Inversión agrícola


Inversión agrícola
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Concepto:Las explotaciones agrícolas, las inversiones principales corresponden al fomento de tierras en relación con el cultivo de plantas y árboles, riego, constitución de rebaños e instalaciones para los mismos, mecanización y aperos agrícolas.

Inversión agrícola. La inversión en el sector agrícola puede proporcionar al inversionista varios beneficios importantes, incluidos la protección contra el riesgo de inflación, la posibilidad de realizar apreciaciones tanto en los flujos de caja como en el valor de los terrenos y varios tipos de opcionalidad, como por ejemplo la capacidad de cambiar los productos agrícolas de un campo e incluso el uso fundamental del terreno.

Definición

A nivel de las explotaciones agrícolas, las inversiones principales corresponden al fomento de tierras en relación con el cultivo de plantas y árboles, riego, constitución de rebaños e instalaciones para los mismos, mecanización y aperos agrícolas.

Teniendo en cuenta que la mayor parte de la población pobre vive y trabaja en zonas rurales, la inversión en el desarrollo agrícola y rural puede contribuir de forma considerable a lograr estos objetivos. No obstante, contrariamente al supuesto de que toda la inversión orientada al crecimiento en el sector agrícola reduce la pobreza con eficacia, la experiencia ha puesto de manifiesto que la inversión sin enfoque específico encaminada a aumentar la producción agrícola es relativamente ineficaz a la hora de llegar a los pobres.

El análisis social es decisivo para diseñar e implementar reformas políticas e institucionales en favor de los pobres y programas y proyectos de inversión dirigidos a ellos. Esto es fundamental para comprender la complejidad de la diversidad social, las cuestiones de género y las diferentes dimensiones de la pobreza (p. ej. ingresos bajos, falta de bienes, vulnerabilidad, exclusión, falta de poder y de medios para expresarse e incapacidad de sobrellevar las crisis). La perspectiva del análisis social permite a los planificadores situar las dimensiones humanas (partes interesadas, grupos beneficiarios, beneficiarios previstos y otras personas afectadas) en el centro de las intervenciones para el desarrollo.

Aplicaciones en la inversión agrícola y rural

Si bien ya existen numerosos manuales y guías del usuario sobre análisis social, en la mayoría se descuida la cuestión de su aplicación en la inversión agrícola y rural. Para subsanar esta carencia, el TCI de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha elaborado tres guías complementarias en una serie titulada El análisis social para los proyectos de inversión agrícola y social. El Centro de Inversiones reconoce que las labores de diseño, supervisión, respaldo y evaluación de los programas y los proyectos de inversión agrícola y rural serán más pertinentes, eficaces y sostenibles si se basan en una comprensión del entorno socioeconómico, de los medios de vida y de las prioridades de desarrollo de las personas.

Las tres guías proporcionan orientación para aplicar el análisis social en los programas y proyectos de inversión en desarrollo agrícola y rural. Sus mensajes principales son los siguientes:

  1. La inversión agrícola debe diseñarse de tal manera que desde las etapas iniciales del ciclo de programación y del proyecto sea proactiva, centrada en las personas e inclusiva desde el punto de vista social.
  2. El análisis social refuerza la capacidad de la inversión agrícola de reducir la pobreza rural y crear resultados de desarrollo que sean socialmente inclusivos, equitativos en cuanto al género y sostenibles.
  3. Es necesario aplicar un planteamiento interdisciplinario y holístico al análisis social para apreciar la interrelación entre las cuestiones sociales y los aspectos técnicos, institucionales y económicos del diseño de proyecto, para así garantizar que los objetivos generales del programa tengan en cuenta los aspectos relevantes del entorno socioeconómico y cultural.
  4. El análisis social es una cuestión transversal que debería formar parte de todas las actividades del programa y no debería quedar confinado únicamente a los intereses de los especialistas. El especialista refleja las prioridades de los beneficiarios previstos, y no solo estos, en las negociaciones con los gobiernos y los donantes por lo que se refiere a las inversiones agrícolas.

Inversión en el Sector Agrícola: 5 Claves

La inversión en el sector agrícola puede proporcionar al inversionista varios beneficios importantes, incluidos la protección contra el riesgo de inflación, la posibilidad de realizar apreciaciones tanto en los flujos de caja como en el valor de los terrenos y varios tipos de opcionalidad, como por ejemplo la capacidad de cambiar los productos agrícolas de un campo e incluso el uso fundamental del terreno. A pesar de estas ventajas, las empresas en el sector agrícola frecuentemente enfrentan a desafíos que pueden dificultar el análisis de las oportunidades de inversión, como por ejemplo volatilidad en la producción y en los precios.

Para ayudar a los inversionistas que están empezando a considerar posibilidades de inversión en el sector a equilibrar las oportunidades de inversión y el riesgo, a continuación se presenta una breve lista de algunos puntos clave a tener en cuenta.

Acceso seguro al agua

Aunque no sorprenderá que el agua sea vital para la agricultura, es posible que los inversionistas no estén conscientes del hecho que las necesidades de agua pueden variar significativamente dependiendo del tipo de cultivo. El consumo de agua para el algodón, por ejemplo, es casi el doble del consumo típico de agua para una hectárea de uvas.

Además de las grandes diferencias en las necesidades de agua, el acceso y los derechos al agua de los propietarios de los campos pueden ser muy diferentes, ya que algunas campos tienen acceso al agua de pozos profundos en sus propias propiedades y otras extraen una gran cantidad de agua de fuentes que pueden ser severamente limitados en tiempos de sequía.

Al analizar una oportunidad de inversión, los inversionistas deben estudiar cuidadosamente las necesidades de agua actuales y futuras de un campo, cómo una propiedad obtiene su agua, el estado de su infraestructura de riego y cuan seguro será el suministro de agua, tanto bajo condiciones de lluvia normal como de sequía.

Los niveles actuales de producción pueden distorsionar el análisis de niveles de producción futuros

Cuando se consideran las oportunidades de inversión, los inversionistas en muchos sectores suelen inferir la producción futura a raíz de los niveles de producción actuales o recientes. En el sector agrícola, sin embargo, este tipo de enfoque puede distorsionar significativamente las oportunidades de inversión potencial y el riesgo porque:

Las densidades de las plantaciones en una propiedad pueden no ser óptimas

Las prácticas de manejo de cultivos, incluyendo con respecto al tratamiento del suelo, riego, poda, cosecha y procesamiento y almacenamiento post-cosecha, pueden no ser ideales.

Estructuras de costo en empresas agrícolas

Las estructuras de costos en el sector agrícola pueden variar ampliamente y pueden existir grandes diferencias en los insumos clave de los costos agrícolas, como el costo de la tierra, la mano de obra y los costos operativos clave de la explotación del campo. Además, dependiendo de su tamaño y del entorno operativo externo, las empresas agrícolas pueden verse gravemente afectadas por la escasez de mano de obra y las realidades económicas que enfrentan otras partes de la cadena de valor de la agricultura que se transfieren al nivel de producción.

Por lo tanto, al analizar la estructura de costos de una empresa agrícola, es importante comparar los costos de una empresa con los competidores de la industria y considerar la volatilidad de la estructura de costos de la empresa y el grado en que una empresa es capaz de protegerse de o por lo menos contrarrestar los aumentos de costos impulsados por factores externos.

El precio de comida puede ser altamente volátil

En comparación con los precios de otros sectores, los precios de los productos agrícolas pueden ser muy volátiles. Esta volatilidad se debe a varios factores, entre ellos:

Puede haber un retraso muy grande entre el comienzo del ciclo de producción de alimentos y cuando ese producto finalmente se entrega al mercado, creando el riesgo de desajustes entre oferta y demanda. Estos desajustes pueden dar lugar a una sobreproducción, incluso frente a la creciente demanda, así como a la escasez de producción en mercados donde la demanda está cayendo drásticamente.

La oferta de productos agrícolas puede verse gravemente afectada por las condiciones climáticas y las enfermedades que pueden tener un gran impacto en el precio.

Diferencias importantes en la fuerza de los canales de venta

Hay grandes diferencias entre las empresas agrícolas en términos de cómo se distribuyen sus productos, con algunas empresas muy verticalmente integradas y otras que efectivamente tienen que encontrar compradores para sus productos cada temporada. La falta de fuerza del canal de ventas puede afectar negativamente a una empresa de muchas maneras, incluyendo el desperdicio de tiempo y recursos escasos en la comercialización y colocación de productos, así como crear una alta volatilidad de los ingresos que hace que las empresas entren en modo de reducción de costos cuando existen importantes oportunidades de crear valor adicional tras gastos estratégicos.

Inversión en la agricultura: evolución y perspectivas

Categorías de inversión agrícola

  1. Las formas de proceder en el futuro para lograr un aumento del suministro de alimentos serán distintas de las que se han adoptado en el pasado. Las reservas cada vez menores de tierras no explotadas con un alto potencial de producción, la estabilización de la productividad a un nivel elevado en las zonas en que ya se han introducido tecnologías modernas y la degeneración de la base de recursos en zonas de alto o bajo potencial son tres factores que plantean una nueva serie de desafíos para el desarrollo. En el futuro se obtendrán beneficios menores con la introducción de nuevos insumos concretos (variedades modernas, fertilizantes inorgánicos o insecticidas).
  2. Ese cambio tiene consecuencias claras respecto de las categorías de inversiones de apoyo que se necesitarán en el futuro.
  • La nueva tecnología deberá ser objeto de actividades de investigación y extensión. Habrá que prestar más atención a la intensificación de sistemas, adaptados para optimizar el rendimiento del factor de producción (tierra, agua, fuerza de trabajo, capital) que sea decisivo en cada situación. Los medios de generar y comunicar nuevas tecnologías deberán responder mejor al desafío planteado por la mayor diversidad agroecológica y socioeconómica.
  • Se requerirán cambios a nivel de las explotaciones para absorber la intensificación. Esos cambios irán desde la ampliación de las inversiones en riego y drenaje, pasando por las mejoras en las tierras de secano y las mejoras de los suelos a largo plazo, hasta nuevos tipos de maquinaria, nuevas razas de animales o aportaciones adicionales de mano de obra agrícola.
  • Se necesitará apoyo en las fases anteriores y posteriores a la producción. Para que la intensificación siga adelante en condiciones cada vez más variadas –sosteniblemente y a la escala necesaria–, los sistemas de suministro de insumos, semillas, maquinaria, equipo y servicios deberán crecer proporcionalmente.
  • Se requerirán inversiones de apoyo, que en gran medida deberán ser públicas, para complementar y estimular el flujo de inversiones privadas.
  • La importancia económica y la influencia en el crecimiento de la producción de alimentos de algunos de los elementos decisivos enumerados anteriormente se tratan con más detalle en las secciones que siguen.

Intensificación

Riego y utilización más eficiente del agua

En todo el mundo hay unos 260 millones de hectáreas de regadío. Las tierras de regadío suponen el 18 por ciento de toda la superficie cultivable y dedicada permanentemente a la agricultura, con el 35 por ciento en Asia, el 6 por ciento en el África subsahariana y el 11 por ciento en América Latina. En los últimos dos decenios se han añadido nuevas superficies de regadío a un ritmo medio de 3 millones de ha al año, el 87 por ciento de las cuales se hallan en Asia. En la actualidad, el desarrollo del riego se ha frenado considerablemente en comparación con el decenio de 1960. El desarrollo del riego con financiación internacional también ha disminuido y, por ejemplo, los préstamos del Banco Mundial para proyectos de riego se han reducido a la mitad, de 2 000 millones de dólares EE.UU. En 1980 a 1 000 millones de dólares EE.UU. en 1993.

Los proyectos en gran escala con total regulación del agua se topan con obstáculos cada vez mayores. Esos proyectos han sido objeto de críticas por causar daños al medio ambiente y desigualdades sociales y por mostrar poco respeto por los derechos de los usuarios tradicionales de la tierra. Una utilización mayor del riego también puede crear un aumento de los riesgos para la salud trasmitidos por el agua, en particular la esquistosomiasis y el paludismo. Esas inquietudes relacionadas con la salud pública deben abordarse, inicialmente, en las fases de planificación y diseño de los planes de riego; a ello debe seguir la supervisión rutinaria de los efectos del plan en la salud y la nutrición de la población.

Fomento y mejora de tierras

En el estudio AH2010 se proyecta que una quinta parte del crecimiento agrícola de los próximos dos decenios provendrá de la explotación de nuevas tierras y cuatro quintas partes de la intensificación agrícola. La expansión de la agricultura a nuevas zonas, más vulnerables, no se interrumpirá, porque en muchos casos la población no tendrá más remedio que establecerse en zonas cada vez más marginales, talar bosques primarios y causar perjuicios al medio ambiente. En esas condiciones, la producción tiene un elevado costo social y la productividad de la fuerza de trabajo es baja. Además, las prácticas agrícolas se adoptan en función de las necesidades de supervivencia más que en razón de cálculos financieros o económicos.

El sector público puede contener esa tendencia, entre otras cosas mejorando la seguridad de la tenencia de particulares y comunidades. El libre acceso es la forma más perjudicial de explotar un recurso natural y llevará con el tiempo a su destrucción. La legalización de la ocupación de la tierra y la concesión de incentivos a los ocupantes para proteger la tierra de reserva restante, junto con el suministro de servicios (carreteras, extensión y materiales de siembra que permitan una explotación agrícola sostenible), pueden contribuir a estabilizar la situación.

Insumos adquiridos

Cada vez se concede más importancia a la utilización eficiente, segura, sostenible y complementaria de fertilizantes, plaguicidas, reguladores del crecimiento de las plantas, medicamentos veterinarios y vacunas, y todo eso requerirá constantes inversiones. La utilización de insumos adquiridos exige inversiones previas en instalaciones de fabricación e infraestructuras de almacenamiento y distribución y absorbe volúmenes considerables de capital de explotación. Los abonos minerales en particular, de los cuales se utilizan anualmente en el mundo 140 millones de toneladas (equivalente en nutrientes), la mitad en los países en desarrollo, han sido un importante factor de crecimiento agrícola durante el último siglo.

No está claro que los fertilizantes puedan repetir la contribución que han realizado al crecimiento agrícola. En regiones de gran potencial, como en China, en la zona central de Luzón (Filipinas) y en el Punjab (India) está disminuyendo la relación/producción adicional de cereales/volumen de fertilizantes. La progresiva reducción de los subsidios para insumos en distintos países en desarrollo obliga a los agricultores a hacer economías. En los países desarrollados el consumo ha ido disminuyendo desde hace algún tiempo, debido a las preocupaciones por el medio ambiente y a la reducción de la superficie. El proceso ha llegado a un punto en que en algunos círculos se ha manifestado preocupación por el uso insuficiente de nutrientes de las plantas en relación con el potencial de rendimiento.

Mecanización

La mecanización encierra un potencial enorme para aumentar la productividad de la fuerza de trabajo. También puede incrementar los tamaños de las explotaciones en los casos en que no existan limitaciones de superficie. En los países en desarrollo, la agricultura depende en gran medida de la mecanización. Según estadísticas de la FAO, en los últimos dos decenios se han utilizado en promedio unos 200 000 tractores adicionales al año en sistemas agrícolas y hay aproximadamente 5,5 millones de tractores en funcionamiento en países poco desarrollados. La mecanización es conveniente cuando sustituye a un trabajo humano repetitivo, agotador, que consume mucha energía y que depende mucho de la evolución de los costos de la mano de obra. Debido a la gran proporción del presupuesto de las explotaciones que supone su costo, que a menudo supera el de los fertilizantes, la mecanización también está muy vinculada a los precios del producto.

Las compras de tractores y de bombas de agua han disminuido considerablemente en los últimos años en algunas regiones, especialmente en América Latina y en Cercano Oriente y África del Norte. Por otra parte, se han producido inversiones excesivas en países donde los precios agrícolas estaban altamente reglamentados (Europa occidental, Corea, Japón), donde se disponía de créditos subvencionados para la mecanización (Pakistán) y donde existían planes de alquiler de tractores gestionados por el gobierno (en algunos países africanos).

Operaciones posteriores a la fase de producción

Es muy probable que, en el futuro, las inversiones relacionadas con la agricultura en las operaciones posteriores a la fase de producción (manejo, almacenamiento, transporte, comercialización y elaboración) experimenten un fuerte aumento, determinado por la combinación de un constante aumento de la población urbana y de los ingresos, sobre todo en Asia oriental. Para el año 2010, la población urbana en los países en desarrollo se habrá doblado y habrá alcanzado casi los 2 700 millones, a partir de los 1 400 millones de 1990.

Infraestructura rural

En todas las zonas rurales existe una limitación en cuanto a las carreteras, el suministro de electricidad, las telecomunicaciones y otros tipos de infraestructura que tienen una importancia clave para estimular las inversiones agrícolas y el crecimiento. Su escasez se debe en parte a los costos por habitante más elevados que supone dar servicio a poblaciones dispersas, pero también a la preferencia por el sector urbano en la asignación de fondos públicos. El problema es especialmente agudo en África. Incluso en Nigeria, el país con la más alta densidad de carreteras de África, se ha alcanzado apenas el nivel de cobertura viaria que existía en la India en 1950. La falta de infraestructura, especialmente de carreteras, en el África subsahariana es tan grande que en los próximos 20 años la seguridad alimentaria no puede depender de una revolución verde que siga el modelo de Asia, sino que debe basarse en zonas agrícolas de producción y consumo autosuficientes que sólo necesiten un mínimo de insumos comprados en el exterior.

Generación y transferencia de tecnología

La nueva tecnología ha sido la fuerza propulsora más consistente del crecimiento agrícola. Evenson (1994) estima que ha contribuido entre la mitad y las dos terceras partes al aumento de la producción en los últimos decenios. Los rendimientos económicos de las inversiones en generación de tecnología bien organizada, bien fundada y con objetivos claros son habitualmente de más del 20 por ciento y a menudo llegan al 30 o al 40 por ciento e incluso a más.

La generación de tecnología está repartida entre los sectores público y privado tendiendo este último a ser mayor en los países más desarrollados. La investigación privada se ve atraída hacia aquellos subsectores donde existen mercados para los resultados de la investigación y puede tener un carácter privado.

Intervenciones transfronterizas

La mancomunidad de las investigaciones aplicadas en el sistema del GCIAI y en la iniciativa SPAAR son intentos bien conocidos de abordar los temas que superan la capacidad de los gobiernos nacionales para resolverlos. A raíz del Programa 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), se están abordando otras varias cuestiones en este sector aunque a menudo se carece del necesario compromiso de financiación.

Prioridades regionales

Asia. En gran parte de la región, la insuficiente investigación agrícola se está convirtiendo en un obstáculo, a medida que decrece el aumento de los rendimientos, y los centros de investigación cuentan con escasa tecnología para hacer frente a los muchos problemas «de segunda generación» en cuanto a la degeneración de las zonas de alto potencial y no disponen tampoco de los nuevos sistemas, de fácil aplicación, necesarios para intensificar la agricultura en las tierras más pobres.

Fondos de inversión agrícolas: características y beneficios

Financieramente, todos recordamos la fecha: septiembre 2008. La crisis sub-prime trajo consigo una serie de consecuencias que no pensamos que volverían a ocurrir, al menos tan pronto y de forma más dura, y que la pandemia de Covid-19 hizo presente: los países dejan de crecer, aumenta el desempleo, las tasas de interés mundiales caen, las rentabilidades de muchos negocios bajan y diversos negocios ‘toobigtofail’ finalmente también caen. Pero hay un denominador común, en un sector particular. Donde hay activos reales y tierra agrícola, el daño es menor.

Por otro lado, el dilema de la alimentación mundial continúa. Al 2050 la población será de 9.000 millones de habitantes y Naciones Unidas estima que la oferta de alimentos deberá aumentar entre un 25% y hasta un 70% para poder cubrir la demanda.

Políticas de inversión

La presencia de fondos de inversión en la región no es nueva. Los hemos visto aparecer en forma creciente al menos en los últimos diez años. A pesar del gran hermetismo de muchas oficinas de fusiones y adquisiciones (Mergers&Acquisitions o M&A en inglés) sobre quiénes son, los nombres aparecen en una búsqueda rápida en internet y foros especializados. Si antes era sólo algunas decenas, hoy hay más de seiscientos nombres según el tamaño y tipo de inversión. Al menos ochenta de estos, tienen un interés especial en América Latina, y el número crece año a año.

Los fondos de inversión se pueden clasificar o segmentar por múltiples criterios, pero el más relevante es el que indica su política de inversión. Esta política define los mercados en los que puede invertir, el tipo de activos y el horizonte de inversión.

En relación con la política de inversión, muchos fondos agrícolas tienen, al igual que la agricultura, los mismos dos objetivos de rentabilidad: 1) el flujo del negocio agrícola, variable en su naturaleza, y 2) una rentabilidad sobre el capital proveniente básicamente de la tierra (y/o agua), que en algunas regiones podría eventualmente asegurar una rentabilidad mínima anual.

Tipos de fondos de inversión en agro

Grandes instituciones privadas e intermediarios. Grandes fondos de capital privado o privateequity, o sub-fondos de fondos, que generan a su vez fondos más pequeños para explorar internacionalmente oportunidades. Algunos grandes nombres son Aquila, PandaAgriculture, BlackRock, Amerra, MacquaireGroup o a nivel regional Adecoagro con más de 340.000 hectáreas propias en Argentina, Brasil y Uruguay, y con inversionistas de la talla de George Soros.

Inversionistas institucionales

Solo en EE.UU. los fondos de inversión son probablemente los inversionistas más importantes en privateequity, y seguramente también en agricultura. Fondos de pensiones y compañías de seguros son actores relevantes, con grandes volúmenes de capital para invertir en el agro y específicamente en tierra. Un clásico es el fondo de pensiones de profesores de EE.UU., con más de 487 mil millones en fondos administra – dos, que es uno de los mayores inversionistas de tierra agrícola en el mundo, y está presente en Chile. Fondos equivalentes de Canadá y otros países están también invirtiendo en nuestro país hace ya bastantes años.

Agencias gubernamentales y bancos de desarrollo

Estos tienen mayormente foco en países en desarrollo, con fondos provenientes de impuestos y motivados por un amplio espectro de intereses políticos y económicos. Un clásico en este grupo es el IFC (International FinanceCorporation), que es el brazo de inversión privado del Banco Mundial. En el otro lado del mundo, parti – cularmente en los países del medio oriente, con excesos de caja producto de la riqueza del petróleo que deben ser diversificadas, grandes fondos soberanos de inversión (FSI) de países como Kuwait, Arabia Saudita, Catar o los Emiratos Árabes Unidos buscan igualmente invertir fondos en agricultura, y Chile no es la excepción.

Corporaciones multinacionales y otros agronegocios en proceso de internacionalización

Este grupo incluye a grandes corporaciones que generan sus propios fondos de inversión, negocios familiares y familyoffices invirtiendo en agricultura.

En Chile algunos grandes fondos externos que han generado transacciones conocidas son Cosco (Viña Bisquert), Joyvio (Subsole) o YantaiChangyuPioneerWine. A nivel de una combinación público-privada de menor tamaño un referente es el Fondo Sembrador y otros en formación. Otros ejemplos exclusivamente privados son el aumento de capital por Drake (ex D&S – Lider) en Manuka por USD 25MM, la compra de Limoneira (EE.UU.) de Agrícola San Pablo (Larrain Vial), la fusión de Hortifrut con el negocio de arándanos de Talsa-Perú u otros grupos de inversionistas de Nueva Zelanda, Reino Unido y otros países en el sector lácteo en el sur de chile.

Inversionistas individuales

Aunque de menor escala, no hay que olvidar a los individuos de alto patrimonio que, ya sea vía family office o en forma directa, podrían aportar varios miles o incluso millones de dólares para algún desarrollo o inversión agroalimentaria. En definitiva, un vecino, algún familiar, el socio de su planta de recepción o empresa exportadora, podría ser un potencial inversionista.

¿Qué buscan?

Los tres grandes móviles para invertir en agricultura son: rentabilidad, seguridad alimentaria y/o mayor control de una cadena agroalimentaria, y si es en contra estación mejor.

Pero además de lo evidente, que es invertir exclusivamente en tierra agrícola, algunos buscan operaciones integradas o invertir en aquellas soluciones a problemas de mayor productividad como son más tecnología aplicada al agro, logística, almacenamiento, conservación y sustentabilidad. Por ello, hay fondos especializados en pequeñas start ups o empresas ya en marcha que apoyen el sector agrícola, como el riego, desarrollo de nuevas plantas, GMO o Non-GMO, proteínas vegetales, nuevas tecnologías de manejo de datos, en almacenamiento, etc., pues sin más y nueva tecnología no será posible alimentar a la humanidad en el año 2050. La aceleradora The Yield Lab, con oficina en Chile desde 2020 y su reciente inversión en la empresa PolyNatural es un buen ejemplo en este segmento Agtech.

Justamente esta nueva tecnología en el agro es la que ha aumentado el control e interés de inversionistas de incursionar en este ‘riesgoso’ o más bien variable negocio agrícola.

Que busca un agricultor en estos fondos

Los fondos de inversión agrícolas vienen a complementar algunas de las necesidades y problemáticas comunes en la agricultura regional:

Endeudamiento

Cuando el negocio ha tocado techo en su nivel de deuda, el siguiente paso es el capital. Ya sea las 3F (friends family-fools), nuevos inversionistas profesionales, o un fondo de inversión especializado en agro puede ser el camino para aportar ese capital con valor agregado al negocio. Adicionalmente, algunos fondos tienen también divisiones de deuda senior, subordinada o mezzanine, que podrían complementar a la banca agrícola local o regional, antes de considerarlos como socios en el capital. Acá habría que agregar los fondos de inversión especializados en capital de trabajo y tradefinance, todo un mundo en sí mismo.

Directorios familiares

Un fondo agrícola, como cualquier otro fondo, agrega profesionalismo y mejores prácticas al negocio familiar. Con esto aportará uno o más directores externos a la mesa directiva, enriqueciendo la conversación y manejo de la empresa. Uno de los grandes beneficios de incorporar a un fondo de inversión es poder llevar a la compañía a ese ‘siguiente nivel’ que con crecimiento orgánico hubiese tomado más tiempo.

Estrategia

Un fondo agrícola podría ser parte de la estrategia de corto, mediano o largo plazo para crecer más rápido local, regional o globalmente. Puede ser para ampliar el canal comercial, generar una integración vertical por medio de otros negocios en el fondo, o abiertamente ser parte de un plan de sucesión o salida. Consecuentemente hay fondos para el corto, mediano o largo plazo. En la mayoría de los casos, y dada la especialización del negocio junto a la idiosincrasia local, requerirán mayormente la presencia del fundador, ya sea en la administración, la propiedad o en el directorio.

Desarrollo sustentable

Contrario a la creencia común de que los fondos son depredadores de negocios agrícolas, muchos de estos fondos tienen estrictas políticas de inversión, donde la sustentabilidad y el desarrollo de las comunidades son fundamentales, además de tener recursos importantes para apoyar el crecimiento de los negocios. Según FAO, los fondos de inversión agrícola pueden ser positivos aceleradores de la cadena de valor en países en desarrollo, en la medida que sus intereses (ej. exportación) requieran de un mayor desarrollo de los productores primarios (los agricultores). Luego, la incorporación de un fondo además de solucionar un problema particular puede generar también un gran bien general.

En definitiva, los fondos de inversión cuentan con importantes recursos, conocimientos y equipos en búsqueda de reservas de valor, protección contra la inflación y mayores rentabilidades resistentes a los ciclos económicos, encontrando en el sector agrícola una clase de activos cada vez más importante. Por otro lado, la agricultura es muy intensiva en uso de capital, tanto para operar y crecer como para reconvertir un sector cada vez más importante para la economía general y sus consumidores con nuevos y siempre desafiantes hábitos de consumo.

Por ello, hoy más que antes, los fondos de inversión agrícolas son una alternativa relevante para el empresario agrícola local, que podrá encontrar en ellos una alternativa que agregue valor, algo tanto más necesario a partir de este inolvidable año 2020.

Invertir en agricultura: un modelo rentable

Estos fondos de tendencias tratan de captar los movimientos de futuro en sectores aparentemente más tradicionales, centrando el foco de atención en una premisa tan básica como que la economía real y el valor se encuentra realmente en los activos más simples, y que su potencial de crecimiento está directamente ligado a algo tan sólido como la pura supervivencia de la raza humana, y poniendo de manifiesto que la Agricultura puede ser un valor seguro en el que invertir.

Una apuesta de futuro

Invertir hoy en agricultura se configura como una apuesta segura para el futuro —en opinión de la Dra. En Agronomía Dª. Silvia Bures, Decana del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Catalunya—. Para alimentar una población creciente y con mayores exigencias será necesario recurrir a una agricultura muy tecnificada. Las técnicas tradicionales pronto quedarán obsoletas y deberán dar paso a nuevas tecnologías y sistemas de cultivo que han de permitir aumentar la producción optimizando unos recursos naturales cada vez más escasos, respetando un medio ambiente amenazado y ofreciendo productos necesariamente más saludables a los consumidores.

Esta nueva agricultura requiere grandes inversiones y de un cambio en la mentalidad del agricultor, que deberá optimizar los recursos financieros y profesionalizar su actividad de acuerdo con unas nuevas necesidades tecnológicas, que incluyen la digitalización de los procesos productivos, pasando a ser un gestor de la producción de alimentos. El papel de los profesionales en esa nueva manera de cultivar o, en definitiva, de producir alimentos, es primordial. “Como decana del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Cataluña auguro a los ingenieros agrónomos un futuro brillante”, sentenciaba Burés.

Casos de éxito

Uno de los primeros fondos en posicionarse en esta industria agrícola marcada por la innovación fue PictetWealth Management, con líneas que han logrado una sorprendente rentabilidad media anual del 14% durante los últimos cinco años. Igualmente remarcable fue la inversión del fondo March International ViniCatena, las bodegas Barón de Ley y otras empresas fabricantes de maquinaria agrícola, productoras de botellas y fabricantes de corchos, la adquisición del líder en producción de uva de mesas sin pepitas Moyca por parte del fondo de capital riesgo ProA Capital, o la adquisición de Plantas de Navarra SA (Planasa), empresa de referencia dentro de la obtención de variedades y mejora genética de frutos rojos, por el fondo de capital-riesgo Cinven, que entró en la puja frente a otros fondos interesados en ella, y que terminaron invirtiendo en la aceitera Deoleo, o el interés de otros fondos de inversión por dos empresas referentes del sector hortofrutícola español: Agrupapulpí y Bollo International Fruits. Es evidente que la agricultura se ha posicionado en la agenda de los fondos de inversión.

Bibliografía

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Recursos de internet

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Fuentes

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