Alfredo Marcucci

Alfredo Marcucci
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NombreAlfredo Marcucci
Nacimiento14 de septiembre de 1929
Ensenada (Buenos Aires), Argentina
Fallecimiento12 de junio de 2010
Ensenada (Buenos Aires), Argentina
NacionalidadArgentina
OcupaciónBandoneonista, director y arreglador

Alfredo Marcucci. Bandoneonista, director y arreglista argentino.

Síntesis biográfica

Nace el 14 deseptiembre de 1929 en Ensenada, una localidad en la provincia de Buenos Aires. A muy corta edad pierde a su padre y una vez en la Capital su tío Carlos se encarga de que [[Alfredo pueda ganarse la vida dignamente. Su tío, Carlos Marcucci, un notable bandoneonista, creador de un famoso método para estudiar el instrumento, introduce a su sobrino en el arte del bandoneón. El bandoneonista Guillermo Destaillats dice: Alfredo cuenta que cuando va a visitar a su tío [[Carlos si no se escucha ya el bandoneón desde la vereda es porque Carlos o está en casa. Practica todo el día.

Trayectoria

Alfredo Marcucci integra orquestas de niños y aprende de la mano de su tío, incorporándose luego a su orquesta en 1943.

Pasa por muchas orquestas, tanto como miembro fijo o reemplazante; en Buenos Aires o en conjuntos que se forman para las giras. Entre las agrupaciones que integra durante el período de entre mediados de los [[1940] y 1956, se encuentra: por supuesto, la de su tío Carlos Marcucci su primera orquesta profesional; Eduardo Bianco, Raúl Kaplún, Julio De Caro, Juan Canaro primera gira a Japón en 1954, Enrique Francini, 1955, 1956.

Cuenta Alfredo que cuando toca en la orquesta de su tío, llegan a compartir el famoso local Marabú con Aníbal Troilo y su orquesta. Recuerda como Pichuco practica antes de la función la variación de su vals “Romance de barrio”.

En 1949 con Eduardo Bianco viaja a Italia, y después a Medio Oriente, terminando en Estambul. En esa época, el tango está de moda en los hoteles de lujo de ciudades como Beirut o El Cairo.

Como reemplazante, participa en alguna grabación de la orquesta de [[Alfredo Gobbi.

Tiene el placer de compartir fila con grandes colegas, muchos de ellos entrañables amigos, como Julián Plaza, Leopoldo Federico a quien admiraba por sobre todos, Mario Demarco, Arturo Penón, Roberto Di Filippo, Julio Ahumada, Marcos Madrigal, Luis Stazo con quien comparte fila en su primera orquesta infantil y José Libertella, cuyo arte admira. Alfredo decía que fue él quien puso el apodo de Marinero a Osvaldo Montes.

En 1954 se disuelve la orquesta de Julio de Caro debido, en parte, a la decisión de Alfredo de dejar la orquesta según su versión, al decidirse por viajar a Europa con otra agrupación. Por alguna razón, Alfredo aparentemente privilegia los viajes en muchas ocasiones. Así es como, de la misma manera, rechaza la propuesta del gran colega Leopoldo Federico de integrar nada menos que la codiciada orquesta de Horacio Salgán. Según sus palabras: Es una espina que siempre le queda, porque Salgan es la orquesta que más admirábamos todos los músicos. ¡Qué elegancia, qué arreglos!

Forma junto a Julián Plaza, Atilio Corral y Ernesto Franco un cuarteto de bandoneones, integra la orquesta de argentino Galván para grabaciones en el sello TK y colabora con Héctor Stamponi.

En 1956, Carlos Di Sarli rearma su orquesta con gente joven. La fila de bandoneones está integrada nada menos que por Julián Plaza, José Libertella, Leopoldo Federico y Alfredo Marcucci. Cuenta Alfredo que se disputa por no tocar la parte del primer bandoneón, ninguno quería hacerlo… y deciden que lo haría Libertella que es, según Alfredo, el que mejor toca.

Entre los registros discográficos de la última época de Di Sarli se encuentran joyas como: “El abrojo” único tango en el que Di Sarli permite que se use, durante un pasaje, un mínimo de virtuosismo en la mano izquierda del bandoneón, “Una fija”, las últimas versiones de “Champagne tango”, “La cumparsita” y “Bahía Blanca”, entre otros.

En 1950, otra vez libre y sin nada que perder, emprende una gira por el Medio Oriente en la que reemplaza a su colega Arturo Penón. Esta vez es con una orquesta de jazz en la que Alfredo toca, no solamente el bandoneón, sino el contrabajo. La gira dura tres años, y es en Estambul donde Marcucci conoce al famoso músico paraguayo Luis Alberto del Paraná.

Ahí comienza una nueva era para él, de la mano del conjunto Los Paraguayos con el que comparte 15 años de giras por todo el mundo. Los Paraguayos representan en esos tiempos el cliché sudamericano en el mundo entero. Su repertorio incluía canciones muy populares como: “La cucaracha”, “El cóndor pasa”, “La paloma”, “Quizás, quizás” y “La bamba”. Vendieron más de un millón de ejemplares. En este grupo Alfredo toca no sólo el bandoneón sino el bajo eléctrico, la guitarra, las maracas, canta y es el arreglador.

Se traslada a Bélgica en 1960. Es durante este tiempo exitoso que conoce a la que sería su mujer. Cuentan que Alfredo sale una mañana a comprar pan y vuelve enamorado de la que se lo vende. Ella es holandesa y deciden quedarse en Bélgica.

Siguen años con muchos viajes junto a Los Paraguayos, pero en el año 1974, Luis Alberto del Paraná fallece repentinamente en un hotel de Londres por un derrame cerebral. Es al regresar de una gira por Rusia. El conjunto sigue presentándose, y con ellos Alfredo, pero la responsabilidad no tarda en golpear las puertas, y su nueva familia, con sus cuatro hijos de corta edad, hace que Alfredo se convenciera por cambiar de vida, en 1976. Opta por un trabajo que mantiene durante dos décadas como obrero especializado en una fábrica de formas plásticas.

En 1980 existía en Bélgica un dúo dedicado al folklore argentino. Aborda chacareras, zambas, estilos, tangos, canciones pampeanas, alternando entre el castellano y el flamenco. Los guitarristas/cantores que lo integra es el Argentino, Juan Masondo y el belga-argentino Dirk Van Esbroek que, lamentablemente, fallece en el 2007. Es a ellos a quienes debemos el redescubrimiento de Alfredo Marcucci.

Según cuenta Juan Masondo, se enteran vagamente de la existencia de un bandoneonista retirado, que vive en [[Bélgica. Entonces Masondo quiso buscarlo. Lo encuentran y lo convencen. Su arte había quedado intacto y sin la influencia musical de 1970 y 1980, debido a esa larga pausa en la que se dedica a trabajar en otra cosa.

Alfredo integra varios conjuntos de gente que lo invita a tocar. Entre estos grupos se encuentran: Tango al Sur, integrado por los dos músicos últimamente nombrados, el Dúo Marcucci-Benítez gran guitarrista uruguayo, Orquesta A Fuego Lento, Sexteto Veritango el conjunto de Marcucci con el que más se presenta en Europa, que crea en 1991 con los que anteriormente son sus alumnos, Trio Veritango (versión trío, con el guitarrista Masondo, Ensamble Piacevole grupo de cámara con cuerdas y bandoneón, Orquesta Típica Silencio dirigida por Roger Helou, Orquesta Alfredo Marcucci grupo creado en Italia en esos últimos años.

Nos sigue contando Roger Helou: Marcucci, aparte de tocar, desempeña una gran labor como docente. Da cursos de bandoneón y de ensamble en interpretación del tango en distintas situaciones: empieza con un curso de verano al sur de Bélgica, donde, entre otros, lo frecuenta el famoso [[Carel Kraayenhof. En 1994 comienza a dar cursos regulares de interpretación en un conservatorio de Bruselas, donde tenían una especie de Orquesta Escuela para la cual Alfredo escribe arreglos originales de las legendarias orquestas típicas ayudándose únicamente de su memoria. De este grupo de estudiantes interesados nace su ensamble Veritango. Le sigue la larga etapa de cursos intensivos en el sur de Francia, iniciado en Toulouse en 1998. Luego sus actividades lo trasladan a la ciudad de Tarbes, cuyo festival de Tango lo invita cinco años consecutivos. Esto se convierte en su «curso clásico de Orquesta Típica.

En el 2004, cuando Alfredo se cansa de enseñar tanto y del calor de los Pirineos, tiene la idea de elegirme como su reemplazante en ese lugar, lo que es una gran puerta abierta para mí. Le debo a Alfredo el haber descubierto el mundo maravilloso de enseñar y, particularmente, de enseñar una música que realmente amo. Es un cambio en mi vida Cuando lo llama en el 2006 para invitarlo a enseñar otra vez en el mismo marco, me cuenta que está más cansado aún: me describe su enfermedad, que lo mantiene todo el tiempo cansado, por falta de glóbulos rojos. Es triste escuchar su queja. Pero no se rendiría. Alfredo sigue presentándose por toda Europa, tocando con todo el mundo, viajando miles de horas en el camión de su entrañable colega Michel durante cuatro años más. Hasta que nuestro Alfredo, cansado, decide decir basta a las terapias y a los medicamentos para dedicarse a pasar su último tiempo en casa con sus más próximos. Y así es.

Su bandoneón es a parar al Museo de Instrumentos de Bruselas, en un homenaje de Bélgica y la Argentina a su memoria.

Muerte

Alfredo Marcucci fallece el 12 de junio de 2010 en Ensenada (Buenos Aires), Argentina.

Fuentes