Laureano Miguel Guiardinú

Laureano Miguel Guiardinú
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Luchador proletario de la década del 30 en la provincia de Matanzas.
NombreLaureano Miguel Guiardinú
Nacimiento21 de mayo de 1901
Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento2 de enero de 1933
Matanzas,Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAsesinato
ResidenciaMatanzas, Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónZapatero.
Partido políticoPartido Comunista de Cuba
PadresLocadia Guiardinú Pérez

Laureano Miguel Guiardinú. Luchador proletario de la década del 30 en la provincia de Matanzas. Fue el primer luchador proletario caído en esta ciudad de Cuba.

Síntesis biográfica

Nace el 21 de mayo de 1901, en calle Contreras # 208 , actual Bonifacio Byrne, Matanzas, hijo de Locadia Guiardinú Pérez.

Realiza sus estudios primarios en la escuela Félix Varela, situada en la calle 24 de febrero entre Bonifacio Byrne y Milanés, más tarde se traslada al colegio Iznaga, sito en Jesús María esq. a 24 de febrero, ambos en la ciudad de Matanzas.

A la edad de 12 años comenzó el aprendizaje del oficio de zapatero con su hermano mayor que trabaja para J. Cabañas y Compañía, en tareas que realizaba en su domicilio.

Más tarde realiza diferentes labores, pero siempre mantuvo su condición de zapatero.

El 6 de septiembre de 1924, ya con 23 años de edad, solicita el ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza, el día 27 realiza el examen correspondiente y es aprobado, no pudiendo pagar la matrícula, se siente frustrado.

Trabajo

Trabaja en diferentes lugares como el taller de fabricar calzado de la propiedad de Marcial López Croa. En 1931 se convierte en obrero de la fábrica Vallín, Cuadra y Compañía, situada en Contreras entre Magdalena y Ayllón. Eran los tiempos terribles del agravamiento de la crisis económica iniciada en 1929. Amparados por el régimen tiránico imperante, los patroneros extremaban la explotación de los trabajadores.

El sector de los zapateros es en ese momento el más numeroso de la clase obrera en Matanzas, por lo que permanecía en estado de desocupación la mayor parte del año, y cuando trabajaban percibían míseros jornales por agotadoras tareas que se pagaban por el sistema de destajo.

Una tarifa pactada el 13 de abril de 1931, por la Liga de Zapateros y Similares con la Asociación de Industriales del Calzado y Talabarterías, bajo arbitraje gubernamental; de por si baja, no se cumplía, en sucesivas violaciones por parte de la patronal se había reducido en más de un 60 porciento.

Líder proletario

Durante le segundo semestre de 1932 el descontento de los trabajadores del calzado se intensifica, surgiendo un grupo combativo, cada vez más numeroso, que discrepa de la línea reformista mantenida por la directiva de la Liga de Zapateros. Ellos predican entre la clase obrera la necesidad de emprender luchas de carácter revolucionario, enfrentándose con la huelga a la explotación de que eran víctimas.

Como líder de aquella corriente radical figura Laureano Guiardinú, que se orientaba en regulares contactos que mantenía con militantes del Partido Comunista de Cuba, a través de los cuales solicitó y obtuvo el ingreso en las filas comunistas[1].

Huelguista

Presionada por las masas, la directiva de la Liga de Zapateros convocó una asamblea general que tuvo efecto en el Centro de Estibadores, en Daoiz 8, el 3 de diciembre de 1932, en la que se acuerda decretar el paro en todos los talleres a partir del día 7 del propio mes.

En la misma asamblea, al considerarse la directiva incapaz de dirigir una lucha frontal contra los ensoberbecidos patronos, se acuerda solicitar la ayuda de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, central sindical revolucionaria, a la que los zapateros de Matanzas no estaban adheridos[2].

Las reivindicaciones, que fueron presentadas por escrito al dueño de la fábrica eran:

  • Restitución de la tarifa acordada en abril de 1931 la que había sido reducida por los patronos en más de un 60 porciento.
  • Restitución de las bases acordadas en igual fecha.
  • Nivelación y mejoras de los precios de operarios mecánicos, cortadores y preparadores.

Por orientación de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, se crea un Comité de Huelga que haría cumplir el paro de carácter general en todos los talleres de calzado y talabartería de la ciudad, fue designado para dirigirlo el más combativo de sus integrantes, Laureano Guiardinú.

Algunos patronos, entre los que se destacaba el reaccionario Marcial López Croa, utilizando elementos incondicionales suyos y valiéndose de la desocupación y el hambre imperantes, comenzaron a reclutar rompehuelgas.

Los piquetes de huelguistas, organizados y dirigidos por Guiardinú, salieron a enfrentarse a los que pretendían romper el movimiento, logrando liquidar con el empleo de distintos métodos, desde persuasivos a violentos. Casi todos los grupos que traicionando a su clase estaban trabajando. Solo en el taller de López Croa había actividad.

Muerte

El lunes 26 de diciembre, 19 días después de iniciarse el paro, el movimiento marchaba impetuosamente, amenazando con extenderse a otros sectores laborales. En tal situación, la tiranía decidió asesinar al líder para liquidar la huelga. En horas de la noche de ese día, frente al Instituto de Segunda Enseñanza, hoy preuniversitario José Luis Dubrocq, Laureano Miguel Guiardinú fue balaceado por López Croa, en presencia y con ayuda de agentes de la llamada policía especial del gobierno provisional, utilizando para dicha acción una pistola.

El martes 27, un telegrama impuesto por el gobernador, dirigido al secretario de gobernación, decía:

“Me complazco en informar a usted que la huelga de zapateros que se desarrolla en esta ciudad no ha salido de su cruce normal punto Hecho ocurrido en el cual resultó herido un individuo perteneciente al gremio es un caso completamente aislado del problema que se debate punto estoy actuando conciliadoramente entre las partes en litigio y tengo esperanza de solucionar el conflicto muy en breve punto”[3].

El sábado 31 el gobernador recibía una carta del Presidente de la Liga de Zapateros, Lázaro Ramos Betancourt, donde le comunicaba la aceptación del laudo por él dictado y lo felicitaba muy efusivamente por su atención en el caso.

Dos días después, el lunes 2 de enero de 1933 a las 11 de la mañana, el líder fallecía. Y el martes 3, aún insepulto el cadáver del mártir, el gobernador cursaba al tirano Gerardo Machado el siguiente telegrama:

“Me complazco informar a usted que huelga mantenida por gremio de zapateros de esta ciudad ha terminado felizmente. Las labores se han reanudado y todo marcha dentro de perfecta armonía”[4].

Respuesta

Mientras se enviaba el mensaje al Presidente Machado, en la ciudad de Matanzas ningún obrero zapatero estaba trabajando. En masa, formando una multitudinaria manifestación de duelo y protesta participaban de los funerales del camarada asesinado.

De un manifiesto editado por el Comité Local de Matanzas de Defensa Obrera Internacional (Sección Cubana del Socorro Rojo Internacional), para conmemorar el cuarto aniversario del asesinato de Julio Antonio Mella, que circuló entre los participantes al sepelio de Guiardinú, este es el fragmento:

Entre tanto el gobernador que envía a su policía a asesinar al dirigente del moviendo de zapateros, planea con la directiva traidora, la manera de vender el movimiento mediante la intervención de una comisión de arbitraje. Pero todas las medidas planeadas por la directiva amarilla y el gobierno fueron echadas a tierra ante la intervención de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, que dirigió con tácticas revolucionarias, y llevó al triunfo la huelga de zapateros de Matanzas. Se quiere desfigurar la verdad del asesinato del compañero Guiardinú, pero la Defensa Obrera Internacional, denuncia las maniobras llevadas a cabo por la policía provincial, municipal y los patronos”.

En otro párrafo, el manifiesto de la Defensa Obrera Internacional expresaba:

“A las calles a protestar contra el asesinato del compañero Guiardinú planeado y ejecutado por el gobierno, la policía y los patronos”[5].

Sepelio

Desde que el cadáver es trasladado del Hospital donde falleció a su hogar, sito en Calle Santa Isabel # 192, sus compañeros montaron guardia de honor hata el momento de partir el sepelio.

En la mañana del 3 de enero de 1933, una imponente columna de obreros, estudiantes y pueblo en general, partió de la referida casa, marchando marcando por la calle 24 de febrero hasta Tello Lamar. El féretro fue llevado en hombros de obreros, hasta el cementerio. Además de un gran número de ofrendas florales que transportaban los carros fúnebres, una monumental corona que simbolizaba la bandera soviética era llevada por varios de sus compañeros de militancia política, que se relevaban durante el largo recorrido.

Tanto los participantes del entierro como el público que desde las aceras veía pasar el cortejo, escucharon por primera vez ese día el himno de los proletarios, La Internacional, cantada por un coro numeroso de obreros que durante la noche que permaneció expuesto el cadáver de su hermano de ideas y luchas, habían ensayado en un lugar cercano.

Con el propósito de amedrentar al pueblo congregado en las calles, la tiranía envió soldadesca a caballo, que marchaba detrás de los manifestantes. Luego en la tumba de Laureano Miguel Guiardinú habló un representante de la tiranía, en nombre del alcalde machadista electo.

Luis Pérez Rey habló en nombre del Partido Comunista de Cuba, para condenar el crimen cometido por los servidores de la tiranía proimperialista de Gerardo Machado.

Muchos de los participantes en el entierro, los que más se habían significado, tuvieron que saltar las cercas para así evitar ser detenidos por las fuerzas de la policía.

Alberto Acosta, zapatero jubilado, uno de los que sostenían la de flores con la hoz y el martillo que iba al final del cortejo, diría:[6].

“Puedo afirmar que en sus 68 años no he visto un sepelio como el de Guiardínú. Fue el más grande de cuantos se ha efectuado en Matanzas y una expresión viril de condena a la explotación capitalista y el terror de la tiranía machadista, ya en los estertores de la agonía”.

Laureano Miguel Guiardinú pasaría a la historia como el primer luchador proletario caído en Matanzas, en medio de un combate de clase desencadenado bajo el sangriento régimen machadista.

Referencias

  1. El ingreso de Laureano Miguel Guiardinú en el Partido Comunista se produjo en medio de la lucha librada en el seno de la liga de Zapateros en pro de la adopción del método correcto de enfrentar la explotación patronal con la huelga revolucionaria. Al estallar la huelga era miembro del Partido.
  2. La Confederación Nacional Obrera de Cuba era una central sindical revolucionaria, orientada por los comunistas, que propugnaba la lucha de la clase obrera por sus reivindicaciones económicas y políticas. La directiva de la Liga de Zapateros de Matanzas era reformista, rehuía la lucha con los métodos revolucionarios.
  3. Telegrama firmado Israel Pérez, dirigido al Presidente de la República. Exp. 3, Legajo 2, Fondo Movimiento Obrero, Archivo Histórico Provincial, Matanzas.
  4. Telegrama firmado Israel Pérez, dirigido al Presidente de la República. Exp. 3, Legajo 2, Fondo Movimiento Obrero, Archivo Histórico Provincial, Matanzas.
  5. Manifiesto de la Defensa Obrera Internacional, Exp. 3 Legajo 2, Fondo Movimiento Obrero, Archivo Provincial, Matanzas
  6. Diario Juventud Rebelde, 27 de diciembre de 1975.

Fuentes