Aracnoidismo necrótico

Aracnoidismo necrótico.
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Destrucción tisular causada por veneno de arañas.
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Agente transmisor:Fundamentalmente, arañas del género Loxosceles, entre otras especies.
Región más común:África, Europa y el Nuevo Mundo.
Forma de propagación:Picadura de la araña.

Aracnoidismo necrótico. Entidad producida por el envenenamiento de la mordedura de arañas del género Loxosceles. Se conocen 18 especies de este género. También se les conoce como araña violinista, reclusa café o viuda café. Las más conocidas son las especies Loxosceles laeta y Loxosceles reclusa por las complicaciones gangrenosas que causan.

Epidemiología

La picadura de la L. laetae de América del Sur es la más grave. Esta especie ha penetrado en los Estados Unidos en varias ocasiones y se ha encontrado en colonias multitudinarias en diversas comunidades de la ciudad de Los Ángeles en California. En Estados Unidos la L. reclusa, la reclusa marrón o araña violinista es el agente más común del aracnoidismo necrótico.

Se encuentra desde la parte central de Illinois a la costa del golfo y desde Oklahoma y Kansas hasta Georgia. Se ha descrito también su presencia en Ohio, New Jersey y Wyoming. Estas arañas solo pueden sobrevivir a los inviernos nórdicos en el interior de las casas.

Loxosceles laeta (hembra)

Son tímidas, sedentarias y muy activas por la noche. Tejen una gran tela irregular con hilos gruesos y bastante pegajosos en alguna esquina o lugar oscuro, donde generalmente viven. Se encuentran en granjas, pollerías, garajes, lugares de almacenamiento y viviendas, donde se pueden hallar debajo de los muebles y grietas de los suelos y paredes, armarios, cajones de escritorio, detrás de los marcos de cuadros y en las ropas colgadas de la pared. Solo muerden cuando son molestadas.

Signos y síntomas

La acción del veneno puede ser tanto local como sistémica. La molestia puede ser inmediata y la lesión local frecuentemente aparece con un color blanco y un halo eritematoso. Pueden aparecer ampollas acompañadas de dolor intenso y edema acentuado. La piel se vuelve de color púrpura y, a continuación, negra a medida que sobreviene la gangrena.

También pueden desarrollarse zonas satélites de necrosis. Aproximadamente en dos semanas, la costra se desprende y deja en su lugar una úlcera rebajada, fea, que gradualmente se llena de tejido de cicatrización. Se han descrito casos en que solo se ha demostrado una ligera reacción cutánea sin extensión de la necrosis.

Los síntomas sistémicos pueden incluir el estado de coma, escalofríos, fiebre, malestar, debilidad, náuseas, vómitos, dolores en las articulaciones y, a veces, una erupción prurítica general morbidiforme y petequial. Se pueden detectar fuertes alteraciones bioquímicas, que provocan trombocitopenia aguda, leucocitosis, anemia hemolítica, hemoglobinemia, hemoglobinuria, proteinuria y bilirrubinemia. Todo ello puede ir seguido de shock y muerte.

Diagnóstico

Es aconsejable establecer el diagnóstico precoz y, en este sentido, se ha desarrollado una prueba pasiva de hemaglutinación-inhibición, la cual se basa en la capacidad del veneno para inhibir la aglutinación inducida por antisuero de los eritrocitos del grupo humano O sensibilizados por el veneno.

Tratamiento

En la América del Sur se ha desarrollado un antiveneno contra la L. laetae, aunque dicho antiveneno generalmente no existe en otras partes. En Estados Unidos se guarda una cantidad en la colección de antivenenos de la County-University of Southern Medical School California, en la ciudad de Los Ángeles.

El tratamiento más práctico, sin embargo, parece ser la rápida escisión quirúrgica, antes de 4-6 horas, del tejido afectado. Las inyecciones locales de glucocorticoides en el punto de la picadura no tienen un valor demostrado; pueden resultar contraindicadas al provocar la liberación de la toxina en el sistema. La administración sistémica de un glucocorticoide lo antes posible, después de recibir la picadura, es en general el mejor tratamiento, ya que si se retrasa 48 horas más, los corticoides probablemente no podrán restringir la extensión de las toxinas. Por otra parte, no se ha registrado ninguna ventaja.

Un régimen de tratamiento recomendable en el adulto comienza con una inyección intramuscular de 80 mg de acetato de metil prednisolona, inmediatamente después de establecer el diagnóstico; la misma dosis se repite a días alternos durante 2-3 dosis más. Según la respuesta, se va reduciendo gradualmente la dosis hasta 40, 20 y a continuación 10 mg a días alternos, hasta completar un curso de 8 a 10 días.

En los casos de reacciones graves, complicadas por infección secundaria, también pueden administrarse antihistamínicos y antimicrobianos. La fibrolisina elasa y la desoxirribonucleasa combinadas (bovinas), han reducido la rápida curación en algunos casos.

La reacción sistémica aguda, especialmente en los niños, requiere hospitalización. Para iniciar la terapéutica hay que administrar, por inyección intravenosa, un glucocorticoide (p. ej., 80 mg de acetato de metilprednisolona), o una cantidad equivalente de otro esteroide. Para continuar el tratamiento a base de corticoides, éstos se pueden administrar mediante inyecciones intramusculares según se ha indicado. Si la hemólisis y la trombocitopenia son agudas, puede ser necesario aplicar una transfusión de sangre total fresca.

En los casos en que la necrosis hística es extensa y coexiste fallo renal, habrá que considerar la posibilidad de tener que aplicar la diálisis peritoneal o hemodiálisis para controlar la hipercaliemia. Para reparar los efectos de la necrosis local se requiere un injerto de piel. Se ha dicho que la recuperación de la picadura proporciona una buena inmunidad.

Prevención

Están recomendados los insecticidas lindano, clordano, malatión, dicorvos (DDVP) y el paradiclorobenceno para el control de la araña, aunque una estricta limpieza casera representa la técnica de control esencial en interiores.

Las prendas de vestir y las ropas de cama deben guardarse en cajas o bolsas herméticas provistas de tiras de plástico impregnadas con paradiclorobenceno o DDVP; si no se han guardado así, estos artículos deben ser sacudidos y aireados antes de su uso, también hay que desechar todo artículo innecesario en sótanos. Periódicamente hay que limpiar, preferiblemente con una aspiradora, todas las zonas y espacios muertos, detrás de los espejos, cuadros y por debajo de los muebles, particularmente las camas.

Fuentes

  • Paul D. Hoeprich. M.D. Tratado de enfermedades infecciosas. Tomo 2 Pág. 882. Edición Revolucionaria. La Habana. Cuba. 1982.
  • Información sobre Aracnoidismo necrótico. Consultado: 03 de marzo de 2014. Disponible en: www.nlm.nih.gov
  • Información sobre Aracnoidismo necrótico. Consultado: 03 de marzo de 2014. Disponible en: www.scielo.org.mx