Francisco Bernal Loscos

Francisco Bernal Loscos
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Nacimiento1823
(Samper de Calanda
Fallecimiento1886
Castelserás,Bandera de España España

Francisco Bernal Loscos Es considerado el botánico más notable nacido en Aragón.​​ Farmacéutico rural que, desde un pequeño rincón de Aragón, consiguió proyectar su obra botánica hasta las universidades más prestigiosas de Europa, donde fue elogiosamente valorada. Sus trabajos siempre serán básicos para la redacción de la Flora de Aragón, obra que continúa siendo un reto para los naturalistas aragoneses. Supo aglutinar a un numeroso grupo de botánicos, y dio así lugar a la denominada posteriormente Escuela de Loscos que constituiría, en cierta medida, un antecedente aragonés del trabajo científico en equipo.

Trayectoria profesional

Realizó sus primeros estudios en las Escuelas Pías de Alcañiz y Zaragoza. Florencio Ballarín Causada ejerció reconocida influencia sobre el desarrollo de su fuerte vocación por las ciencias naturales, transmitiéndole el espíritu de trabajo y rigor científico de Asso y Pedro Gregorio Echeandía y Jiménez. Eligió la Facultad de Farmacia para realizar sus estudios superiores, y obtuvo el grado de licenciado por la Universidad de Madrid en 1845. Establecido como farmacéutico en Chiprana, dedicó sus primeros trabajos científicos al estudio de los seres vivos habitantes de la laguna salada, preferentemente en los aspectos botánico y entomológico. Sus relaciones con José Pardo Sastrón decidieron, en buena parte, la orientación exclusivamente botánica de sus trabajos posteriores.

Ejerció su profesión en Castelserás, Calaceite, Peñarroya De Tastavins y Castelserás por segunda vez y definitivamente. Recorrió toda la provincia de Teruel y gran parte de Aragón en múltiples y continuas excursiones botánicas.

Reunió sus trabajos con los de Pardo Sastrón, e intentó publicarlos en España, pero el éxito no acompañó a sus gestiones y nadie aceptó el manuscrito, ni siquiera el Instituto Farmacéutico Aragonés, ejemplar entidad científica que ya entonces se hallaba en franca decadencia precisamente por motivos económicos. Decidieron acudir a Willkomm y el ilustre naturalista, demostrando un amor a la ciencia que en España nunca se ha prodigado, publicó a sus expensas el trabajo: en 1863 y bajo el título de Series inconfecta plantarum indigenarum Aragoniae, apareció impresa en Dresde (Alemania) una de las obras científicas más genuinamente aragonesas de todos los tiempos. Willkomm puso de manifiesto la importancia de la misma no solamente para la flora de Aragón, sino para la flora española y resaltó la falta de medios así como las injustas ofensas padecidas por los autores; en ella se catalogan 2.460 especies de las cuales 26 eran nuevas, aunque algunas dejaron de serlo al descubrirse posteriormente su afinidad con otras ya conocidas en diversos puntos.

En 1867 y siguiendo con la colaboración de José Pardo Sastrón, publicó en Alcañiz la Serie imperfecta de las plantas aragonesas espontáneas, «segunda edición, aumentada con numerosas noticias que pueden servir al formar el Catálogo de las plantas de Aragón». En esta obra, impresa por Ulpiano Huerta y especialmente dedicada por los autores a los farmacéuticos aragoneses, se consignan 2.624 especies, 164 más que en la edición latina de Dresde. En este momento ya son numerosos los naturalistas europeos que solicitaban el envío de plantas aragonesas para enriquecer sus colecciones, y a partir de aquí ideó la confección de sus Exicatta Florae Aragonensis, formadas por plantas secas dispuestas en herbarios y en grupos de cien especies que eran remitidas a cuantos las solicitaban.

Su espíritu incansable y las continuas excursiones botánicas le permitieron publicar numerosos artículos en revistas profesionales y especialmente la tercera edición de su obra, a expensas del Semanario Farmacéutico, titulada Tratado de plantas de Aragón (1876-1877), a la que fue añadiendo sucesivamente diversos trabajos en forma de suplementos, algunos de ellos en colaboración con distintos compañeros.

Como consecuencia de la epidemia colérica, le sobrevino la muerte cuando preparaba la edición del octavo Suplemento. Pascual Adán, farmacéutico y director de El Turolense, escribió en su periódico: «Ha muerto como todos los verdaderos sabios, tan pobre de dineros como rico en amarguras».

En su obra colaboraron los hermanos Pardo Sastrón (José Pardo Sastrón y Salvador Pardo Sastrón), Calavia, Tomás Bayod Cólera, Campo, Nuet, Martín, Álvarez, Vallier, Alvira, Ruiz Casaviella, Bernardo Zapater Marconell, Antonio Badal Solsona, Carlos Pau Español, Gargallo, Sorribas, Grafulla, Juan Benedicto Latorre, etc. Es difícil que vuelva a formarse, sin el menor apoyo oficial, un grupo tan numeroso de cultivadores de una ciencia; la mayoría eran farmacéuticos y el hecho representa una de las aportaciones más valiosas de estos profesionales en favor de la cultura aragonesa.

Participó en varias exposiciones nacionales y extranjeras, alcanzó importantes premios en la Exposición Aragonesa de 1868 y en la Exposición Farmacéutica Nacional de 1882. Fue galardonado por los Colegios de Farmacéuticos de Madrid y Barcelona. Donó su Herbario de Aragón a la R.S.E.A.A.P. y otra colección de plantas al Instituto de Teruel. Perteneció a diversas sociedades científicas como Isis de Dresde, Sociedad Botánica de Copenhague, Instituto Farmacéutico Aragonés, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, etc.

Integrantes de su escuela participaron activamente en el Homenaje a Carl von Linné, y en el Primer congreso de Naturalistas Españoles. A través de sucesivas generaciones de botánicos se han transmitido y se continúan transmitiendo en el tiempo las ideas de Loscos; Pau, Vicioso, Aguilar, Losa España, P. Montserrat Recoder y otros ilustres botánicos no han perdido ocasión para declararse integrantes de su escuela, aunque algunos de ellos no llegaran a conocer personalmente al maestro.

Loscos representa la figura máxima de la Botánica aragonesa en una etapa realmente brillante en la que también destacaron algunos botánicos no integrados en su grupo, como el farmacéutico de Tarazona, Alejandro Jubera Pascual, estudioso de la flora del Moncayo, o su colega Vicente Latorre Pérez, que ejerció su profesión en El Pueyo de Jaca y escribió el Catálogo de las plantas medicinales halladas en el partido judicial de Jaca.

Loscos dedicó a sus colaboradores algunas de las especies que describió por primera vez -Allium Pardoi, Valerianella Martini, Silene Campoi, Thymelaea Ruizi- y dio a otras el nombre del viejo reino: Erodium Aragonense, Ruppia Aragonensis, Teucrium Aragonense, Reseda Aragonensis, Hutchinsia Aragonensis, poniendo de manifiesto un profundo aragonesismo, ampliamente demostrado a lo largo de su vida. Distintos naturalistas españoles y extranjeros por su parte, dieron el nombre de Loscos a más de una docena de especies vegetales nuevas, como homenaje permanente al ejemplar soñador de la Escuela Botánica aragonesa.

Bibliografía

  • Montserrat, P.: Estado actual de los estudios sobre Aragón; Actas de las II Jornadas, vol. II, Ed. Cometa, Zaragoza, 1980.

Castel Clemente, C.: Biografía de D. Francisco Loscos y Bernal; 2.ª ed., Imp. Gambón, Zaragoza, 1923. Fernández, D.: «Vida y obra del botánico tierrabajino Francisco Loscos»; Teruel, n.° 9, 1953.

Fuentes