Parque El Carmen

Parque El Carmen
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Sitio fundacional Sta Clara.JPG
Ubicación Geográfica:Santa Clara, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba

Parque El Carmen. Lugar histórico ubicado en lo alto de una colina donde existe un monumento que perpetúa la fundación, próximo al sitio donde se celebró la primera misa de la villa de Santa Clara, que hoy lleva el nombre de Parque El Carmen.

Antecedentes históricos

Con anterioridad la Loma del Carmen o Parque El Carmen fue una colina cubierta de maleza. Según el primer historiador, allí se encontraban ranchos y corrales de encierro de los ganados pertenecientes a Gregoria Pérez, nieta del dueño de la hacienda Antonio Díaz, casada con Luis de León y su hija Paula. Esta familia era prácticamente la única que atendía la hacienda y fue la que acogió al grupo de remedianos que llegaron a estos parajes para organizar un asentamiento que se suponía fuera la continuidad de San Juan de los Remedios. Pero como no todos los vecinos de aquella villa se trasladaron, no tuvieron otra opción que fundar una nueva. La nueva villa mantuvo el nombre, que poseía desde 1636 -cuando le fue mercedada la tierra a su dueño Antonio Díaz por el Cabildo de Sancti Spíritus- de Gloriosa Santa Clara, por orden del Obispo Diego Evelino de Compostela.

La fundación de la villa de Santa Clara se produjo en la ribera del río La Sabana (hoy Bélico), lugar señalado en un plano que publicó el primer historiador Manuel Dionisio González en su libro Memoria histórica de Santa Clara y su jurisdicción. El actual parque se encuentra a unos metros del punto de fundación de la villa. Fue el padre Conyedo, quien tuvo la idea de trasladar la ermita que había construido muy modestamente al lado de la cruz, que señalaba el sitio de la fundación, hacia los terrenos del actual parque El Carmen.

Iglesia Ermita Nuestra Señora del Carmen

El 7 de agosto de 1744 se mercedó el terreno de la colina cerca del río "La Sabana" (hoy Bélico) al pasar la cañada de los Almiquíes, a instancias de Don José Surí Águila, por orden del Cabildo de la villa y con la correspondiente aprobación eclesiástica. El objetivo era la fabricación de una ermita que recordara el significativo hecho de la fundación de la villa en estos terrenos. La idea parte del Presbítero Don Juan de Conyedo, quien la nombró Nuestra Señora del Carmen, se deduce la llamara así porque al día siguiente de la fundación es la celebración de la Virgen del Carmen. Al barrio que se inauguró se le denominó Barrio Nuevo. Posteriormente comenzó a llamársele “El Carmen”, nombre que aún mantiene. Esta ermita, que devino la actual parroquia, resume en su estructura arquitectónica elementos de tres siglos: XVIII, XIX y XX.

En sus inicios fue una modesta construcción típica de la época en la villa y se abrió al culto el 29 de julio de 1745. A partir de 1749 se desarrolló una campaña de recaudación de fondos mediante la limosna, aportada por los vecinos para la construcción de otro edificio -es el que existe actualmente- situado a unos metros del primero, más alejado del río, en la cima de la colina. En su entorno quedó un espacio abierto convertido en plaza, que luego fue el Parque Conyedo en honor al promotor de la obra; pero con el decursar del tiempo perdió esa denominación para quedarse con el nombre actual coincidente con el de la parroquia.

Esta obra concluyó el 22 de mayo de 1754[1]. Las campanas, tres en total, fueron colocadas el 28 de mayo de 1848. En 1909, se construyó la casa parroquial al fondo de la iglesia, integrándose como parte de este edificio. En 1953, Eutimio Falla Bonet sufragó los gastos de la remodelación del edificio, en ese lustro se le agregó el atrio que circunda el frente, los laterales de la ermita y se renovaron puertas y ventanas[2].

El tamarindo simbólico fue plantado allí hace más de 100 años para rescatar la idea original del Padre Conyedo, de mantener la proximidad de la iglesia al sitio de la fundación. Fue talado en fecha cercana al 15 de julio de 1918, lo que motivó la crítica del periodista Francisco López Silverio que reflejaba el descontento popular, por lo que la Sociedad de la Prensa lo repuso en el sitio que ocupa actualmente[3].

Monumentos y tarjas

En el lugar no sólo existe sentimiento religioso y belleza arquitectónica. También se evidencia historia y patriotismo. Al llegar frente al edificio de la iglesia se observa una tarja colocada junto a la entrada principal. Allí se rememoran los hechos de la Guerra de los Diez Años, en este lugar sufrieron prisión un grupo de patriotas santaclareñas: María Julia Ortegosa, Josefa Pérez Corcho, Pilar Mira Fragosa, Virginia Chaviano, Pastora González, Teresa Doménech, Teresa Mendoza, Isabel Velazco, Martina Lorda, Inés Murillo y Mercedes Valdés Consuegra.

Hay otros monumentos y tarjas que dignifican a figuras y acontecimientos históricos. Allí están los bustos de los destacados pedagogos cubanos: José de la Luz y Caballero (1800-1862) y el de la santaclareña Carmen Gutiérrez Morillo (1854-l9l4), cuyos sitiales de honor se encuentran en el lado sur, a la izquierda de la iglesia. El busto de José de la Luz y Caballero fue mandado a esculpir por los miembros de la Logia Miguel Jerónimo Gutiérrez 56 de la Orden Caballeros de la Luz, el 27 de septiembre de 1953. En el pedestal donde está colocado aparece una inscripción: “Al sabio mentor Don José de la Luz y Caballero. En el caso de Carmen Gutiérrez, develado el 15 de julio de 1925 fue un homenaje de sus discípulas”.

El 15 de julio de 1954 el "Grupo Los Mil" situó una tarja muy próximo al busto de José de la Luz, motivado por el Día del Villaclareño Ausente que se había instaurado el año anterior por el Ayuntamiento de Santa Clara. La "Gran Logia de Cuba" colocó otra tarja al pie del árbol que sembraron para simbolizar la unidad y hermandad entre las logias de Cuba, cuando celebraban la 50 sesión de esta institución entre el 9 y 10 de junio de 1950.

También al costado derecho se erigió una sencilla escultura en forma de relieve al joven capitán Roberto Rodríguez Fernández, jefe del Pelotón Suicida de la Columna 8 comandada por Ernesto Che Guevara. El conocido Vaquerito cayó en combate en la azotea de la casa Nº 15 de la calle Garófalo entre Máximo Gómez y Luis Estévez, a cincuenta o sesenta metros de la entrada principal de la Jefatura de la policía de la ciudad, frente al mencionado parque. La obra fue del escultor José Delarra, que muestra al Vaquerito de pie con su uniforme militar y el fusil al hombro, de frente a la calle Garófalo, muy próximo al lugar donde cayó en el ala norte del parque[4].

Monumento a las familias fundadoras

El monumento es un columnario esculpido en hormigón enchapado en mármol, procedente de la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud). Construido en un área de diecisiete metros cuadrados, con tres peldaños que elevan la base para simbolizar el lema: Patria, Religión y Familia, del entonces escudo de la ciudad. Sobre esta plataforma se alza una circunferencia con todos sus puntos equidistantes del tamarindo que se encuentra en el centro. Las dieciocho columnas representan a cada una de las dieciocho familias fundadoras y están colocadas en forma de parábola, unidas en la parte superior por un remate en espiral, para dar idea del desarrollo progresivo de la ciudad y su continua evolución hacia el futuro.

En cada columna, en su parte exterior se le colocaron, en letras de bronce, los nombres de las personas cabezas de familia. La más alta aparece rematada por una cruz que refleja la connotación religiosa del acto de fundación de la villa, iniciada con la celebración de una misa por un sacerdote de la iglesia católica, religión oficial del régimen colonial español. Debajo de esta cruz se colocó el escudo de la ciudad.

En el monumento está situada la tarja que refiere la fecha, los patrocinadores y el escultor del mismo. Esta sustituye a la que estuviera colocada por la Asociación de la Prensa desde 1923[5].

Cuidado y conservación

A finales de la década de los años setenta el gobierno local acometió la tarea de remodelar el parque. Este proyecto lo dirigió el arquitecto Carlos Pérez de Alejo Monteagudo, quien refiere haber tomado elementos del de Remedios, tratando de mantener, con sentido simbólico, los vínculos históricos entre ambas ciudades. Sobresale el detalle del enrejado a las áreas verdes y al Monumento a las Familias Fundadoras. Las rejas que bordean el parque repiten los detalles del que circunda al atrio de la iglesia, que ya existía y que fue tomado como modelo para lograr con ello una unidad ambiental y los asientos que bordean los canteros forman parte del conjunto.

La plazoleta ovoidal frente a la fachada de la iglesia fue concebida con la idea de mantener la tradición de celebrar actos en la escalinata de la iglesia. Fue construida con losas de barro semejando a las del atrio y a las del interior, que en aquel momento tapizaban el piso del templo. En el proyecto consideró cuatro áreas fundamentales: descanso, actividades culturales, área histórica y la de recreación infantil. Esta última se revitalizó y se mantuvo activa, hasta que se inició la construcción del monumento al Vaquerito para lo cual se utilizó el área del parquecito infantil y éste desapareció.

En la jardinería se tuvo en cuenta el sembrado de plantas ornamentales y útiles para la sombra que prodigan a los asientos. Además, se trató de mantener la identidad nacional como ocurre con la presencia de la palma real y la ceiba, que se encuentran al lado sur del parque.

Este parque fue y continúa siendo el lugar donde se celebran tradicionalmente las fiestas de la Fundación de la Ciudad, el 15 de julio de cada año. En enero de 1998 se efectuó en la explanada frente a la iglesia un inusual acontecimiento: la misa abierta, oficiada por el Obispo de Villa Clara como preparación de los feligreses para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba. En esta participaron la población católica de la ciudad y los principales dirigentes municipales y provinciales. En tiempos más recientes, el lugar vuelve a ser testigo de la solidaridad humana. Se escoge el monumento a las familias fundadoras, debajo del tamarindo, para celebrar el hermanamiento entre Mogán, Islas Canarias y Santa Clara[6].


Referencias

Fuentes

  • …………………………Boletín Cartacuba No 57 julio de 2004, p9.