Carnosidad

Pterigión
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Uña en el ojo.jpg
Es el crecimiento de un tejido que invade la córnea.
Región más común:Ojo

Pterigion. Es el crecimiento de un tejido el cual invade la córnea (la ventana transparente del ojo).

Descripción

Constituye una hiperplasia fibrovascular de carácter benigno de la conjuntiva bulbar que invade la córnea[1]. Pliegue fibrovascular, proliferativo, hiperplásico y degenerativo, que parte de la conjuntiva interpalpebral y se extiende sobre la córnea, clasificado dentro de las degeneraciones no involutivas o tumoraciones epiteliales benignas corneales generalmente de forma triangular. Se localiza en la conjuntiva bulbar cerca del limbo corneal en el área interpalpebral, a las 3 y 9 horas. Puede ser unipolar (solo afecta una parte) o bipolar, cuando afecta tanto la parte temporal como la nasal, es más frecuente en el lado nasal. También pueden ser unilaterales o bilaterales. En la zona interpalpebral nasal y con menos frecuencia en la temporal. Está precedido generalmente por una pinguécula.

Pinguécula: lesión conjuntival blanco amarillenta, plana o ligeramente elevada, ubicada generalmente en la zona interpalpebral adyacente al limbo, pero no afecta la córnea.

Diagnóstico

El diagnóstico del pterigión, además de los aspectos netamente médicos que se invocan en su análisis, incluye un grupo de elementos desde el punto de vista social, ambiental, económico, psicológico, entre otros, que definitivamente forman parte de una visión más completa e integral del fenómeno, lo que permite analizarlo llegando a un nivel superior, que posibilita un óptimo enfrentamiento de la problemática de salud. Esto último indudablemente coadyuva al mejoramiento de las estrategias de promoción, prevención, diagnóstico y tratamiento del pterigión, e influye positivamente en la calidad de vida de los pacientes.

El ojo tiene una capa superficial que se llama la conjuntiva (la parte clara del ojo) Cuando esta capa se ve expuesta a una irritación frecuente, se engruesa formando lo que la gente llama carnosidad y que médicamente se llama pterigión. También se conoce como un tejido blanco o rojizo que invade la parte clara del ojo. Sus síntomas más comunes son:

  • Enrojecimiento o inflamación
  • Visión borrosa
  • Resequedad
  • Ardor
  • Sensación arenosa
  • Irritación
  • Sensibilidad a la claridad y al sol

Protocolo de diagnóstico

  • Historia: antecedentes; indagar si el paciente se encuentra expuesto a factores ambientales como: calor, humedad, clima seco y húmedo, polvo, aire, viento y predominantemente, radiaciones ultravioletas del sol, así como factores genéticos.
  • Agudeza visual mejor corregida.
  • Biomicroscopia del segmento anterior en lámpara de hendidura: determinar el grado del pterigión y sus características morfológicas, si está inflamado o si está asociado a anormalidades de la película lagrimal.
  • Diagnóstico diferencial:
    • Neoplasia intraepitelial de conjuntiva: masa unilateral, gelatinosa, aterciopelada o leucoplásica, vascularizada, a menudo elevada, pero no en forma de ala.
    • Dermoide límbico: lesión blanca congénita, generalmente situada en limbo inferotemporal.
    • Pannus: son vasos sanguíneos que crecen en el estroma corneal, a menudo secundario al uso de lentes de contacto, tracoma, queratitis, queratitis y otros. Generalmente se localiza a nivel de la membrana de Bowman, sin o con muy poco relieve.
    • Seudopterigión: se debe a inflamación o trauma corneal periférico, en el que la conjuntiva cabalga sobre la córnea sin adherirse al limbo y esclera subyacente.
    • Pinguécula: no invade la córnea.

Clasificación

Según su extensión:

  • Grado I: limbo corneal.
  • Grado II: entre el limbo corneal y el área pupilar.
  • Grado III: hasta el área pupilar.
  • Grado IV: sobrepasa el área pupilar.

Pueden ser según el curso y evolución:

  • Progresivos, estacionarios y regresivos, según su crecimiento y evolución.
  • Primarios (cuando no han sido operados).
  • Recurrentes o recidivantes (cuando se reproducen después de ser operados).

Síntomas

Otros signos

  • Puede acompañarse de queratitis punteada superficial o de adelgazamiento corneal periférico secundario a resequedad (Dellen).
  • Por delante de la cabeza del pterigión se puede apreciar, sobre la córnea, una línea de hierro (línea de Stocker).

Patogenia

Es desconocida, solo se conocen factores patogénicos: calor, humedad, clima seco y húmedo, polvo, aire, viento y, predominantemente, radiaciones ultravioletas del sol, así como factores genéticos.

Protocolo de tratamiento

Si queratitis punteada superficial o adelgazamiento corneal periférico:

    • Lágrimas artificiales gel (ej. viscotears), aplicar y oclusión semicompresivo durante 24 h.
  • Quirúrgico el único efectivo, pero ninguna técnica es perfecta. Es indicado cuando:
    • La lesión interfiere con el uso de lentes de contacto.
    • El paciente continúa con molestias a pesar del tratamiento médico.
    • El paciente requiere de una cirugía refractiva.
    • Cuando interfiere en la visión.
    • Estética.

Las técnicas más usadas son:

  • Bare sclera (esclera desnuda): poco usada por el alto índice de recidivas.

Sin embargo, en un pterigión estacionario, de larga evolución, delgado y poco vascularizado en pacientes de más de 60 años, los resultados pueden ser satisfactorios.

  • Autoinjerto conjuntival: pterigión primarios hasta el grado III.
  • Autoinjerto limbo conjuntival: pterigión grado IV y recurrentes. Si hubiesen más de 2 recidivas y/o simbléfaron, asociar la membrana amniótica.
  • Bare esclera y membrana amniótica (MA): pterigión primario hasta grado III.

Tratamiento complementario

Se usan después de realizar la técnica de Bare sclera. Su uso es controversial.

Seguimiento

  1. Pacientes asintomáticos: revisión cada 1-2 años.
  2. Pacientes tratados con vasoconstrictores, se recomienda hacer revisióna los 15 días después de iniciar el tratamiento y si la inflamación ha cedido, suspender.
  3. Pacientes tratados con antiinflamatorios esteroideos tópicos, se recomineda la revisión semanal para evaluar la inflamación y presión ocular, ya que los esteroides pueden aumentar la presión ocular. La dosificación del esteroide tópico se puede ir espaciandose y suspender una vez que haya cedido la inflamación.
  4. Mientras que los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) tópicos pueden continuarse por más tiempo, con el fin de evitar una inflamación recurrente.
  5. Después de cirugía:
  • Primeras 48 h: oclusión con curas diarias con antibiótico y antiinflama- torio esteroideo tópico (ej. cloranfenicol 0,5 %, tobramicina 0,3 % y acetato de prednisolona 0,1 %, dexametasona).
  • Primera semana: antibiótico y antiinflamatorio esteroideo tópico (ej. cloranfenicol 0,5 %, acetato de prednisolona 0,1 %, dexametasona, fluormetalona) 1 gota cada 4 h.
  • Segunda semana: continuar con el antiinflamatorio esteroideo tópico cada 6 h.
  • Tercera semana: continuar con el antiinflamatorio esteroideo tópico cada 6-8 h, hasta 1 mes. Luego, 2 veces al día según evolución, que puede llegar hasta los 3 meses. Entre la 3ra. y 4ta. semanas retirar las suturas.

Tratamientos naturales

Prepare una cocción de flores de Marigold o Caléndula. Cuélela y guárdela en el refrigerador. Aplique una gota en cada ojo dos veces al día para refrescar los ojos y detener el avance de la carnosidad. En homeopatía existen también varias medicinas que se pueden tomar internamente.

Riesgos

Esta condición es indolora, pero estéticamente es molesta. El no tratar la carnosidad puede resultar en pérdida de la visión y de la belleza de sus ojos. Afortunadamente la carnosidad es una enfermedad que se puede tratar y, en algunos casos, requiere de una cirugía para su curación.

No se conoce bien la causa del porqué las personas están sujetas a irritaciones externas desarrollan carnosidad y porque solo algunos la presentan. Se cree que la carnosidad sale por factores de exposición solar, por factores hereditarios y por factores raciales, afectando mayormente a la comunidad hispana. Si la carnosidad no afecta el área visual, no es muy grande y estéticamente no afecta mayormente, será mejor no operarlo.

Mitos

  • Hay momentos en que la carnosidad deja de crecer y tiende a aplanarse. Existen casos más raros, en donde la carnosidad avanza hasta tapar la región del centro de la visión y afecta la vista. Por eso es importante visitar a un especialista para que este determine el estado de su carnosidad.
  • Las gotas descongestionantes son importantes para mantenerlo no irritado y hacer que así el aspecto no sea desagradable y la carnosidad no crezca mayormente. Pero las gotas no lo quitan.
  • Hay casos en donde la carnosidad ocluye el área pupilar y es necesario operarlo. Solo un especialista puede determinar si hay que operar o no.

Prevención

Utilizar lentes con protección para rayos UV siempre que se está en el exterior. Se aconseja acostumbrarse al uso de gorra o sombrero y anteojos para Sol que protejan los ojos de los rayos ultravioleta. Asimismo, se deberán evitar ambientes secos y la exposición al polvo. Igualmente deberán usar anteojos o gafas de seguridad quienes trabajan con ciertos productos químicos dañinos, los cuales también pueden generar pterigión al entrar en contacto con el ojo. Hay que aclarar que no debe confundirse la carnosidad con cataratas, cosa que resulta común entre los adultos mayores, pues aunque ambas denotan visión borrosa se trata de afectaciones distintas. Esta última es definida como la pérdida de la transparencia del cristalino -lente situado detrás de la pupila y cuya función es ayudar a enfocar en forma nítida los objetos-, el cual en forma normal tiene color ligeramente amarillento, pero con el paso del tiempo adquiere tono ámbar, gris, blanco o, a veces, rojizo, haciendo que se produzcan alteraciones en la percepción de los colores, llegando incluso a bloquear la entrada de luz al ojo, disminuyendo entonces la agudeza visual.

Bibliografía

  • Barraquer R, de Toledo MT, Torres E. Distrofias y degeneraciones. Atlas y texto. Barcelona: Ed. Espaxs; 2004.
  • Kanski JJ. Oftalmología clínica. VI ed. Madrid: Ed. Elsevier; 2006.
  • The Wills Eye Manual. Office and Emergency Room. Diagnosis and Treatment of Eye Disease. Lippincot: Williams & Wilkins, 1999.
  • Vanghan D. General Ofthalmology. New York: Mc Graw-Hill;1999.

Referencia

Fuentes