Tratamiento de Lumbalgia


Lumbalgias
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Concepto:Sensación dolorosa circunscrita al área de la columna lumbar, teniendo como efecto final una repercusión en la movilidad normal de la zona, debido a la sensación dolorosa.

Tratamiento de Lumbalgia. Los desórdenes de la espalda son extremadamente prevalentes en todas las sociedades. La lumbalgia es el cuadro clínico consistente en dolor en la región lumbosacra, acompañado o no de dolor referido o irradiado, asociado habitualmente a limitación dolorosa de la movilidad y que en la mayoría de los casos, tiene carácter inespecífico, presentando características mecánicas (es influenciado por las posturas y movimientos, tiende a mejorar con el reposo y a empeorar con el esfuerzo).

La lumbalgia inespecífica aguda tiene buen pronóstico, en más del 80% de los casos no se encuentra una causa subyacente y el 90% de estos se recupera antes de las seis semanas. Aunque las lumbalgias inespecíficas son procesos benignos y autolimitados, más de la mitad recidivan.

Factores de riesgo

  • Tipo de ocupación.
  • Condiciones psicológicas –neurosis, histeria y reacciones de conversión.
  • Otros factores involucrados son el tabaquismo y la obesidad; esta última participa principalmente en la perpetuación de los episodios, aunque los datos son poco consistentes al respecto.

Clasificación

De acuerdo al tiempo de evolución, la lumbalgia se puede clasificar en tres categorías:

  1. Lumbalgia aguda (menos de 6 semanas): es la forma clínica de presentación más frecuente y se define como un cuadro doloroso agudo de localización lumbar que cursa con rigidez local. Se aprecia claramente una contractura de la musculatura vertebral.
  2. Lumbalgia subaguda: su duración es de 6 a 12 semanas.
  3. Lumbalgia crónica (más de 6 semanas): evolución crónica de un episodio agudo. El cuadro suele ser recurrente, estacional, con dolor vago y difuso de localización toraco lumbar o lumbo-sacro y que aumenta con los esfuerzos y sedestación prolongada. Muchos de estos enfermos muestran factores psicosociales sobreañadidos.

Según su origen

  1. Dorso muscular: se deben a la irritación de las ramas posteriores de los últimos nervios espinales dorsales por las articulaciones interapofisarias correspondientes, las cuales inervan los planos cutáneos y subcutáneos de la región lumbar baja y de la cresta iliaca.La radiología es con frecuencia negativa y sólo el examen clínico orientará al médico.
  2. La pseudociatica (Sindrome de Sindrome de compresión del muslo piramidal de la pelvis): Se presenta con un dolor agudo en las zonas lumbar y glútea, siendo unilateral, e irradia hacia la zona posterior de la rodilla (hueco poplíteo), lo que nos sirve para diferenciar con la ciática verdadera donde el dolor baja a la pierna o el pie. Presenta debilidad a la rotación externa y abducción de la cadera pero no presenta signos neurológicos. Se asocia a un síndrome de compresión del músculo piramidal de la pelvis por contractura muscular del mismo. Es más frecuente en mujeres y en particular en embarazadas.
  3. La lumbociatica o ciatica común: Se puede definir como un dolor de una raíz nerviosa (monorradiculalgia) de origen lumbar o lumbosacro que revela un conflicto disco-radicular, de estenosis (estrechamiento) del canal raquídeo o puramente vertebral afectando a los niveles L4-L5, L5-S1. Es una entidad rara en niños y adolescentes, siendo excepcional después de los 60 años. Suele venir precedida de episodios de lumbalgia común o lumbalgia. Según la raíz afectada puede presentara síntomas de parestesias o adormecimiento de pierna, talón, antepié y dedos siempre en la extremidad inferior. El dolor es muy variable, desde muy intenso y limitante a menor. En casos muy graves el dolor es sustituido por paresia y parálisis del territorio correspondiente a la rama afectada. El dolor ciático es lacerante, punzante, urente y agudo. Puede ir acompañado de contractura muscular en muslo y pantorrilla y mejora con el reposo aunque dependerá de la naturaleza de la compresión.
  4. La cruralgia: Menos frecuente que la ciática, pero bastante habitual, se trata de un dolor de raíz nerviosa (radiculalgia) de origen vertebral, con lesiones idénticas a la ciática, pero afectando a los niveles L2-L3, L3-L4 y con recorrido de afectación neurológica menor, Suele ser de comienzo brusco y progresivo y puede ir precedido de algún episodio de lumbago aislado caracterizado por un dolor paravertebral lumbar alto.
  5. Lumbalgias psicogenas o psicosomáticas: La frecuencia de los trastornos orgánicos de la columna lumbar es tan elevada que, en la mayoría de los casos, la alteración psicosomática se le superpone. Es por tanto, muy difícil para el médico formular un diagnóstico de la lumbalgia psicosomática. Estas pueden estar relacionadas con un trastorno psiquiátrico clásico (depresión, histeria) o poner de manifiesto, detrás de un cuadro clínico trivial, dificultades de adaptación, o, en fin seguir a un traumatismo que alteró a un sujeto a menudo ya neurótico anteriormente y deseoso de prolongar y de aprovechar la situación.

Síntomas

  1. El principal síntoma de una lumbalgia es el dolor en la zona lumbar que a veces puede irradiar hacia los miembros inferiores.
  2. Dolor al movimiento, sobre todo a la inclinación hacia delante del tronco (flexión de la columna vertebral lumbar).
  3. Rigidez articular de la columna vertebral lumbar.
  4. El dolor aumenta al estornudar y/o al toser.
  5. Incapacidad para realizar las actividades de la vida diaria en el domicilio.
  6. Incapacidad laboral en muchos casos.

Tratamiento

El tratamiento de un episodio de dolor lumbar depende del diagnóstico y se conocen como:

1. Conservador:' se dirige a la causa del dolor lumbar, pero en muchos casos el tratamiento quirúrgico va a ser necesario para eliminar la causa estructural lo que exige un correcto diagnóstico. Habitualmente es el más importante. La clave del tratamiento reside en la primera crisis aguda, si se trata bien y se previene la recidiva, no dará más problemas, y si no es así se pasará a la lumbalgia crónica.

Las indicaciones son las siguientes:

  • Reposo: tiene su fundamento en tratar los procesos que cursan con inflamación. No necesariamente quiere decir reposo en cama sino que puede ser reposo de la región lumbar, a veces mediante la utilización de corsés. El reposo durante unos días (48-72 horas) es muy recomendable, pero no es conveniente prolongarlo durante mucho tiempo.
  • Ortesis o corsés: algunos pacientes necesitan del reposo local de la zona lumbar y mantener cierta estabilidad. Aunque pueden provocar atrofia muscular puede ser necesario durante los primeros días.
  • Medicación: generalmente el tratamiento farmacológico consiste en la utilización de medicación analgésica pura, asociada o no a antiinflamatorios y relajantes musculares, preferentemente en dosis única nocturna (aunque no se deben utilizar más de dos semanas consecutivas).
  • Terapeútica física: son medios que tienen la misión de aliviar el dolor y puede utilizarse el calor local, tracción, manipulaciones quiroprácticas. Tienen escaso valor.
  • Ejercicios: una vez pasada la fase aguda. Con ellos se trata de disminuir la frecuencia del dolor lumbar y se deben potenciar los músculos abdominales, paravertebrales o erectores, glúteos, cuádriceps e isquitibiales. Una buena musculatura representa el mejor corsé para la columna.
  • Educación ( Backschool): se trata de un programa de educación vertebral con el objetivo de enseñar al paciente a cuidar su espalda.
  • Infiltración de carillas articulares: se utiliza para el tratamiento del síndrome facetario y es necesario el seleccionar adecuadamente los casos: dolor que aumenta con la hiperextensión, mejora con la flexión, dolor a la palpación de las carillas articulares y presencia de alteraciones degenerativas en la radiografía. Se hacen con el paciente en decúbito prono y con control de Rx.
  • Infiltraciones epidurales: radiculopatía aguda, estenosis de canal...

2. Quirúrgico: La cirugía para aliviar la lumbalgia aguda es poco frecuente y sólo una minoría de personas con lumbalgia crónica requiere intervención quirúrgica. Los pacientes con compresión del cordón espinal, síndrome de cauda equina y dolor radicular pueden ser sometidos a descompresión quirúrgica o discectomía. Las situaciones que la pueden requerir son la hernia discal, inestabilidad y la estenosis lumbar.

La hernia discal,las indicaciones son las siguientes:

  • Lumbociática que no responde al tratamiento conservador.
  • Lumbociatalgia persistente con deterioro de signos neurológicos, por ejemplo la ciática paralizante, con musculatura en M1-M2 o M3.
  • Presencia del síndrome de la cola de caballo con ciatalgia bilateral (hernia central).
  • Ciatalgias recidivantes.

En el tratamiento de la estenosis vertebral: El objetivo de la cirugía será descomprimir el canal y dar espacio a las estructuras neurológicas. La descompresión no solamente es del canal central sino también liberar los recesos laterales y las foráminas radiculares. Posteriormente puede ser necesaria la estabilización con fusión y técnicas de instrumentación.

Consejos prácticos

  • Evitar malas posturas. En relación a las posturas del trabajo tenemos que saber que hemos de dar reposo, de forma periódica, a los músculos que intervienen en el mantenimiento de los mismos. En la postura de pie se han de mantener las curvaturas de la espalda en su alineamiento normal: cabeza erguida, el mentón contraído y echar la pelvis hacia delante. La relajación de la musculatura se realizará adoptando otras posturas antagónicas: agachándose de vez en cuando, doblando el tronco hacia atrás; cambiando el peso de un pie al otro; apoyando el pie en un reposapiés, etc….
  • En la posición de sentado se deben colocar las rodillas por encima de la pelvis ayudándose de un reposapiés. Es conveniente levantarse de vez en cuando, hacer estiramientos o caminar.
  • Controlar el exceso de peso.
  • Evitar permanecer sentado prolongadamente.
  • Evitar esfuerzos físicos intensos.

Fuentes