Francisco Pracánico
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Francisco Nicolás Pracánico nace en Buenos Aires, Argentina el 15 de mayo de 1898, pianista, director de orquesta y compositor argentino, considerado una importante figura del tango.
Síntesis Biográfica
Francisco Nicolás Pracánico en 1914 empieza a estudiar en el conservatorio de Adolfo Carabelli.
El 15 de mayo de 1998 hubiera cumplido cien años. Para la historia, un siglo es casi nada, un suspiro, apenas. Imaginemos, entonces, lo que es en un artista: teniendo en cuenta que casi todo el mundo se muere antes, menos suficiente le resulta aún. Pareciera ser éste un preámbulo para cualquier biografía, quizá así lo sea, en contadas ocasiones adquiere tanta verdad como en la de Francisco Nicolás Pracánico.
Al porteño de hoy tal vez le cueste imaginar a la ciudad de San Fernando como un pueblo de campo apartado de [[Buenos Aires, tanto nos hemos acostumbrado a interpretarla como una prolongación de Buenos Aires, con edificación continua y sin un asomo de Pampa Húmeda. Pues bien: hacia 1898 es un paraje remoto, una antesala al Delta. Más al Norte estaban el Tigre y el río que lleva otro nombre. Otros pocos villorrios más o menos cercanos es San Isidro y San Martín, recién fundados y con jueces de paz como representación de la ley.
En aquel San Fernando nace. Puede soñárselo de pibe en una tarde lejana, contemplando desde la barranca un carguero que lento y colmado remonta el Luján, sería darle a su semblanza un cariz excesivamente romántico, pero es probable que aquella tarde haya existido.
Aunque a decir verdad no había demasiado tiempo en su infancia para las barrancas y los cargueros. A los ocho años debe dejar la escuela para ayudar a la economía del hogar como lustrabotas. Descubre la música en la calle, al matar las horas sin clientes con una armónica. Uno que pasa por ahí le da una flauta. Otro, una guitarra. Y un vecino generoso le regala un piano que estaba a la miseria. Con él aprende música , restauración: para que las teclas vuelva a su posición una vez oprimidas, tiene que ingeniar un sistema de elásticos para cada martillo.
Francisco Pracánico debuta en un cine con café de San Fernando, donde trabaja de lava copas. El pianista de la sala había faltado y el público se impacientaba amenazando la integridad del local, ante la desconfianza del patrón, un señor Lamberti (desastre por desastre... habrá pensado), el muchacho sale a reemplazarlo. El año, 1913; el tango, “El Caburé”.
Pocos meses después ya ganaba 150 pesos mensuales en el Cine-Teatro Variedades. Su primera composición, el tango “Monte protegido”, es de esta época y de este lugar. Se estrena en el Círculo de Obreros. Del Variedades es así mismo su primera orquesta, integrada por sus dos hermanos en bandoneón y violín, Moncagatti en contrabajo, Scagliotti en violoncello y él como pianista y director.
Escribe los hermanos Bates que tal orquesta se conoce con el nombre de Pancho, no sólo porque su director es Francisco, sino, razón más poderosa, que hay cierta semejanza entre Pancho y Paco, el nombre de batalla del ya popularísimo Juan Maglio.
Trayectoria
En 1919 llega Francisco Pracánico a la ciudad de Buenos Aires actúa en el Bar Domínguez como pianista del conjunto de Augusto Pedro Berto. Se desvincula para armar otra orquesta propia y con ella recorre el Jockey Club, el Tigre Hotel, el Conte de Mar del Plata y el Chantecler.
Acompaña a Azucena Maizani en la inauguración del Astral , luego secunda los trabajos de las cancionistas Mercedes Carné, Ada Falcón y Carmen Duval.
Todas sus composiciones son páginas memorables, dotadas a menudo con una melodía afligida de rara y preciosa nostalgia. Después de aquel “Monte protegido” da a conocer “Pampa”, donde no se detiene su producción. Maurice Chevalie le estrena en 1925 su “Tango porteño”, con letra de Manuel Romero .Tango porteño, tango divino,/tu melodía es su obsesión, canta Carlos Gardel en el disco Odeón nº 18.299.
Francisco Pracánico gana en un concurso de la empresa Max Glücksmann , segundo premio con la ranchera “Hasta que ardan los candiles”. Hace entre otras las músicas de “Alhucema”, el homenaje “Ciudad de San Fernando”, “Cuentas claras”, “ Deja nomás que se vaya”, “El cielo en tus ojos”, “En funda la mandolina”, “Hijo del fango”, del que hay una excelente versión por Ignacio Corsini en 1931, “Los muñequitos”, “Milonga para Carriego”, “Nicanora”, “No volverá a tu barrio”, “Soy cantor”, “Tatita”, “Trapito”; el chamamé “Corrientes Poty”, un par de éxitos del repertorio de Magaldi, como “Afilador” y “Martín Pescador”, los temas con versos de Celedonio Flores, como “Corrientes y Esmeralda”, “Mentira”, “Si se salva el pibe” y “Te odio”; otros rimados por Verminio Servetto, como “Madre”, “Perdóname Señor”, “Pobres flores” y “Sombras”; las zambas “El corazón me robaste” y “Aunque me cueste la vida”, en las que prueba que podía ser poeta, y “Malhaya mi suerte”, graba por el dúo Gardel-Razzano. La lista se extiende con generosidad.
Francisco es hoy recordado como autor que como intérprete, seguramente a causa de lo difícil que es encontrar los discos de su orquesta. Graba para la marca Electra, dejando en la placa 722 sus dos primeros registros, ambos de 1926; los tangos “Violetita”, de Hermes Peressini y Paco Ruiz Paris (matriz 166) y “Abuelito”, de Alberto Laporte, Eduardo Trongé y Carlos Cabral (matriz 167). En la misma sesión, cuya fecha exacta ignoramos por carecer del libro ordinal el registro, Pracánico graba “Dulce cariñito”, tango de Alberto Améndola (matriz 169). La inclusión de un tango de Améndola no es casual ni obedece a una elección propia del repertorio, él es dueño del sello discográfico , su hijo Atilio sería más adelante director artístico. (Nota de la dirección: Nos aclara nuestro amigo y colaborador Christoph Lanner que, según los registros del Depósito Legal el compositor del tango “Dulce cariñito” es Atilio Améndola.
Se nota el avance mismo de la condiciones de director de Pracánico y su correcto arbitrio para escoger autores: junto a los temas y arreglos propios, desfilan composiciones de Eduardo Arolas, Rafael Iriarte (El Rata), Vicente Greco, Rodolfo Sciammarella, Ángel D'Agostino y demás atriles; varias veces, hasta los de sus músicos.
Francisco Pracánico forma un conjunto el en el piano y la dirección, Gabriel Clausi (Chula) y Domingo Scarpino en los bandoneones, Manlio Francia y Elvino Vardaro en los violines y Angel Moncagatti en el contrabajo. Léase de nuevo este cuadro: es cierto, hay una vez en la historia del tango en que se juntan todos estos profesionales de primer orden, y ocurre en la Típica Pracánico.
En 1927 en Electra, las grabaciones se hace realmente eléctricas el nombre es un presagio o un ardid publicitario, todavía se hace con el viejo sistema acústico y se impone el empleo del micrófono en lugar del megáfono. Las matrices presentan ahora un sonido de elevada fidelidad, insospechado en las anteriores, que obliga a cambios más allá de los propios de la nueva técnica.
En efecto, influye hasta en la forma de ubicarse en el escenario Pracánico mantiene inalterable su estilo, emparentado con el de varias orquestas de ese entonces, propicia tanto para los bailarines como para los que desean escuchar en la tranquilidad de sus hogares del disco de moda.
El técnico de sonido Alfredo Murúa pionero de nuestro cine sonoro. El director artístico de la casa ya es el mismo Pracánico, quien continúa grabando hasta el disco 771 “Te están esperando”, tango de Pracánico, “Esta noche me emborracho”, tango de Discépolo. Agradece a Fabio Cernuda todos los datos discográficos ahí citados.
El artista de sana insatisfacción, deja sus huellas por la cinematografía. Aparece con su orquesta en Monte criollo, de Arturo S. Mom, película para la que compone dos tangos: el del título, que canta Azucena Maizani, y “Muchacho del cafetín”, hecho en otra escena por Florindo Ferrario. Los versos son de su música en Sábado a la noche, cine en 1960.
Muerte
Francisco Nicolás Pracánico fallece el 30 de diciembre de 1971 en Buenos Aires, Argentina
