Isla de Aix (Francia)

Île d'Aix (francés)
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Île d'Aix (francés)
País(es)Bandera de Francia Francia
Datos geográficos
Superficie175 km²
Longitud3 km
Anchura máxima700 m
Demografía
Población200 habitantes

Isla de Aix: Es otra de las perlas que guarda Poitou-Charentes en el Atlántico. Es una pequeña isla de aspecto mediterráneo, cercana a La Rochelle, reconocida por muchos de sus visitantes como un paraíso terrenal, que media entre la historia y modernidad, con esa maravillosa luz atlántica que lo baña todo.

La misma encierra una belleza y un encanto especial, que la hace única, siendo la menor por su tamaño insignificante, comparada con sus islas hermanas: Isla de Ré e Isla de Oléron. La isla de Aix es conocida, sobre todo, por la estancia de Napoleón. Está clasificada en la lista de los Sitios Naturales Destacados, por ser un lugar frágil que se debe respetar.


Situación geográfica

Mapa de aix.jpg

Al Île d'Aix se llega por mar, a diferencia de otras islas en el estuario del río Charente, que están unidas a la costa francesa por un puente. Para llegar a Aix hay que viajar mediante el único ferry que une la pequeña isla con la península de Fouras, surcando las aguas del Atlántico, durante apenas 30 minutos para desembarcar en ella.

Aix, se ubica en la ciudad medieval de La Rochelle, al oeste de Francia. Con apenas 130 hectáreas de extensión bordeadas de playas, calas y rocas; situándose a unos pocos kilómetros de las costas de Aunis, en el corazón del archipiélago de Charentes : es limítrofe con la mucho más famosa isla de Ré, la isla de Oléron y al oeste del histórico enclave Fort Boyard, la isla Madame al sur. Formada por un núcleo urbano fortificado por Vauban.

Debido a su situación, fue testigo de un conflicto militar entre los navíos británicos y franceses en abril de 1809, donde los británicos salieron victoriosos.

Clima y vegetación

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Aix es una isla de climas cambiantes, pero que al mismo tiempo ofrece paisajes que dejan sin aliento a sus visitantes, los cuales están formados por grupos de encinas y pinos que custodian el paso a miradores sobre rocas y arena que contienen las embestidas del Atlántico, donde se muestra la arquitectura rural de la región y donde se oculta la fortificación de Fort Leidot. La isla también tiene su parte salvaje de bosques, a pesar de sus pequeñas dimensiones. Sus playas vírgenes son un recodo de tranquilidad para aquellos que quieran disfrutar de un buen picnic a la francesa.

A pesar de ello, su ecosistema es muy frágil, y la región está librando una dura batalla contra el cambio climático, que amenaza su existencia. En ella se concentra toda la diversidad paisajista del litoral de Charente-Maritime.


Historia

Como parte de interés que encierra a île d'aix, están tres atractivos principales: su historia ligada al más famoso mandatario que jamás tuvo Francia, Napoleón Bonaparte; las fortificaciones militares concebidas por el gran maestro Vauban; y su ambiente tranquilo y natural. El comienzo de la historia de este lugar data en el siglo XI con dos eventos, primero con la fundación de la iglesia, y el segundo, con el del priorato Saint-Martin donde se instala la comunidad monástica, que se remonta al año 1070.

Luego en 1614 el rey Luis XIV montó un arsenal en la isla, por lo que Aix se convirtió en una de las islas donde se construyeron las famosas fortificaciones de Vouban para proteger a los barcos que se construían en Rochefort.Es una ciudad fortificada, sus piezas de artillería costera la convierten en un espacio sin determinaciones del tiempo. Con el pasar del tiempo se vuelve un punto de disputa entre Francia e Inglaterra. Estas fortificaciones que la protegen o rodean, demuestran que la isla fue una estratégica posición militar en la desembocadura, ya que estaba en la primera línea de defensa de aquel puerto astillero que Luís XIV levantaría en Rochefort.

Mediante las solemnes murallas y los fosos que le reciben a uno en el muelle y que antiguamente disuadían al enemigo inglés. Las mismas hoy por hoy guardan en su interior, uno de los entornos más idílicos y pausados de la costa atlántica francesa. Desde su origen fue un bastión militar que defendía la embocadura del Charente. Más tarde, cuando ya no pudo encargarse de esta defensa, se construyó el Fort Boyard, una de las principales atracciones de la región.

El año 1925 fue importante también en la historia de Aix, pues fue cuando unos barones compraron la isla y la recuperaron de su antiguo uso como campamento militar. Debido al cierre de 1927 del Arsenal militar de Rochefort, la isla empieza a despoblarse. Entonces, La Baronesa y el Baron Gourgaud decidieron fundar la Sociedad de los Amigos de la isla de Aix crearon dos museos, uno consagrado a Napoleón primero, el otro a la fauna y a las artes de África. Ahora también encuentras el museo del nácar, en el que se recogen las obras del último artesano que había en Francia dedicado a trabajar con esta sustancia.

Napoleón Bonaparte

Île-d'Aix hubiera pasado completamente desapercibida en los mapas y en la historia, si Napoleón Bonaparte no se hubiera instalado en ella antes de exiliarse definitivamente a la isla Santa Elena.

Hotel napoleon en isla de aix.jpg

El Emperador eligió la diminuta isla de Aix para ser su última morada en suelo francés antes del destierro. En 1815 Napoleón pasó tres noches en la antigua casa del Gobernador antes de entregarse a los ingleses.

Para alimentar el espíritu cultural, esa casa tiene en la actualidad un pequeño museo dedicado a Napoleón, donde pasaría sus últimos días en suelo francés y en la que se exhiben numerosos retratos, trajes y otros objetos personales del emperador. Es protagonista también dando nombre al Hotel Napoleón, un pequeño establecimiento de diseño que está abierto desde el año 2010, el cual es el único de la isla.

Isla silenciosa

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Se trata de una isla sin coches, y este es el principio de la desconexion, su quietud se puede descubrir caminando, en bicicleta o en calesa. Esta isla de modestas dimensiones y aire mediterráneo está llena de magia, que la convierten en una pequeña joya de la sencillez para que sus visitantes se llenen de enrgía de forma sostenible. En la misma hay un coqueto núcleo de casas bajas que se esconden tras totémicas plantas malvarosa, o roses trémières, en el centro neurálgico de la isla, más específicamente en Le Bourg, donde las contraventanas van pintadas de colores vivos y las bicicletas aparcadas, marcan un estilo diferente.

Todo esto ha hecho a isla de Aix muy particular, por lo que ha sido la musa de varios pintores y fotógrafos, que pensaban solo estar de paso por la misma, y terminaron por alargar su estancia en ella, porque la naturaleza y la historia, son sus grandes protagonistas.

Con el paso de los años, la vocación turística y cultural de la Isla se han establecido, y junto a ello, los grandes proyectos podrán más de relieve la vocación náutica de la Isla para así sacar provecho de una situación geográfica envidiada por muchos en una de las aguas más famosas de Europa.

Véase también

Fuentes