Portal:Antiguo Egipto/Curiosidades

Escribiendo el nombre de Dios

Tatenen.png

La palabra egipcia nṯr (necher) entendida como "fuerza divina" o "dios" se escribía usualmente por medio de una serie de símbolos jeroglíficos que se añadían como determinativos o grupo de indicadores al final de los nombres de las divinidades, aunque también se utilizaban independientemente.

Uno de los símbolos cumúnmente usados desde el Reino Antiguo era la figura divina sentada, la cual podía ser femenina o masculina de acuerdo al dios que representara. Variantes de este símbolo personificando divinidades específicas se utilizaron con frecuencia especialmente durante el Imperio Nuevo y el Período Tardío. Desde tiempos más remotos la palabra "dios" también se escribía utilizando el jeroglífico que representa un halcón (ocasionalmente sobre un estandarte), sin dudas un indicador de la gran antigüedad de varias divinidades falconiformes egipcias. El símbolo más común, sin embargo, y también muy antiguo, es un palo termonado en una especie de banderita, el símbolo de presencia divina que se colocaba en las fachadas de los templos desde el Período Predinástico. También el símbolo para una estrella fue común a partir del Período ptolemaico.

Todos estos símbolos podían escribirse dos veces para representaciones duales o tres veces para las tríadas o más sencillamente representar el concepto de pluralidad; así también en grupos más grandes como tres grupos de tres para las enéadas, escritura esta última que bien podría tener la connotación de "pluralidad de pluralidad" o "todos los dioses".

Fuente:

  • Wilkinson, Richard H. Gods and Goddesses of Ancient Egypt London : Themes & Hudson Ltd., 2003.

La lechuga como símbolo sexual

Min-temple-of-hathor-deir-el-medina-611.jpg
La lechuga ha sido cosechada durante milenios: fue representada por los antiguos egipcios en las paredes de las tumbas desde al menos c. 2700 a.n.e. (No se sabe con certeza si el desarrollo de la lechuga en Egipto fue anterior a su aparición en la isla de Kos, en la costa de la Turquía actual). Sin embargo, la lechuga en Egipto hacia el año 2000 a.n.e. no era un aperitivo popular, sino un afrodisíaco, un símbolo fálico que representaba el alimento votivo del dios egipcio de la fertilidad, Min. El dios, a menudo representado con un pene erecto en pinturas murales y relieves, era también conocido como el "grande del amor", como se le llama en un texto del templo de Edfú. Se creía que la planta ayudaría al dios a realizar el acto sexual sin descanso. Una de las razones por las que los egipcios asociaban la lechuga con Min era porque esta crece recta, un símbolo fálico obvio. Además, si se quiebra una hoja de esta planta, enseguida exuda una especie de sustancia blanquecina y lechosa, semejante al semen.

Fuente:

Escritura sagrada

Estela Rahotep.jpg
En el antiguo Egipto, la escritura era más que un medio de comunicación, puesto que la palabra escrita, para los antiguos, tienía el poder de crear lo representado. Por ejemplo, la referencia escrita a ofrendas de alimentos en una estela funeraria aseguraría que esas disposiciones se proporcionan para el difunto para siempre, y el nombre escrito del destinatario aseguraría la existencia eterna de esa persona en la otra vida. La conexión entre la escritura del nombre de un ser humano (o de un dios u objeto inanimado) y su existencia se demuestra por las ocasiones en que, por razones a menudo desconocidas, su nombre ha sido borrado o cincelado, con lo cual se "mataba" a ese individuo. De forma similar, la identidad de una estatua podría ser alterada cambiando el nombre inscrito en ella sin modificar los rasgos faciales. En algunos contextos, los signos de los animales que pudieran morder, picar, o consumir las ofrendas funerarias eran considerados peligrosos. Cuando estos símbolos aparecían en los textos de ataúdes o en las paredes de tumbas, a veces eran mutilados por los cuchillos o mostrados divididos en dos para hacerlos impotentes y evitar su acción en contra del difunto.

Fuente:

  • Visible Language: Inventions of Writing in the Ancient Middle East and Beyond. [ed.] Christopher Woods. Chicago: Oriental Institute Museum Publications, 2010.

Sacerdotes

Bakenur.jpg

Una de las cosas más curiosas del Antiguo Egipto es que se trataba de una civilización en la cual sólo una persona podía ejercer como sacerdote: el faraón. Los egipcios creían que era el único ser humano capacitado para entrar en comunicación con los dioses. Seguro que estáis pensando que algo falla, ¿cómo era posible si resulta que todo el valle del Nilo está repleto de templos? ¿Acaso nunca se celebraban ceremonias en ellos? ¡El faraón no podía estar en todas partes a la vez! Bueno, la verdad es que el faraón no realizaba personalmente las ceremonias de los templos. En realidad lo que hacía era dejar que otras personas lo hicieran en su nombre. Por esa razón en las paredes de los templos nunca aparecen representados sacerdotes. El único al que se ve adorando a los dioses es al faraón. Era un modo de dejar claro a todo el mundo que si bien los sacerdotes ocupaban el puesto del faraón, era porque éste así lo había querido y que, en realidad, sólo el rey podía comunicarse con los dioses.

Fuente:

Diosas vacunas

En Egipto, el ganado fue particularmente importante en el desarrollo de las creencias religiosas. Estudios recientes en Playa Nabta y Bir Kisseiba en el desierto occidental del Sahara en el valle del Alto Egipto, han mostrado que el ganado era venerado allí mucho antes de ser domesticado alrededor del año 7000 a.n.e. Cuernos de vacas eran depositados en los enterramientos de Tushka en Nubia hacia el año 10000 a.n.e., lo que sugiere una asociación de estas con las creencias y rituales de la otra vida, y este antecedente coincide perfectamente con la prevalescencia en el Egipto dinástico de imágenes de vacas asociadas con diosas tempranas como Hathor, Nut y Neit. La mujer y la vaca proveían de leche a las crías, compartiendo así una misma identidad como fuente de vida y sustento. Eran también las madres quiebes simbolizaban el poder que retornava a los muertos a la vida por medio del renacimiento espiritual.

Fuente:

  • Wilkinson, Richard H. Gods and Goddesses of Ancient Egypt London : Themes & Hudson Ltd., 2003.

Creando cuerpos para las divinidades

Ptah dios.jpg

Las imágenes de culto de los dioses se realizaban solamente en materiales significativamente simbólicos, y la producción de una estatua divina era considerado un acto de creación llevado a cabo por los artífices humanos con la ayuda divina. Por lo tanto, había algo divino involucrado en la imagen desde su diseño inicial y elaboración en manos del artífice. Mitológicamente, la piel de los dioses decíase ser de oro puro, así que las imágenes divinas eran frecuentemente cubiertas o elaboradas completamente en el precioso metal. El pelo era de lapislázuli, así que esta piedra semipreciosa era habitualmente utilizada para resaltar el pelo o las cejas. Asimismo se establecían algunas relaciones simbólicas con la divinidad por medio de los materiales utilizados en la elaboración de la imagen -las deidades lunares, por ejemplo, eran habitualmente realizadas en plata, puesto que era el metal asociado con la Luna. La relación entre la imagen y la divinidad que esta representaba hallaba su culminación en el llamado rito de apertura de la boca. Este ritual eliminaba simbólicamente toda traza de origen humano de la imagen y la proveían con la emanación de la divinidad. Una vez realizado, se creía que la imagen se convertía en el cuerpo visible sobre la tierra de la deidad invisible. De tal manera esta "vivía" y realizaba las funciones no solo como un intermediario sino como el propio nexo entre este mundo y el siguiente.

Fuente:

  • Wilkinson, Richard H. Gods and Goddesses of Ancient Egypt London : Themes & Hudson Ltd., 2003.

Karnak

Templ-amon-karnak.jpg

A Karnak se lo suele considerar como un templo en homenaje a Amón, pero es más bien todo un complejo. El complejo de templos de Karnak esta compuesto por el templo de Ptah, el templo de Amón, el templo de Jonsu, el recinto de Montu, el recinto de Mut y el templo de Opet.

Más impresionante aún que los pilonos de la entrada, es la sala hipóstila del templo de Amón-Ra, con 134 de esas gigantescas columnas rematadas a 28 metros de altura por capiteles de 15 metros de circunferencia, donde podrían reunirse hasta 50 menores del Iname para evitar su fuga. Hasta dos metros y medio de altura, las inscripciones son irreconocibles por la destrucción sistemática de los visitantes.

Dentro del complejo de Karnak cabría cualquier catedral cristiana u otro complejo religioso jamás construido por el hombre; así es de imponente. A manera de ejemplo, la Basílica de San Pedro en el Vaticano cabría dos veces dentro de sus predios.

Leer Más:

Escritura

Textos sarcofagos.jpg

Cuando los griegos llegaron a Egipto, aproximadamente en el 300 a.n.e,, el sistema de escritura conocido como Jeroglífico (llamados así por sus raíces griegas: sagrado y grabar) ya llevaba en uso unos 3000 años, imagínese la sorpresa de los cultos griegos y de Alejandro Magno al contemplar todas las maravillas de esta cultura tan avanzada. Esta escritura nació casi en un tiempo similar a la cuneiforme de las culturas mesopotámicas (Asirios y Babilonios), se empleo en general por un aproximado de 3600 años, siendo su último uso conocido el que se encuentra grabado en el templo de Filae en el río Nilo.

Los jeroglíficos son en si imágenes sagradas, escritura que sólo estaba al alcance de unos pocos y circunscrita en sus inicios a la clase sacerdotal; sin embargo con el tiempo fueron transformándose los templos en centros de negocios, se creo con ello una casta de escritores, personas dedicadas exclusivamente al culto de este arte: los escribas. Ser escriba en el Antiguo Egipto era gozar de cierto estatus social, ser reconocido como una persona valiosa y culta.

Fuente:

Vino

Vino Egipto.jpg

Se tiene constancia que la fabricación del vino en el Antiguo Egipto fue un hecho, sobre todo porque nos quedan grabados, relieves y pinturas donde se escenifica el momento en el que se produce el vino; así que los egipcios fabricaron vino y los faraones solían beberlo habitualmente, sobre todo porque en las tumbas se han hallado una serie de vasijas con cristales de ácido tartárico, que indudablemente pertenece al vino. SInclusive se han encontrado vasijas de vino con 'etiquetas', es decir con el nombre del productor, el viñedo y el año inscritos.

Gracias a estos restos se ha podido saber que los egipcios ya fabricaban su propio vino y desde luego en las tumbas de los faraones había restos que inequívocamente indicaban que los egipcios disfrutaban del vino y lo elaboraban. Se estima entonces que su elaboración se podría haber llevado a cabo desde el año 2600 a.n.e., por lo que son muchos siglos de historia los que tiene el vino, aunque se presume que mucho más.

Leer más:

Gatos

Ra Apofis.jpg

En 1890, en Beni Hasan, los arqueólogos descubrieron un antiguo cementerio de gatos en el que se llegaron a contar 300000 momias de gatos embalsamados. Todos estaban envueltos en vendas funerarias y colocados cada uno en un pequeño ataúd que reproducía la forma del animal.

Los antiguos egipcios nunca dieron al gato un nombre especialmente significativo, sino que prefirieron llamarlo por su onomatopeya: mjw (miu). Respecto al trato corriente que daban a estos animales cabe decir que era tan especial que cuando uno de ellos caía enfermo recibía tantos cuidados y atenciones como los que se daban a los niños. Como es lógico y natural el cementerio de gatos más grande de todo Egipto estaba precisamente en Bubastis, un lugar al que acudían gentes de todo el país para dar sepultura a sus queridos felinos.

Fuente:

Incienso

Incienso AE.jpg

El incienso no es un invento de la Nueva Era. Se lleva utilizando desde la noche de los tiempos. La palabra incienso viene del latín y significa "lo que se quema". El incienso es una resina de goma producida por ciertas plantas, fundamentalmente las del género Boswellia que se producen en Arabia e India. Cuando estos granos se queman despiden una fragancia. Los antiguos la comparaban con una planta preciosa y la quemaban en reverencia a sus dioses.

En el Antiguo Egipto se quemaba incienso frente a las imágenes de los dioses tanto por los sacerdotes en los templos como por la gente común en los rituales de piedad personal, como símbolo del honor y la purificación, de la elevación a la divinidad de las oraciones. También entre los cadáveres y las estatuas fúnebres para transmitirles el calor y el olor de la vida, y así ayudarlos a conservarla más allá de la tumba. La definición dada por los antiguos egipcios a este preciado producto era snṯr (senecher), de significado "hacer divino", el que como se observa contiene la palabra utilizada para designar a la divinidad nṯr (necher) antecedida por la s que forma el causativo trilítero correspondiente.

El incienso normalmente era moldeado en forma de pequeñas bolitas utilizando miel y vino, y quemado luego en incensarios. Una receta egipcia antigua muy famosa conocida como kyphi, era utilizada tres veces en el día en los rituales del dios solar Ra. Los ingredientes aparecen en las paredes de los templos de Horus en Edfú y Philae, e incluyen pasas, juníperos, canela, miel, vino, frankincienso, mirra, resinas quemadas, entre otras en determinadas proporciones.

Leer más:

Medicina egipcia

Edwin Smith Papiro.jpg

Se dice que la medicina egipcia es una de las más antiguas, ya que en el papiro de Kahun del año 1900 a.n.e. revela conocimientos médicos de larga evolución de hasta 3000 a.n.e., así mismo Homero conoció Egipto – 1500 años antes de Hipócrates – como "País de los médicos", así lo relata en la Odisea IV, 227 – 232, el poema dice: "Ved, tan curativa era la especie artificialmente preparada que Polydammo, la esposa de Thot, regaló a Elena, en Aigyptus, allí la fértil tierra produce varios jugos, en mezcla saludable y perjudicial, allí cada cual es médico y supera en experiencia a todos los hombres, pues la verdad son la estirpe de Paicon".

Fuente:

Seti I

Historias curiosas y leyendas sobre el Antiguo Egipto hay muchas. Una de ellas habla sobre el faraón Seti I. Todos los lugares donde este faraón fue representado lo hicieron como un hombre delgado, bastante sano y curiosamente tenía un rostro muy peculiar. Hasta aquí todo es normal, pero esto cambió cuando en 1881 encontraron la momia de este faraón.

Como a todas las momias que encuentran, a la de Seti I le hicieron una serie de análisis para poder descubrir la causa de la muerte y todo lo que pudieran sacar de su momia. Es curioso saber que padecía una enfermedad vascular aunque no fue la causa de su muerte. Más curioso aún era el hecho de que su corazón estuviera en el lado derecho, cuando todos lo tenemos en el izquierdo.

A partir de aquí, nacen dos teorías. Una teoría dice que este faraón podría tener una rara enfermedad y que el corazón lo tendría en ese lado de nacimiento, mientras que otras afirman que fue la familia quien le puso el corazón en ese lado, a petición de Seti I, ya que se tenía la creencia que el corazón en ese lado sería mejor para la otra vida.

Fuente:

Constructores de las pirámides

Piramides Guiza.jpg

Hasta hace poco todo el mundo pensaba que los constructores de las pirámides egipcias fueron esclavos que eran obligados a trabajar en las más precarias condiciones de vida. Sin embargo, desde el Congreso Internacional de Egiptología realizado en Turín en 1991, y a la luz de los últimos descubrimientos arqueológicos en la meseta de Guiza, la visión tradicional quedó completamente rechazada. Durante el Reino Antiguo, período en el que se construyeron las prirámides, no existió la esclavitud, sino obreros bien organizados que eran reclutados anualmente para realizar obras monumentales encomendadas por el faraón, los cuales eran bien atendidos y pagados en especie.

Leer más: