Cultivo en bancales

Cultivo en bancales
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Concepto:Cultivo en bancales tradicional consiste en la nivelación artificial en terrenos con mayor o menor pendiente con el objetivo de mantener una superficie de tierra cultivable, y que se caracteriza por la utilización de muros de contención realizados en piedra (actualmente con hormigón).

Cultivo en bancales. Este método de cultivo permite, no sólo aumentar la superficie cultivable en los terrenos laderados, sino también la conservación del suelo, especialmente en zonas de regadío donde se practica el riego por inundación pues la eliminación de la pendiente y la utilización de muros evita el lavado y consecuente pérdida de suelo.

Actualidad

Actualmente, en la zona del levante, pese a la inversión económica que esta práctica implica, el cultivo en bancales sigue siendo muy utilizado en citricultura, pero en cultivos de secano, una parte importante de los abancalamientos ha sido abandonado o está en proceso de abandono, especialmente en zonas del interior donde además la despoblación ha supuesto de por sí el abandono de tierras de cultivo.

Las consecuencias del abandono y descuido de estas zonas abancaladas supone un riesgo creciente de deterioro y erosión del suelo y por ende del territorio. Por este motivo, consideramos que la recuperación y rehabilitación de los bancales en proceso de abandono, no sólo constituye una práctica necesaria para la conservación del suelo, sino que también implica reimpulsar las prácticas de cultivo tradicionales y el mantenimiento de una actividad agrícola de conservación, al mismo tiempo que se revaloriza la estética del paisaje.

Tipología en Bancales

Los cultivos bancales pueden ser de tres tipos:

  • El abancalado de escalonamiento: Moviliza la piedra disponible y está formado por rellenos irregulares sostenidos por muretes discontinuos, de altura variable, cuyo lienzo se adapta al relieve y a simple vista se asemeja a una escalera de peldaños irregulares en altura. Es típico de la agricultura de montaña.
  • El abancalado circular: Consiste en muros semicirculares de mampostería los cuales retiene el suelo sobre el que crecen los árboles hacia abajo olivos, almendros, cerezos, etc dispuestos en agujeros y en orden generalmente irregular. Es propio de relieves poco enérgicos como colinas.

El abancalado por talud, en el que el sostenimiento de los rellanos cultivados se realiza mediante taludes herbáceos.Por eso se las llama así.

Beneficios

Diversos estudios avalan que el rendimiento por superficie con el sistema de bancal profundo duplica o triplica al que se consigue de manera convencional con surcos o líneas. El secreto estriba en que abonando copiosamente el bancal, (con un suelo mullido y no pisado), se planta más espeso de lo habitual asociando plantas con sistemas radiculares y foliares de distintos tamaños.

Esto permite conservar mejor la humedad (disminuyendo la periodicidad de los riegos) al tiempo que la sombra de la masa vegetal dificulta la proliferación de hierbas y las pocas que crecen se arrancan fácilmente gracias a la mullida tierra.

Añadidos

Los cultivos de bancal profundo se complementan con abonados de cobertura y con acolchados de materiales orgánicos como, por ejemplo, la paja. Se suceden los cultivos asociados y se intercalan nuevas planas en los huecos o en los espacios dejados libres por las verduras cosechadas. Una vez al año se realiza un abonado de fondo con mantillo o estiércol descompuesto y se cava todo el bancal, preferiblemente con una horca de doble mango, que nos permite mullir y airear el suelo sin invertir los férfiles del suelo.

Cada dos o tres años podemos sembrar un abono verde (plantas que fijan el nitrógeno del aire en la tierra) a base de leguminosas, forrajeras o gramíneas. El riego puede hacerse con regadera, aspersión o manguera según las dimensiones y el número de los bancales, aunque lo más recomendable es instalar un sistema de goteo por práctico y eficiente, sobre todo si tiene programador automático.

Su uso en el Mundo

La construcción de bancales está muy difundida en los países mediterráneos y del Oriente asiático. Así, en la Península Ibérica el origen de estos aterrazamientos lo encontramos en las bordas íberas de los puestos de control de paso de ganado, en los collados y puertos de la Contestanía ibérica y según las cartografías actuales de detalle, en las estribaciones de las cordilleras béticas en el sureste español; desde mitad de Sierra Nevada hasta las planas de Valencia, La Safor, la Huerta, aunque quedan resquicios de estas aptitudes culturales desde la costa del Mediterráneo hasta las cumbres medias del Pirineo Central aragonés.

La falta de tierras de cultivo fomentó la construcción de bancales en épocas de aumento demográfico, teniendo su mayor auge en los siglos XVII y XVIII, lo que propició que se pudiesen en cultivo la mayor parte de las tierras del Levante español, donde la fracción horizontal que resulta de escalonar el terreno se utiliza para el cultivo de arbóreas o herbáceas (en pocos casos) y la fracción vertical se sujeta por sillería de piedra seca en mejor o peor modo, constituyendo una de las mejores defensas contra el arrastre de tierras en las grandes avenidas otoñales y el mejor modo de dosificar las aguas pluviales.

En la actualidad, una gran superficie de esta gran obra se encuentra en fase de abandono por la sustitución de la economía primaria agraria por el sector servicios turístico.

En Canarias los bancales reciben el nombre de "cadenas" y se extienden desde las más altas cotas de las islas, en donde se emplean para al cultivo cerealístico en secano, hasta las zonas costeras en donde se utilizan para el cultivo en regadío de productos tropicales. Cuando el bancal está en mal estado tiende a formar una barriga antes de colapsar, hecho para el que los isleños utilizan el término "parir".

Los bancales, en el Perú y el norte de Bolivia son conocidos como andenes siendo utilizados desde la época anterior al imperio de los incas, hasta nuestros días, donde estos también desarrollaron ingeniosos sistemas de irrigación muy tecnificada para la época a fin de surtir de agua los terrenos de cultivo.

Véase también

Fuentes