia de Santa Clara votaron 88 340 electores, el 90 %, en unas elecciones sin oposición; hubo pueblos en Matanzas y en La Habana en los cuales votaron más personas que las registradas en el censo durante la ocupación norteamericana.

José Miguel Gómez, Presidente de la República de Cuba entre 1909 y 1913

El 4 de mayo de 1906 se proclamaron a Tomás Estrada Palma y Domingo Méndez Capote como presidente de la República y vicepresidente respectivamente, lo que provocó que los seguidores del Partido Liberal, se alzaran en armas, en Hato de La Vega, el 19 de agosto de 1906, apenas tres meses después de la toma de posesión. Estos hechos condujeron a una nueva intervención norteamericana que duró hasta 1909, año en el que toma posesión como presidente José Miguel Gómez.

En las elecciones de 1912 los conservadores se aliaron con una facción del Partido Liberal, liderada por el coronel Ernesto Asbert, que poseía gran influencia en la provincia La Habana. Esta unión, conocida como Conjunción Patriótica, aseguró la elección de Mario García Menocal, en detrimento de la candidatura liberal del doctor Alfredo Zayas.

El general Menocal se presentó como candidato presidencial para un nuevo mandato en las elecciones presidenciales de 1916. La Ley Electoral permitía que al terminarse la votación los colegios electorales cerrasen, y se prohibía la presencia del público en los conteos. Éso propicio que al conocerse de forma preliminar la victoria del candidato liberal Alfredo Zayas, el gobierno decidiera violentar las elecciones mediante el fraude y reelegir al presidente Menocal.

Se denunció entonces que en las oficinas de correos y en algunos casos antes habían sido cambiadas las boletas. Acudieron los liberales a los tribunales y lograron restablecer en parte los resultados, quedando la decisión final para unas elecciones complementarias.

El 12 de febrero de 1917 estalló la guerra que se conocería como La Chambelona. En apoyo del gobierno salió el embajador de Estados Unidos William E. González, quien lanzó una proclama en la que se anunciaba a los alzados que el gobierno de Estados Unidos los consideraría sus enemigos y no reconocería su victoria. Sin estar aún sofocado el levantamieto se realizaron las elecciones complemetarias. Las tropas regulares ocuparon los colegios electorales y aseguraron el triunfo de Menocal.

A fines de 1920 se celebraron nuevas elecciones generales en las que resultó ganador el Doctor Alfredo Zayas Alfonso. Durante el gobierno de Zayas, el procónsul estadounidense Enoch Crowder envió desde un acorazado norteamericano anclado en el puerto de La Habana una serie de memorandos al presidente Zayas, entre ellos uno sobre el Registro Electoral, con instrucciones sobre cómo debía proceder.

En ese memorando, Crowder expresó preocupación con la adopción del Registro Electoral Permanente, y exponía que en las elecciones de 1918 se pudo comprobar que por medio del fraude y de la corrupción, los Registros habían sobrepasado todas las proporciones en el número de electores.

Zayas fue sucedido por Gerardo Machado Morales, quien fue reelecto en 1928. Debido a la represión desatada durante su gobierno y a la pérdida del apoyo del gobierno de los Estados Unidos, Machado abandonó el país el 12 de agosto de 1933 siendo sucedido por efímeros presidentes.

La presidencia fue ocupada el 4 de septiembre de 1933 por Ramón Grau San Martín. Este fue depuesto posteriormente por un golpe militar llevado a cabo por Fulgencio Batista el 15 de enero de 1934, año por el que desfilan otros tres presidentes.

Otros dos presidentes se sucedieron entre 1934 y 1936, año en el que asume el hasta ese momento vicepresidente Federico Laredo Brú, quien es sucedido en 1940 por el candidato de la Coalición Socialista-Democrática Fulgencio Batista y Zaldívar.

Unos meses antes de que Batista asumiera su mandato, el 8 de junio de 1940 se aprueba una nueva constitución que especificaba que el presidente era elegido por sufragio universal para un período de cuatro años,suprimiendo el derecho a la reelección, y estableciendo que un mandatario debía esperar por lo menos cuatro años para volver a serlo.

Ramón Grau San Martín fue electo para el período comprendido entre 1944 y 1948. Viendo frustrados sus intentos de reelección, favoreció la llegada a la presidencia de otro militante del Partido Auténtico, Carlos Prío Socarrás, quien resultó resultó ganador en las elecciones de junio de 1948.

Desde la oposición, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) arrastró a una importante masa de la población y se presentaba como principal aspirante al triunfo, en la figura de su candidato Roberto Agramonte. Las posibilidades reales de Batista, representante del Partido Acción Unitaria, eran por lo tanto bastante reducidas.

En la madrugada del 10 de marzo de 1952 se efectuó un golpe de estado que llevó a Batista nuevamente al poder, con el beneplácito de los Estados Unidos. Batista anunció que habrían elecciones en Cuba el 1 de noviembre de 1954 y en la última semana de julio de 1954 se anunció como candidato, representando a los cuatro partidos que habían apoyado el golpe de estado del 10 de marzo: Acción Democrática, Liberal, Demócrata y Radical. Como candidato único de la oposición participaría el expresidente Ramón Grau San Martín.

Batista solicitó licencia electoral, nombrando presidente provisional a su amigo Andrés Domingo Morales del Castillo y realizando un gran despliegue electoral, que lo llevó a cerrar su campaña a finales de octubre con un gran acto en el Parque Central de La Habana. Grau, por su parte hizo lo mismo en Santiago de Cuba sabiéndose beneficiado por algunas campañas de voto negativo contra Batista, como la desarrollada por el Partido Socialista Popular. Sin embargo, el día 31 de octubre, ante las cámaras de la televisión el representante de Grau ante el Tribunal Supremo Electoral, Olba Benito denunció la ola de persecuciones y violencia desatada a lo largo de la Isla contra los simpatizantes de la candidatura de Grau y otros elementos antibatistianos. En un viraje de último minuto, Grau se sumó a la corriente abstencionista.

Batista concurrió como candidato único de las elecciones presidenciales de noviembre de 1954 y resultó electo con 1 262 587 votos.

En reunión conjunta de la Cámara y el Senado efectuada el 18 de febrero se proclamaban a Fulgencio Batista y a Ramón Guas Inclán como presidente y vicepresidente de la República, respectivamente. El día 24 de febrero ambos tomaban posesión de sus altos cargos. Ese mismo día se abrogaban los Estatutos Constitucionales y se restablecía la Constitución de 1940.

Revolución en el poder

Manuel Urrutia Lleó, primer presidente de la Cuba después del Triunfo de la Revolución

Desde diciembre de 1957 el magistrado cubano Manuel Urrutia Lleó fue propuesto por la dirección del Movimiento Revolucionario 26 de Julio para ser el futuro presidente de la República debido a la postura asumida ante la Causa No. 67 de 1956, emitiendo un voto particular absolutorio a los acusados por haber tomado parte en el alzamiento del 30 de noviembre de 1956 y en la expedición armada del Granma. El 7 de diciembre de 1958 llegó a territorio libre, junto con su familia y una vez huido Batista, juró como presidente provisional de la República de Cuba en el balcón del Ayuntamiento de Santiago de Cuba.

Urrutia renunció al cargo luego de la renuncia de Fidel Castro como Primer Ministro del Gobierno Revolucionario y la protesta popular por el regreso de este último. Casi de inmediato fue sustituido por Osvaldo Dorticós Torrado.

En 1974, el Gobierno Revolucionario tomó la decisión de llevar a cabo en la provincia de Matanzas una experiencia sobre el establecimiento de los órganos del Poder Popular en las localidades. El día 21 quedaba constituida la inicial Asamblea Provincial de delegados procedentes de los 14 municipios de este territorio.

Esta experiencia tuvo por objetivo confirmar toda una serie de criterios referidos a formas metodológicas para el mejor funcionamiento de las instituciones representativas del Estado, así como sobre cuestiones demográficas, territoriales y, entre otras relaciones, las relaciones administrativas y empresariales.

El 11 de diciembre del propio año, por vez primera en la historia de Cuba, se iniciaron las asambleas de vecinos en Matanzas para escuchar la rendición de cuenta de sus delegados.

En 1976 se lleva a cabo un referéndum constitucional para aprobar la introducción de una larga serie de modificaciones en la carta magna.

Los días 10 y 17 de octubre, en primera y segunda vueltas electorales, el 95,2 por ciento de los cubanos mayores de 16 años -incluidos militares-- mediante voto secreto y directo escogieron entre más de 30 mil nominados por el propio pueblo y eligieron 10 mil 725 delegados (concejales) que formaron las 169 asambleas municipales (ayuntamientos) del Poder Popular.

La constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 2 de diciembre, la elección del Consejo de Estado, su Presidente y vicepresidentes, y la designación del Consejo de Ministros, fortalecieron la esencia democrática de la Revolución cubana.

En octubre de 1992, el Parlamento cubano aprobó por unanimidad una nueva Ley Electoral que, por primera vez, estableció el voto directo y secreto en las elecciones provinciales y nacionales. La decisión de modificar la Constitución aprobada en referéndum en 1976­ para elegir por el voto directo, universal, secreto y voluntario de la población a los miembros del Parlamento y las Asambleas Provinciales del Poder Popular fue sugerida en el IV Congreso del Partido Comunista celebrado en octubre de 1991.

Tras la elección a mano alzada de los delegados de base estos deben ser aprobados por el voto secreto de los electores, para formar las Asambleas Municipales. Este requisito también se aplica a las Asambleas Provinciales y a la Asamblea Nacional, pero para estas cámaras las precandidaturas son presentadas por las Comisiones de Candidaturas, integradas por organizaciones de masas, tales como los Comités para la Defensa de la Revolución y la Central de Trabajadores de Cuba.

En febrero de 1993 se celebraron las primeras elecciones para seleccionar a los representantes a las Asambleas Municipales del Poder Popular.

Fuentes