Dragones de Arda

Dragones de Arda
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Raza de Obras de J. R. R. Tolkien
Dragón.PNG
Dragón
Creador (es):J. R. R. Tolkien
Características
Otros nombres:Gusano, reptil
Hábitat:La Tierra Media, cuevas.
Raza a la que pertenece:Dragón
Subrazas:Dragón del frío y Dragones de fuego
Personajes clave:Smaug el Dorado

Dragones (Tierra Media). Los dragones son criaturas del universo ficticio creado por J. R. R. Tolkien del arquetipo de los Kelvar, que eran los seres vivos que se movían en la Tierra Media, que poseían mente aguda y rápido movimiento para evitar su destrucción.

Leyenda de los dragones

El «Quenta Silmarillion» narra cómo, en la Primera Edad del Sol, Morgoth, el Enemigo Oscuro, se escondió en los Pozos de Angband y creó sus obras maestras malignas a partir del fuego y la hechicería. Las tenebrosas joyas del genio de Morgoth fueron los grandes gusanos, llamados dragones. Los hizo de tres clases: grandes serpientes que reptaban, reptiles que andaban y los que volaban con alas como las de un murciélago. De cada clase existían a su vez dos tipos: los dragones del frío, que luchaban con sus garras y colmillos, y los fantásticos urulóki o dragones de fuego, que destruían con su aliento ígneo. Todos eran la personificación de los principales males de los hombres, elfos y enanos, y también fue grande la destrucción que causaron en estas razas.

Descripción física

Los reptiles estaban protegidos por escamas de hierro impenetrables. Sus colmillos y zarpas eran como estoques y jabalinas. Los dragones alados barrían la tierra con vientos huracanados, y los dragones de fuego lanzaban llamaradas escarlatas y verdes que lamían la tierra y destruían todo a su paso. Tenían la vista más aguda que la de un halcón y nada de lo que veían podía escapárseles. Poseían un oído capaz de captar el sonido de la más tenue respiración del enemigo más silencioso, y un olfato que les permitía identificar a cualquier criatura por el más mínimo olor de su cuerpo. Eran famosos por su inteligencia, pero tenían los defectos de la vanidad, la glotonería, la mentira y la ira. Al haber sido creados principalmente con los elementos de la hechicería y el fuego, los dragones evitaban el agua y la luz del día. La sangre de los dragones era negra, y un mortífero veneno, y los vapores de su peste de gusano hedían a azufre y cieno ardientes.

Dragones figurativos

En todo el legendario de Tolkien solo se mencionan por su nombre a cuatro dragones: Glaurung, Ancalagon, Scatha y Smaug.

Glaurung

Fue el primero de los dragones de fuego, los urulóki, creados por Morgoth en Angband, y el primero de todos los dragones creados. Se le llamó el Padre de los dragones aunque no se sabe con certeza si es solo un título o si efectivamente a partir de él se engendraron los demás dragones. A pesar de que era un dragón de fuego, Glaurung no poseía alas, por lo que no podía volar, sin embargo, fue el principal terror de su época.

Ancalagon

Fue el mayor dragón que jamás vio el mundo. Se le llamó Ancalagon el Negro, posiblemente por el color de sus escamas. Ancalagon fue el primero de los dragones alados de fuego, y él y otros de su raza salieron de Angband como poderosas nubes de viento y fuego, cuando se realizó la última defensa del reino de Morgoth. Ancalagon fue derribado y otros dragones de fuego resultaron muertos o huyeron, y hasta la Tercera Edad del Sol las historias de la Tierra Media no vuelven a hablar de ellos.

Scatha

Fue el mas poderoso de los dragones de las Montañas Grises en el Norte. Se le llamó Scatha el Gusano. Aunque no se le describe con detalles, su título hace suponer que se trataba de un dragón sin patas. Se cuenta que la codicia llevó a estos dragones al tesoro acumulado de los Siete Reyes de los enanos.

Smaug

Smaug fue el más grande dragón de la Tercera Edad. Se le llamó Smaug el Dorado. Era un enorme dragón de fuego, de color rojo dorado, con alas como de murciélago y una piel de impenetrables escamas de hierro. Su único punto vulnerable, el vientre, estaba casi completamente protegido por un chaleco de gemas que se le incrustaron en la piel tras siglos de yacer sobre tesoros de joyas. Aunque sus orígenes son oscuros, se sabe que había vivido en las Montañas Grises antes de ir a Erebor en el año 2770. Allí arrasó y saqueó Valle antes de entrar en el Reino bajo la Montaña, donde mató o ahuyentó a los enanos. Durante dos siglos durmió satisfecho sobre su tesoro dentro de Erebor. Pero en 2941 sus sueños fueron interrumpidos por el robo de una parte de su tesoro, por parte de Thorin y Compañía (incluido Bilbo Bolsón). Enfurecido, atacó a los Hombres del Lago de Esgaroth y murió por un flechazo de Bardo el Arquero que lo alcanzó en el único punto de su vientre que no cubrían las gemas.

Se rumoreaba que los dragones siguieron viviendo durante muchos siglos en el desierto septentrional, más allá de las Montañas Grises, pero ninguna historia vuelve a referirse a estas malignas aunque magníficas criaturas.

Fuentes

  • Enciclopedia Tolkien. Grupo Editorial Ceac, S.A., 1993
  • Club Tolkien "Silmarils"