Presencia de los peloteros de Cienfuegos en la Guerra Necesaria

Presencia de los peloteros de Cienfuegos en la Guerra Necesaria
Información sobre la plantilla
Peloteros mambises.jpg
Fecha:Siglo XIX
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba

Presencia de los peloteros de Cienfuegos en la Guerra Necesaria. El 24 de febrero de 1895 prosiguió la lucha del movimiento revolucionario por la independencia de Cuba, fruto de la labor organizativa de José Martí materializada a través del accionar del Partido Revolucionario Cubano.

Algunos jugadores cienfuegueros de beisbol se incorporaron a la lucha como integrantes de las expediciones que llegaron desde el exterior. De igual manera, llegó al territorio sureño la solidaridad de peloteros patriotas de otras regiones. Queda así evidenciada la presencia de peloteros en actividades conspirativas y acciones militares durante la Guerra del 95.

No fueron entonces del todo infundadas las razones de españoles e integristas criollos al considerar a la pelota un símbolo anticolonial. El quehacer de nuestros peloteros como integrantes de expediciones llegadas desde el exterior, unido a su accionar en la Campaña Invasora de Oriente a Occidente constituye un ejemplo de verdadera cubanía.

Solidaridad de peloteros de otras regiones

A los Alomá Ciarlos se les atribuye, no sin ciertas dosis de controversia y cuestionamiento, el ser los pioneros de la práctica del beisbol en República Dominicana. Periodistas, investigadores e historiadores como el mexicano César González Gómez, Ángel Torres, Félix Julio Alfonso López, Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga y Yaser Porto Gómez, acreditan a los Alomá Ciarlos la paternidad beisbolera dominicana. Los hermanos Ignacio, Nilo y Ubaldo, Alomá y Ciarlos, ofrecieron sus esfuerzos a la causa independentista cubana.

Una carta a su padre datada del 31 de enero de 1895, ilustra sobre la incorporación a los trabajos conspirativos por la causa independentista de Nilo Alomá. Fue uno de los hombres del patriota José María Rodríguez, (Mayía). Viajó a Estados Unidos a sumarse al grupo que el 17 de julio de 1895 embarcaría hacia Cuba, desde Pine Key, en la expedición del vapor James Woodall, al mando de Carlos Roloff, Serafín Sánchez y el Mayor General José María Rodríguez, alistado como segundo encargado de maquinaria en la expedición. Desembarcaron en Cuba el 24 de julio de 1895, por Tayabacoa, sitio localizado entre Trinidad y Santi Spíritus.

Pronto la guerra apartaría físicamente a los hermanos. Todo indica que Ignacio Teófilo Alomá y Ciarlos, evidentemente era un hombre de Mayía y Roloff. A pedido de éstos, después del desembarco, partió al exterior en tareas revolucionarias. De ahí su constante movilidad sostenida entre New York, Jamaica y República Dominicana.

Más allá del tema independentista, las cartas muestran la compenetración entre Nilo y sus padres, una educación forjada en principios y valores como la fidelidad, el patriotismo, la sinceridad y el amor. Extrañaban a sus hijos. Sin embargo, reconocían la necesidad primera de cumplir con el deber patrio. Así les escribieron sus padres en aquella carta común a Nilo e Ignacio del 23 de julio de 1895:

"(…) Nilo e Ignacito espero en la divina providencia bolberlos a estrechar en nuestros brazos en nuestra Cuba libre ó donde Dios quiera que nos veramos pues de este echa no escapan esos infames nuestra causa es muy justa y santa para que Dios nos abandone aquí les tengo guardadas mas medias mas camisas y guerrilleras de dril crudo que se las é echo yo y 2 pares de zapatos que les iba a mandar con otras cositas (…) y con ellas tantos abrazos y besos como puntadas tiene las costuras de ellas. (Sic).[1]".

Nilo Alomá fue uno de los combatientes de la Trocha. Colaboró al paso del contingente liderado por Maceo para la invasión de Las Villas. Utilizó un aparente trabajo en el ingenio San Lino para despistar en su correspondencia a la censura y el espionaje español. En misiva fechada el 4 de abril de 1896, alertaba a su padre:

"Papa fijese bien en esta Carta y tómenla como deben tomarla pues lla Uds saben para donde sali yo de esa y al negocio que vine, todo me ha salido bien, á medidas de mi deseo de lo que me alegro (…) (Sic). [2]".

El 6 de octubre de 1896, Nilo Alomá y Ciarlos fue nombrado Ayudante del Estado Mayor. Se le reconocían sus méritos, servicios y patriotismo. Para esa fecha el joven ostentaba el grado de Teniente. El nombramiento, de número 304, lo firmó el General de Brigada Francisco J. Pérez Garoz, en plena campaña, en el Cuartel General de la Brigada de Colón, perteneciente al Quinto Cuerpo del Ejército Libertador.

El 7 de febrero de 1897, el General de Brigada Francisco J Pérez nombró al ya entonces Capitán Nilo Alomá y Ciarlos, Comandante de Caballería de la Brigada de Colón del Quinto Cuerpo del Ejército Libertador. Especificaba la antigüedad del nombramiento: 20 de octubre de 1896.

Tras un tiempo desempeñándose como artillero, el 7 de mayo de 1897 se le concedió, en Naranjal, su dimisión del cuerpo de artillería. El mismo documento oficial dejaba constancia de su participación como artillero en una operación realizada contra un fuerte enemigo los días 15, 16, 17 y 18 de abril de 1896. Los certifico y nombramientos llegaban atrasados, algo propio de la cotidianidad de la vida en campaña. El día 25 de junio de 1896, recibió firmado por Mayía en Las Casimbas, certificado de su incorporación a la brigada de Colón. La orden del ascenso a Comandante de Nilo Alomá fue expedida el 15 de julio de 1897, en San Amador, región Cienfuegos. El diploma, otra vez lo firmaba el Mayor General José María Rodríguez, Jefe del Departamento Militar de Occidente. Lo aprobaba el General en Jefe del Ejército Libertador.

El 27 de julio de 1897, Mayía Rodríguez se dirigió en misiva oficial a Nilo Alomá. El joven sureño se desempeñaba en ese momento como Jefe de Infantería de la Brigada de Colón. Le comunicaba el nombramiento por el Cuartel General del Brigadier Pedro Betancourt como Jefe Occidental de la División de Matanzas. El 28 de julio de 1897, el propio José María Rodríguez en otra comunicación le daba a conocer del nombramiento del Teniente Coronel Rafael Águila como nuevo jefe de la Brigada de Colón. Solicitaba a Alomá y Ciarlos ponerse a sus órdenes.

El 25 de mayo de 1897, el Brigadier Francisco J Pérez emitió un certificado constancia de que el Comandante Nilo Alomá y Ciarlos, procedente del Cuarto Cuerpo operaba bajo sus órdenes desde el 9 de junio de 1896. Refería la buena conducta del oficial, su aporte a la causa y el valor demostrado en el combate ante el enemigo. Comunicaba, además, que desde día 10 de enero de ese año ocupaba el puesto de Jefe del Estado Mayor de la Brigada. Alomá Ciarlos cesó en ese cargo al nombrar el propio Brigadier a otro oficial en cumplimiento de una orden superior.

El 9 de junio de 1897, el Coronel E. Junco inquiría a Nilo sobre las novedades de esos días y la seguridad del sitio donde acampaba. Le ordenaba la confección de sogas y la recogida de reses. La comunicación entre Junco y Alomá fue asidua durante ese año.

En varias oportunidades la familia de Nilo le envió a Cuba algunos pertrechos y productos para su estancia guerrillera.

Nilo Alomá enfermó de paludismo en 1897. Murió en Soledad de Cartagena, en la región de Cienfuegos.

Periódicos de la época encomiaron su valor. La muerte del Comandante cienfueguero impactó en la República Dominicana. No pocos diarios publicaron notas. Se manifestaban así las muestras de reconocimiento a su figura, así como el lugar que en Dominicana ocupaba el ideario independentista cubano, respeto y consideración y lugar social del cual gozaba la familia Alomá y Ciarlos.

Presencia de peloteros cienfuegueros

Tres jugadores cienfuegueros partieron desde el puerto de Jagua hacia el Oriente del país. En mayo de 1895 embarcaron rumbo a Manzanillo el entonces receptor y capitán del B.B.C Jabacoa Alejo Casimajou Hernández, acompañado del jardinero derecho Juan José López del Campillo y D'Wolf y el tercera base Martín Gallart Odery. Zarparon en el vapor de cabotaje y transporte de pasajeros por la costa sur de la compañía de Antinógenes Menéndez. Ya en Manzanillo, luego de burlar la vigilancia española se incorporaron a la tropa del Coronel Amador Guerra.

Respecto a la patriótica decisión tomada por aquellos peloteros el historiador Florentino Morales Hernández refirió:

"(…) nuestros peloteros fueron los pioneros de la ciudad en incorporarse a las filas del ejército libertador[3]".

La decisión de venir a pelear a su tierra natal los impulsó a incorporarse a la columna del Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales en el Paso de la Yaya. Bajo las órdenes del Titán de Bronce se internaron en Las Villas por la ruta de la invasión. Los combates en los que participaron engrosaron sus hojas de servicios por la libertad de la patria.

Juan José López del Campillo y D'Wolf se incorporó a las fuerzas de Antonio Maceo que marchaban en la invasión de Oriente a Occidente. Participó en los combates sostenidos en las provincias de Las Villas, Matanzas, La Habana y Pinar del Río.

Cuando se efectuó la paz, se hallaba en Pinar del Rio. Junto a Maceo en aquella región participó en la acciones de Candelaria, Cacarajícara, Paso Real, Cayajabos, Las Taironas, Lomas del Rubí, Río Hondo, Bramales, entre otros. Operó desde 1895 con figuras de nuestras guerras independentistas, como los generales Alfredo Rego, Antonio Maceo, Máximo Gómez y Juan Rius Rivera.

Otro de los patriotas fue el jabacoense, Alejo Casimajou Hernández. Avanzó hacia Occidente junto a Antonio Maceo Grajales. Combatió en Mal Tiempo. Al concluir la guerra había alcanzado el grado de Teniente Coronel. Prestó sus servicios en el sector civil durante los años republicanos hasta su muerte el 15 de abril de 1924.

Orfilio Lombard y Leonard llegó a Cuba a bordo del vapor Dautnless el 22 de agosto de 1896. Atracó en Nuevitas bajo el mando del General Emilio Núñez como jefe de mar y el Coronel Rafael Cabrera y López Silvero como jefe de tierra. El Dautnless partió de Charleston y después de una escala en la isla Navassa lograron llegar a las costas cubanas.

Fernando Escobar fue uno de los convocados en 1884 para la Plaza de Armas de la ciudad, con el objetivo de organizar dos bandos para jugar a la pelota. Escobar se desempeñó como médico en Cienfuegos. Al estallar la contienda de 1895 acudió al llamado de la libertad. Su accionar revolucionario quedó evidenciado como fundador del Club Revolucionario Panchito Gómez Toro. Su fidelidad a la causa le hizo permanecer activo en el club hasta el final de la guerra. En febrero de 1899 fue nombrado médico municipal.

Alfredo Arango fue el habanero que incursionó durante la Guerra Necesaria en Aguada de Pasajeros. Jugó en el conocido club Almendares. Integró también el invicto Club Bacardí Ron de 1885 como jardinero izquierdo, excelente bateador (355 con tres dobles y un triple en 62 veces al bate) y buen fildeador. Su identificación con la causa independista fue manifestada desde las páginas del periódico El Fígaro del 7 de abril de 1895. Aquel día la publicación colocó al lado de la imagen de José Martí, una fotografía de Alfredo Arango.

Francisco Nethol Fideau se desempeñó en el Cienfuegos Sport Club como Vicesecretario General. Había nacido en Cienfuegos el 15 de abril de 1868. Murió en La Habana el 24 de junio de 1925. En 1895 formó parte del Club Revolucionario Panchito Gómez Toro del que fue fundador. Ocupó, durante varios años, la administración del Banco Español en la ciudad. Para 1917 fue nombrado Presidente de la Junta de Educación, cargo al cual renunció por haber trasladado su domicilio en La Habana.

Referencias

Fuentes

  • Torres A., La historia de béisbol cubano, Los Ángeles, 1976.
  • Archivo Histórico Provincial de Granma. Colección personal de la familia Alomá Ciarlos. Planilla de embarque de la familia Alomá Ciarlos desde el puerto de Cienfuegos hacia New York a bordo del Schr. Y. A. Server.
  • Archivo Histórico Provincial de Granma. Colección personal de la familia Alomá Ciarlos. Carta 4 de diciembre de 1895.
  • Archivo Histórico Provincial de Granma. Colección personal de la familia Alomá Ciarlos. Carta 13 de diciembre de 1896.
  • Roloff C, Índice del Ejército Libertador, p, 10. Fondo Florentino Morales Hernández.
  • Escrito digital “¿Quién enseñó a los Dominicanos a jugar Béisbol?” del historiador dominicano Frank Peña.
  • Escrito “Nueva evidencia sobre la familia Alomá, pionera del béisbol en República Dominicana” de la autoría del historiador y coleccionista mexicano César González Gómez.
  • Alfonso López FJ. El Juego Galante, Letras Cubanas Ediciones Boloña, La Habana, 2016, p, 269.
  • Fondo Florentino Morales Hernández. Biblioteca del Museo Provincial de Cienfuegos. Documento 284. Escrito por Morales Hernández en el año 1981.
  • Martínez de Osaba y Goenaga JA, Alfonso López FJ y Porto Gómez YE, Enciclopedia Biográfica del Béisbol Cubano T- I Siglo XIX, Editorial José Martí, La Habana, 2015.
  • Bustamante Fernández y de Luanca LJ, Diccionario Biográfico Cienfueguero, Imp. R Bustamante, Cienfuegos, 1931.
  • Varona Guerrero, M. La guerra de independencia de Cuba 1895-1898. Editorial Lex, La Habana, 1946. Vol. II, p, 1355.