Mantua (Italia)

Para el municipio cubano, véase Mantua (Pinar del Río).
Mantova
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Ciudad de Italia
Ubicación de Mantua en Italia.
Ubicación de Mantua en Italia.
EntidadCiudad
 • PaísBandera de Italia Italia
 • provinciaMantua
 • regiónLombardía
Población (2010) 
 • Total49 403 hab.
Gentilicioparmesano

Mantua (en italiano Mantova) es una ciudad italiana de casi 60 000 habitantes, capital de la provincia de Mantua, ubicada en la región de Lombardía (norte de Italia).[1]

Es una ciudad-isla, rodeada por cuatro lagos formados por las aguas del río Mincio.[2]

Centro agrícola y turístico, posee fábricas que producen muebles, calzado, juguetes, maquinarias agrícolas y fertilizantes.

En 2016, Mantua fue nombrada capital de la cultura italiana.

Mantua es el escenario de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi, inspirada en un cuento del novelista francés Víctor Hugo. En el aria «La donna è mobile», el duque de Mantua describe su visión de la esencia femenina. Al escribir Riggoleto, Verdi sufrió la censura por parte de los gobernantes —que aún estaban bajo el dominio del Imperio austrohúngaro—. Por eso el personaje que encarna el Duque de Mantua, de la familia Gonzaga, sustituyó al rey Francisco I de Francia, evitando así cualquier crítica a las monarquías.[3]

En latín se llamaba Mantua, y en idioma mantovano (el dialecto particular de la provincia) se llama Màntua.

Desde julio de 2008 esta ciudad, junto con Sabbioneta —ambas unidas por el legado que les dejaron los Gonzaga, que las convirtieron en dos de los principales centros del Renacimiento italiano—, está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

En 2016, el Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales y Turismo otorgó a Mantua el título de capital italiana de la cultura.

En 2017, Mantua y su provincia, junto con las provincias de Bérgamo, Brescia y Cremona, fueron premiadas como Región Europea de la Gastronomía con el nombre de Lombardía Oriental.

En 2019 fue designada «ciudad europea del deporte».

Mantua es la única ciudad, entendida como un museo urbano generalizado, presente en la plataforma Google Arts & Culture, con más de 1000 obras digitalizadas, 40 exposiciones virtuales organizadas en 8 museos virtuales diferentes.

La ciudad ocupó el primer lugar en el ranking de las mejores ciudades italianas por la calidad del medio ambiente y la vida, según el informe Legambiente Ecosistema Urbano 2017.

Historia

Mantua (Mantova) en el norte de Italia, rodeada de cuatro lagos. Fotografía tomada desde el lago Superior.

La ciudad de Mantua deriva su nombre de Manth, un dios etrusco, señor de los muertos del panteón tirreno.

El gramático y comentador Servio (Servio Mario Onorato, o Servius Marius Honoratus; floruit a fines del siglo IV) afirmó que Mantua fue una de las ciudades fundadas por el antiguo pueblo de los umbros. Posteriormente fue habitada por los etruscos, y más tarde por los celtas.

Los romanos invadieron la región e iniciaron obras de fortificación. Durante ese período nació el poeta Virgilio (Mantua, 70 a. n. e. - Bríndisi, 19 a. n. e.). En su libro La Eneida (19 a. n. e.), Virgilio relata una versión mítica de la fundación de la ciudad.

Según Virgilio, la profetisa Manto, que según la tradición griega era hija del adivino tebano Tiresias. Los hechos narrados en el mito ven una dicotomía de este personaje (como también sucedió con el de Longino, el mítico soldado romano que guardó la sangre de Jesucristo): fuentes griegas narran que Manto, que huyó de Tebas, se detuvo en la actual Turquía; otros describen su llegada, después de un largo deambular, al territorio, entonces completamente pantanoso, que hoy alberga la ciudad de Mantua. En este lugar creó un lago con sus lágrimas; según la leyenda, estas aguas tenían la propiedad mágica de conferir habilidades proféticas a quienes las bebían. La profetisa Manto se habría casado a la divinidad del río Tybris (el Tíber), rey de los toscanos, y su hijo Ocno (también llamado Bianore) habría fundado una aldea a orillas del río Mincio llamándola, en honor a su madre, Mantua.

El mito de la fundación de Mantua también encuentra espacio en la Divina Comedia (1304) de Dante Alighieri (1265-1321). En el Canto XX del Infierno, el propio Dante y su guía, el poeta Virgilio (nacido en Mantua) se encuentran con adivinos. Precisamente señalando una de estas almas, Virgilio describe los alrededores de la ciudad, el lago de Garda y el curso del río Mincio que desemboca en el río Po en Governolo. Allí afirma, refiriéndose a la leyenda de la adivina Manto:

Fer la città sovra quell’ossa morte; e per colei che ’l loco prima elesse, Mantüa l’appellar sanz’altra sorte. Hizo la ciudad sobre esos huesos muertos; y para el que primero eligió a Mantúa apelante sin otro destino.
Dante Alighieri, Divina Comedia

En el año 1000 comenzó el dominio de Canossa en Mantua: Tedaldo di Canossa primero y la condesa Matilde expandieron sus propiedades y construyeron iglesias y conventos. Después de la muerte de Matilde en 1115, siguieron frecuentes enfrentamientos con las poblaciones vecinas: Veronese, Cremonese y Reggio Emilia. En 1246, Ezzelino da Romano conquistó la ciudad con su ejército pero después de dos meses de batallas fue derrotado y comenzó una era de prosperidad para Mantua. En este período se erigieron el Palazzo del Podestà y el Ponte dei Mulini y la ciudad se dotó de poderosas murallas.

En 1276 comenzó el surgimiento de una de las familias más poderosas de la época, los Bonacolsi, que construyeron importantes palacios con torres almenadas. El 16 de agosto de 1328, el último de la familia Bonacolsi, Rinaldo, conocido como Passerino, fue herido de muerte por Luigi Gonzaga, apoyado por la familia Della Scala (de Verona), quien aspiraba a apoderarse de la ciudad.

Así comenzó la dominación centenaria de la familia Gonzaga, que reinó en Mantua hasta 1707. Fue el período más importante de Mantua que se convirtió en una de las ciudades más importantes y uno de los mayores centros de arte de Europa. Pisanello, Leon Battista Alberti, Andrea Mantegna, Giulio Romano y Luca Fancelli dejaron una huella imborrable en la arquitectura de la ciudad.

Mantua sufrió una guerra de sucesión entre 1628 y 1631, y un saqueo por parte de los lansquenets, que en 1630 propagaron la peste. Comenzó el lento declive de Mantua, acompañado por el declive del señorío Gonzaga que, en 1707, dejó la ciudad en manos de los austriacos. La dominación francesa y nuevamente austriaca siguió en 1815, cuando Mantua se convirtió en el bastión del Cuadrilátero, junto con Peschiera, Verona y Legnago.

El último de los Gonzaga-Nevers, Ferdinando Carlo huyó a Venecia en 1701.

En 1852 tuvo lugar la masacre de los Mártires de Belfiore, que anticipó la unidad nacional.

En 1866 Mantua pasó a formar parte del estado italiano.

Geografía

Mantua
UNESCO logo.png Welterbe.png
Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
PaísItalia Bandera de Italia
TipoCultural
RegiónEuropa
Año de inscripción2008 (XXXII sesión)

Se encuentra

  • a 13,2 km al norte del río Po,
  • a 46 km al sur de la ciudad de Verona,
  • a 204 km al norte de la ciudad de Florencia, y a
  • 471 km al nornoroeste de la ciudad de Roma, capital de Italia.

En 2008, la Unesco la designó Patrimonio de la Humanidad, junto con la ciudad de Sabbioneta, por ser estas dos ciudades representativas de dos aspectos del urbanismo del Renacimiento (en el siglo XV).[4]

Mantua constituye un ejemplo de renovación y extensión de una ciudad ya existente, mientras que el pueblo de Sabbionetta es ilustrativo de las teorías renacentistas sobre la planificación de la ciudad ideal. Aunque algunas partes de su tejido urbano son regulares, el trazado irregular de Mantua atestigua las distintas etapas de su crecimiento desde la época del Imperio romano.

Monumentos medievales

Esta población posee numerosos monumentos medievales —entre los que figura una rotonda del siglo XI y un teatro barroco—.

La ciudad aporta un testimonio excepcional de las realizaciones urbanísticas, arquitectónicas y artísticas del Renacimiento, dictadas por la visión y las ambiciones de la familia gobernante de los Gonzaga.

La importancia de los dos sitios estriba en el valor de su arquitectura y en su eminente papel en la difusión de la cultura renacentista.

Los ideales de esta, promovidos por los Gonzaga, han quedado plasmados en la morfología y la arquitectura de ambas ciudades.

Cultura en Mantua

Sobre el entramado romano y medieval se supo aplicar una nueva concepción urbanística renacentista que absorbió del pasado para florecer una ciudad más completa y de belleza serena. Responsable de esta transformación es la figura del duque Federico II Gonzaga, mecenas del arte y adelantado a su tiempo, como demuestra la protección que dio al gran artista Tiziano.[3]

La Plaza Sordello es el espacio más céntrico de Mantua, que ―ayudada por sus mayestáticas dimensiones (150 metros de longitud)― se adorna con los edificios más importantes de la ciudad, como el Palazzo Ducal, el Duomo (Catedral de San Pedro), o los Palacios Acerbi con su Torre de la Gabbia, y el Palacio Bonacolsi. La catedral, del siglo XV es de estilo románico y en el interior está la tumba de san Anselmo de Baggio (1036-1086), el patrono de Mantua.[3]

El Palacio Ducal, cuya enorme construcción se inició en el siglo XIII, refleja el poder político y económico atesorado por la familia Gonzaga, quienes estimularon la magnificiencia del palacio que encontraron cuando lo convirtieron en su residencia. Los Gonzaga ―sin ser reyes― vivieron como reyes, ejerciendo una influencia que trascendía todos los ámbitos de la vida, comenzando por la cultura, que empujada por el mecenazgo de la dinastía fue acumulado en el Palazzo Ducale hasta que las guerras y la ruina llos levó a dilapidar su patrimonio (por eso hoy el interior no guarda grandes tesoros tangibles). Las huellas arquitectónicas fueron continuas, tanto por fuera como por dentro, con excepcionales frescos de Andrea Mantegna y Pisanello.[3]

El complejo del Palazzo Ducal está anexado al Castillo de San Giorgio y la basílica palatina de Santa Bárbara. Dentro de uno de los torreones del castillo se reubicó la Camera degli Sposi (‘habitación de los esposos’), una estancia decorada por completo con frescos de Andrea Mantegna, que presentan a varios ilustres personajes de la Familia Gonzaga. Se tardaron nueve años en finalizar esta obra maestra, culminados con el “óculo”, una falsa claraboya donde se asoman unos curiosos personajes que para la época formaban un juego de perspectiva asombroso.[5]

Las otras plazas del centro histórico, además de Piazza Sordello, Piazza Broletto, Piazza Erbe, y Piazza Mantegna, parecen vagones adosados en una hilera sucesiva de espacios abiertos que parecen ir compitiendo en belleza, engalanados por los antiguos palacios.[6]

Al llegar a Piazza Broletto, una de las más coquetas nos detenemos ante el Palazzo del Podestà y la torre comunal, del gobernador medieval de Mantua, el Palacio del Massaro.. En dos pasos llegamos a la Piazza dell’Erbe (la ‘plaza de las hierbas’) que referencia al mercado que se desarrollaba, encerrada entre edificios que armoniosamente se combinan. Uno de ellos es el Palacio della Ragione (‘palacio de la razón’), con su torre del reloj en un costado, cuyo ingenio astronómico es obra del matemático Bartolomeo Manfredi en 1473.[3]

Desde una de las esquinas de Piazza dell’Erbe se accede a Piazza Mantegna, a la que se acude para entrar a la basílica de Sant’Andrea, permaneciendo antes frente a la fachada que diseñó Leon Battista Alberti.[6] En el interior además de la tumba del célebre pintor del siglo XV Andrea Mantegna, la leyenda cristiana dice que se custodian las reliquias del cáliz sagrado y la sangre de Jesucristo, que el mítico soldado romano Longino habría conservado después de la crucifixión del dios cristiano.[3]

Festival de Literatura de Mantua

Entre los días 7 y 11 de septiembre de cada año se celebra un Festival de Literatura, en que el municipio invita a escritores y artistas llegados de innumerables países de los cinco continentes. En esos cinco días, Mantua casi duplica su población de 60 000 habitantes.[2]

Fuentes