María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel

María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel
Información sobre la plantilla
XII Condesa-Duquesa de Benavente y duquesa de Osuna
FamiliaDuquesa.jpeg
Nacimiento 26 de noviembre de 1750
Madrid,Bandera de España España
Fallecimiento 5 de octubre de 1834
(81 años)
Madrid, Bandera de España España
Consorte Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco
Casa Real Casa de Benavente
Padre Francisco de Borja y Vigil de Quiñones
Madre María Francisca Téllez Girón

María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel. Por nacimiento era condesa de Benavente y se casó con Pedro de Álcantara Téllez-Girón, noveno duque de Osuna en 1771. Mujer de gran inteligencia, belleza, elegancia y compostura que interpretó un importante papel en la sociedad española de la época y realizó numerosas obras de caridad.

Síntesis biográfica

Infancia y Juventud

María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, nacida el 26 de noviembre de 1750, hija del conde duque de Benavente, Francisco de Borja y Vigil de Quiñones, y de María Francisca Téllez Girón, heredó el condado ducado de Benavente a los once años de edad, pues su padre falleció en 1763, y también habían muerto siendo muy niños sus hermanos y hermanas.

Matrimonio e Hijos

Por el inmenso patrimonio ligado al título nobiliario de Benavente y todos los títulos vinculados por la casa que recaerían en María Josefa, su madre concertó para ella el matrimonio con Pedro Téllez Girón, segundogénito de los duques de Osuna. María Josefa estaba destinada a convertirse en la duquesa e Osuna, aunque ella usó siempre en sociedad el nombre que por sangre le correspondía, el de condesa duquesa de Benavente.

María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel

Muy pronto María Josefa comenzó a destacar en la Corte de Madrid. Era una intrépida amazona que asombraba a todas las damas y a muchos hombres con su destreza con el caballo.

Aunque intentó ser madre enseguida, su primer embarazo se malogró y no dio a luz a su primer heredero hasta 1775. El niño fue bautizado con el nombre de José María del Pilar, pero sólo sobrevivió un año. Lo mismo sucedió con los siguientes hijos del matrimonio: Ramón, Micaela y Pedro Alcántara. Ninguno de estas criaturas sobrepaso los 4 años de edad, lo cual hizo sufrir a la Benavente.

Después de la muerte del pequeño Pedro, que le resultó particularmente dolorosa, la condesa duquesa decidió reunirse con su esposo, que desde hacía tiempo permanecía con su regimiento en la Isla de Mahón. Allí permanecieron unos meses hasta que en 1782 recibieron orden de trasladarse a Barcelona.
En esa ciudad nació unos meses más tarde una hija del matrimonio, Josefa Manuela. Al poco tiempo de nacer la niña, los duques trasladaron su residencia a Madrid, donde, en 1785, nacería su segunda hija, Joaquina. Un año más tarde, en 1786, vendría al mundo el tan deseado heredero, que llevaría el nombre de Francisco de Borja. En 1788 nació otro niño, Pedro Alcántara, y todavía vendría otra niña más, Manuela Isidra, nacida en 1794.

Muerte

María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel murió el 5 de octubre de 1835 en su casa de Cuesta de la Vega, cuando ya era un hombre su nieto y heredero, Pedro Alcántara Téllez Girón.

Logros, contribuciones, aportes

El Capricho de la Alameda de Osuna

Desde su traslado a Madrid, la condesa duquesa y su esposo vivieron en su casa de la Cuesta de la Vega, que la propia María Josefa se había encargado de acondicionar. Pronto la casa, muy cercana al Palacio Real, se convertiría en uno de los puntos de reunión de la sociedad madrileña y, sobre todo, en refugio de intelectuales a los que María Josefa gustaba de proteger y ayudar. Pero fue en 1783 cuando María Josefa auspició el más ambicioso de sus proyectos: la construcción, en las afueras de Madrid, de un palacio magnífico rodeado por una finca de recreo al que, con toda justicia, la duquesa de Osuna llamó Mi Capricho, y que ha llegado a nuestros días conservando parte de su antiguo esplendor y con el nombre de El Capricho de la Alameda de Osuna.

Reverencia a María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel

En la rica pinacoteca con que cuenta el palacio se encuentran muchos lienzos expresamente encargados a un pintor entonces muy de moda en la corte de Madrid, Francisco de Goya y Lucientes, que ya en 1785 había realizado un retrato de los duques de Osuna. Entre los cuadros que Goya pintó con destino a El Capricho estaba el lienzo titulado La pradera de San Isidro. Goya fue uno de tantos protegidos de la condesa duquesa de Benavente, que además de ser extraordinariamente generosa en sus dádivas a la beneficencia, acogió y ayudó a muchos de los intelectuales de la época. María Josefa demostró ser lo que podría llamarse un auténtico "espíritu ilustrado". Su interés por aprender y cultivarse trascendió las artes. También fueron objeto de su protección y su generosidad escritores como Tomás de Iriarte, Ramón de la Cruz o Leandro Fernández de Moratín.

María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel

En una época en la que en Madrid empezaron a surgir con viveza las tertulias, la condesa duquesa de Benavente consiguió que la suya fuera una de las más nombradas. También solía ofrecer representaciones musicales, en las que contó con orquesta propia y que dirigían, entre otros, Lidon y Boccherini.

Cuando, en 1798, Carlos IV decidió nombrar al duque de Osuna su embajador en Viena, María Josefa no sólo apoyó a su marido, sino que aceptó trasladarse con él y sus cinco hijos a tierras centroeuropeas.

El duque de Osuna murió en 1807. Su esposa le sobrevivió veintisiete años, los suficientes para mantener sus labores de socorro y mecenazgo y para ver casados y con descendencia a sus cinco hijos, lo que aseguraba la superviviencia de la casa de Osuna y también de la estirpe de los Benavente. La condesa duquesa todavía habría de sobrevivir a otro de sus hijos, el heredero Francisco de Borja, y asumir la obligación de criar a sus dos hijos.

Títulos de María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel

Por derecho propio

Por matrimonio

Fuentes